¿SE DEBEN ELIMINAR LAS FUERZAS ARMADAS?
(Ensayo). Por el CN Eddy Darío Barrios
Orozco
Comprendo
y hasta pudiera compartir los sentimientos de frustración, indignación y
repudio que sienten los venezolanos hacia sus FFAA, especialmente en estas
horas menguadas de la república, capítulo aparte el caso de la GN. No porque no
hayan salido a pelear contra el régimen para derrocarlo, lo cual no es su
misión ni responsabilidad, como
repetidamente les gritan los civiles, quienes se lo piden a diario y hasta los
ofenden al decirles que no tienen testículos, sino por plegarse al gobierno y
decirse parcialidad política, como el PSUV, en su slogan vergonzoso, como
anticonstitucional, de: “Somos revolucionarios, socialistas,
antiimperialistas y profundamente
chavistas”, y por unirse al régimen para servirle de brazo armado de su
otro slogan “Esta revolución es pacifica; pero, armada” y sustituir los
saludos militares de rigor, por el saludo “Chávez
vive, la lucha sigue” y el lema “Patria Socialismo o muerte” de sus
cuarteles, incluyendo la exposición de símbolos ajenos a los nuestros, fotos
del Fidel y del Che y exhibición de la bandera cubana.
No
contentos con eso, se han unido en dupla antinatural con factores irregulares,
para reprimir y sojuzgar al pueblo. Ese es un crimen del cual son culpables y no
podrán salvarse, porque según el Estatuto de Roma son crímenes
imprescriptibles. Pero, de allí a aupar la eliminación de las FFA ni de la GN, hay
un trecho de insensatez, desproporción e injusticia, que no voy a transitar ni
convalidar y, de inmediato, argumentaré porque no.
Para
quienes vivimos la época, similar experiencia se vivió en Venezuela en el periodo
post dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, los militares fueron
repudiados y tenían que salir a la calle vestidos de civil; porque, el odio era
muy fuerte. Así sucedió en Chile, después de Pinochet. Después de la primera
guerra mundial y, como consecuencia del Tratado de Versalles del 28 de junio de
1919 (estamos a 7 días de que se cumpla su aniversario), Alemania tuvo que
aceptar condiciones como:
Entrega de material militar y de la flota de guerra.
Ocupación de la orilla izquierda del Rin y desmilitarización de Renania.
Reducción del ejército a 100.000 hombres y 4.000 oficiales, sin artillería pesada, submarinos ni aviación.
Prohibición de fabricar material de guerra.
Disolución del Estado Mayor del Ejército.
Supresión del servicio militar obligatorio en Alemania.
Internacionalización del canal de Kiel.
Ocupación de la orilla izquierda del Rin y desmilitarización de Renania.
Reducción del ejército a 100.000 hombres y 4.000 oficiales, sin artillería pesada, submarinos ni aviación.
Prohibición de fabricar material de guerra.
Disolución del Estado Mayor del Ejército.
Supresión del servicio militar obligatorio en Alemania.
Internacionalización del canal de Kiel.
A
los fines de mi argumentación, lo que nos interesa es lo de la reducción del ejército
a 100.000 hombres y 4.000 oficiales. Estas condiciones disminuirían el orgullo
alemán y en los años 40 del mismo siglo surgiría el líder supremo de su tiempo,
para luchar por reimpulsarlo. Por cierto, ganó por elecciones, con su slogan de
recuperación del orgullo nacional. ¿Les suena familiar? De paso, los alemanes,
a partir de Versalles, cumplieron lo de la reducción del número de hombres y oficiales de una manera muy
inteligente; degradando al grado de mayor a sus generales, y conservando así
todo su “know how” militar. No redujeron su alto mando, ni perdieron sus
conocimientos, experiencias y doctrinas. Eso hubiera sido insensato y no
hubieran podido estar preparados para la segunda guerra mundial.
De
tal manera que el deseo que hoy sienten algunos venezolanos y que expresan con
rabia, como ese académico valenciano quien les enrostrò a los generales que usaran pantaletas y se
las lanzó a las alcabalas de sus cuarteles, es comprensible; pero, de allí a eliminar las fuerzas armadas
de un país, hay un camino muy largo y además injustificado y desproporcionado,
como errado, que no comparto.
Japón
y Costa Rica no son ejemplos válidos. Japón dice no tener fuerzas armadas;
aunque sus servicios de seguridad y autodefensa están dotados de equipos que en
nada envidian a los de fuerzas armadas regulares de cualquier país.
Las Fuerzas de Autodefensa de Japón, están conformadas por su Ejército, establecido en Japón tras el fin de la
ocupación estadounidense del país tras la II Guerra Mundial. Durante la
mayor parte del periodo de posguerra estas fuerzas estuvieron confinadas a las
islas de Japón, por decreto, y no se les permitía desplegarse en el extranjero.
