RELACIÓN
ENTRE SALARIO Y PIB
(Ensayo)
Esta mañana amanecí muy
preocupado por el aumento insostenible del salario de los venezolanos, decretado
por un presidente que está desesperado. De manera intuitiva pensé que el
salario debería ser una expresión en proporción determinada por el Producto Interno
Bruto (PIB) del país. Es decir, si el país “gana” más, debe pagar mejor y a la
inversa. De paso, la participación del factor trabajo en la ecuación de producción
es la creadora de la riqueza, la fuerza
laboral es la que la produce y en consecuencia debe ser remunerada de manera
justa y equitativa. En la práctica, los trabajadores son “socios” del empresario;
porque prestan o aportan sus conocimientos y experiencias al negocio para producir
los bienes y servicios. Los empresarios no le están haciendo ningún favor o regalías
al trabajador, le están pagando en contraprestación justa por el valor del
trabajo que aportan para la creación de su riqueza. Por eso, en la empresa
privada se habla de dividendos (cuota de dinero de una empresa que se reparte
entre los accionistas) y de utilidades (repartición de las ganancias que logró la
empresa), los dividendos van a los propietarios y en las utilidades se incluyen
a los trabajadores, según unas proporciones determinadas.
El estado como productor,
como empresario tan capitalista como los privados, también debe remunerar de
manera equivalente. Debe cumplir con las leyes y dar el ejemplo. Pero, para
distribuir debe primero producir como los privados. O juega con todas las
reglas o se sale. A Lorenzo Mendoza le critican y éste coloca un kilo de Harina
PAN en unos mil bolívares y paga muy bien a sus trabajadores, y el bachaquero
la vende en 8.500 y no le paga a nadie.
Siempre me preocupó durante
mi carrera naval dos cosas, saber a qué eran equivalentes mis conocimientos y
experiencias (no había la Licenciatura en Ciencias y Artes Miliares y Navales;
aunque la formación era de primera, tanto que a la postre fue reconocida por el
CNU como tal, además de que las características profesiogràficas de nuestra
carrera tienen un sustrato muy alto de carácter técnico) y qué podría en consecuencia
aspirar a ejercer una vez que mi ciclo vital como oficial naval llegara a término,
bien sea de manera natural o extemporánea. Mis comandantes no entendían mi
preocupación, y no era que quería irme de baja sino saber a qué podría aspirar.
Esto fue estudiado por Maslow y Herbert. De la misma manera y en consecuencia, me
preocupaba cuál debía ser mi remuneración en virtud de la primera equivalencia señalada,
toda vez que – a mi juicio - mi profesión
era una de las que aportaba a la generación
de riqueza del país, no de la manera en la que lo hace un trabajador civil en
su empresa privada e incluso en servicio al estado, sino como elemento que
brinda las condiciones para que la actividad económica del país se lleve a cabo
con seguridad y efectividad.
Pongamos por ejemplo lo que aprendí
desde mis años de estudio en el país y en el extranjero, donde las armadas tienen
por objeto la protección de las rutas marítimas de sus países para garantizarles
la seguridad del tránsito de las exportaciones y de las importaciones transportadas
en los barcos mercantes propios o extranjeros que navegan sus áreas jurisdiccionales
marítimas, la explotación de la zona económica exclusiva en todas sus variantes
tecnocientíficas, la pesca, y hasta el turismo, etc. De tal manera que, la función
de una armada es complementaria a la actividad marítima a la cual protege; por
tanto, los militares navales deberían ser remunerados de manera equivalente.
Siempre me daba mucha rabia
ver como el salario de mis amigos profesionales civiles era siempre superior al
de nosotros, los militares navales. Siendo que la base, o “mayor “como dicen en
inglés, de los estudios de nuestra carrera es la ingeniería, los ingenieros
civiles ganaban tres y cuatro veces más que el exiguo salario que recibíamos y,
por eso, los militares apenas podíamos pagar los rubros de nuestra canasta básica
(muchas veces dependiendo del auxilio del estado en subsidios directos como
indirectos). No obstante, la gente pensaba y piensa que ganábamos y ganamos mucho.
La ventaja del militar es que cuenta con un sistema de prestaciones según el método
de la capitalización individual (fideicomiso) y le pagan siempre y a tiempo,
aunque no tiene sindicato. No gana más, si hay quien gane dólares extras, etc.,
no es el común y hay que analizarlo.
Quizás en mi época hubo quienes
cometían corrupción; pero, no era tan grande como la de hoy, donde los
militares de alto y medio rango, incluso los de muy bajo, ostentan unas fabulosas
riquezas no justificables, no pasan los análisis de la antigua ley contra el
enriquecimiento ilícito de 2003, la cual hoy no sé si esta derogada o simplemente
también es violada y no se cumple ni se hace cumplir.
En mi tiempo los militares siempre estábamos y
vivíamos “alcanzados”, mientras nuestros amigos civiles se daban la gran vida,
en especial los que trabajaban en PDVSA. Caso similar el de los pilotos de VIASA
y los marinos mercantes, quienes levantaban grandes fortunas, bien merecidas
por cierto. Esa fue causa de que muchos oficiales se fueran de baja voluntaria
y extemporánea, para poder mantener a sus familias. Hay quienes desdeñaban eso
y tampoco comprendían mi preocupación o hablaban “de la boca para afuera”
mientras llevaban su procesión por dentro, para evitar ser considerados mal en
las calificaciones. Yo hablaba con audacia y sinceridad y probé en el tiempo
que no era por el dinero, sino por el
principio mismo; pues, a pesar de todo cumplí mis 30 años de servicio activo y no me fue mal.
La remuneración militar de
mi tiempo no es que era mala, sino NO EQUIVALENTE A LA CIVIL PARA EL MISMO
TRABAJO. No debemos caer en el contencioso estúpido de pelear entre profesionales
diversos porque a un sector en un momento determinado y por razones que no
siempre son “sanctas”, le suban su salario, como es el caso de los abnegados educadores
y médicos, quienes deben ser igualmente bien remunerados porque lo merecen,
sino en poner las cosas en claro. En mi época nos mataban con eso de que no aportábamos
al PIB, sino que éramos parte del gasto público o corriente, y yo creo que eso algún
día debe revisarse.
Todos los países que conozco,
donde he estudiado y servido, pagan
mejor que el nuestro a sus militares. Como detalle curioso, sé de un joven civil recién graduado quien acaba de
emigrar a Chile y ya gana 620 dólares y
yo apenas unos 40.
Preocupado por esto, investigué
y encontré dos trabajos académicos muy
interesantes, de los cuales extraigo sendas sinopsis para dejarlas a vuestro estudio.
RELACIÓN
ENTRE PARTICIPACIÓN SALARIAL EN EL PRODUCTO INTERNO BRUTO Y PRODUCTIVIDAD. Un examen
de 74 países. Elaborado por B. Gloria Martínez González. Doctorado en Ciencias
Económicas de la Universidad Autónoma Metropolitana. Ciudad de México.
gloria@servidor.unam.mx Introducción
RESUMEN: En este trabajo se
examina la relación entre participación salarial y productividad. Tal examen
constituye una etapa de la investigación sobre la relación entre las tasas de
plusvalor y las productividades de los países. Una conjetura marxista plausible
es que los trabajadores de un país avanzado son más explotados que los de un país
atrasado puesto que pueden reproducir en menos tiempo sus condiciones
materiales de vida gracias a la mayor productividad. Esa conjetura parece
contradictoria frente a la evidencia empírica de que los salarios reales son
mayores en un país adelantado que en un país atrasado. Hasta donde se ha
estudiado, la empiria (empírica) contraviene en parte esa conjetura según la
cual a mayor productividad, mayor explotación. Se ha encontrado que países de
alta productividad tienen mayor participación salarial o menor tasa de
plusvalor que los países de baja productividad
PARTICIPACIÓN
SALARIAL Y CRECIMIENTO ECONÓMICO EN AMÉRICA LATINA,
1950-2011 Germán Alarco Tosoni
RESUMEN: En este artículo se
construyen las series de la participación salarial en el producto interno bruto
(pib) de 15 economías de América Latina y la correspondiente al conjunto de
estas entre 1950-2010. Se determina, con diferentes metodologías, la tendencia
no lineal de esta variable, corroborando la presencia de dos grandes ciclos. Se
incluye una discusión de diversos autores, especialmente clásicos y
postkeynesianos, que exploran la vinculación de esta variable con el nivel de
actividad económica. Asimismo, se demuestra la pertinencia del enfoque
postkeynesiano para explicar que las variaciones del pib real están
determinadas por la participación salarial, la formación bruta de capital y las
exportaciones de bienes y servicios, entre las principales variables. Sin
embargo, la contribución de la variación de la participación salarial al crecimiento
del producto real es menos importante a partir de los años ochenta.
GRAN CONCLUSIÓN:
VENEZUELA DEBE PRODUCIR
SUFICIENTE PARA SU CONSUMO INTERNO Y PARA EXPORTAR LOS EXCEDENTES PARA GENERAR DOLARES Y DEBE
REMUNERAR BIEN A TODOS SUS TRABAJADORES….FUERA EL COMUNISMO Y EL SOCIALISMO HAMBREADOR Y ASESINO!
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