En los últimos años, y siempre bajo autorización estadounidense, han
participado en operaciones internacionales de mantenimiento de paz, las cuales deben ser y son ejecutadas con fuerzas
militares regulares, de acuerdo a los capítulos VI y VII de la Carta de las
naciones Unidas: Peacemaking ( hacer la paz) , Peacekeeping ( mantener la paz) y Peace building (reconstruir la paz) ,
incluyendo las de Peace Enforcemenet ( reforzamiento de la paz) que son prácticamente una guerra.
Recientes
tensiones, particularmente con Corea del Norte y China, han
reactivado el debate acerca del estatus de las Fuerzas de Autodefensa y su
relación con la sociedad. El 14
de mayo de 2015, el gobierno japonés aprobó una resolución por la cual las
fuerzas podrán operar en el extranjero si se necesita ayudar a sus aliados o
socorrer a nacionales que se encuentren en apuros fuera de las islas.
Ramas militares de Japón:
·
Unidades
militares
·
Cinco
cuerpos de ejército.
·
Cinco
distritos marítimos.
·
Tres fuerzas
aéreas.
De acuerdo con la Ley de Fuerzas de
Autodefensa de 1954, la organización de la defensa nacional busca en todo
momento que las fuerzas armadas se encuentren bajo un férreo control civil,
resultando así un sistema militar único en el mundo. Todo el personal adscrito
a las Fuerzas de Autodefensa son técnicamente civiles: los uniformados son
funcionarios especiales y están subordinados a los funcionarios civiles que
dirigen el Ministerio de Defensa. No existen secretos militares ni un código
legal militar específico; en caso de que algún miembro de las Fuerzas cometiese
un delito ya sea en su propia base o fuera de ella, en acto de servicio o no y
de naturaleza civil o militar, éste sería juzgado de forma convencional por el
tribunal civil de la jurisdicción correspondiente. (Esto es sumamente conveniente
y deseable que se cumpliera en los países como los nuestros)
Como
se puede apreciar, eso de no tiene fuerzas armadas es un espejismo o un
eufemismo. Además, Esos países, que
tienen sus intereses y aspiraciones de
Seguridad como cualquier otro, no tienen los recursos inmensos y diversos que Venezuela
tiene y debe proteger.
¿Cuantos países más están sin Fuerzas Armadas?
Esta
es una lista de los 25 países que no mantienen ninguna fuerza armada o regimiento militar. El término “país”
se utiliza en el sentido de estado independiente; así, se aplica solamente a
los estados y no a las dependencias soberanas cuya defensa es responsabilidad
de otro país, o a una alternativa del ejército, como pueden ser policías
regionales.
La
gran mayoría de los países sin fuerzas armadas son islas (Barbados, Dominica,
Granada, Haití, Islandia, Kiribati, islas Marshall, isla Mauricio, Micronesia,
Nauru, Palaos, islas Salomón, Samoa, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San
Vicente y las Granadinas, Tuvalu y Vanuatu) o micro estados (Andorra,
Liechtenstein, Mónaco, San Marino y Ciudad del Vaticano).
Algunos
países, aunque no cuentan con fuerzas armadas, sí pertenecen a organismos
internacionales militares o han suscrito tratados de defensa mutua, casos de
Islandia que es miembro de la OTAN y Costa Rica que es miembro del TIAR.
Japón,
como hemos visto in extenso, no se incluye en esta lista porque, aunque tras la Segunda Guerra Mundial abolió el ejército en su Constitución
de 1945 (artículo 9) junto con la potestad a realizar operaciones militares en
el exterior, sí mantiene en existencia desde 1954 a las Fuerzas de Autodefensa,
las cuales tienen capacidades de defensa interna y, desde 1992, participan en
operaciones de paz de Naciones
Unidas fuera de las
fronteras de Japón siempre bajo autorización estadounidense.
Ciencias de la Seguridad y Defensa
En
las ciencias de la Seguridad y Defensa se sabe que toda nación tiene intereses que
defender, y que debe luchar por alcanzar la satisfacción de sus aspiraciones y
mantener los logros de los mismos, ello es indispensable para sobrevivir, permanecer
o prevalecer sobre quienes los amenazan o atacan. Igualmente sabemos que existen
amenazas a esa seguridad y que por ello deben conformar un aparato de defensa
nacional e incluso pueden asociarse o integrase en uno común, colectivo o cooperativo
o pagar de alguna manera para que otros lo defiendan. Colectivo significa un
cuerpo regular común, que envía tropas con carácter permanente y opera bajo un comando
colectivo permanente. Cooperativo significa que los países aportan elementos
para la defensa mutua de la integración alcanzada, de manera ad hoc, y no
mantiene organismo de defensa regular, ni comando permanente.
El
tamaño, calidad y naturaleza de ese cuerpo de defensa está en función de esos intereses, de esos
recursos que debe proteger. Los órganos de seguridad ciudadana de esos países,
a lo interno, están para otras funciones, no militares.
Al final,
llámense como se llamen, si tenemos que dotarlas de armamentos militares para
la defensa, no importa si se dicen “Sin Fuerzas Armadas”, porque lo que tiene
que tener es un cuerpo defensivo de sus intereses.
La
guerra moderna (y la de siempre) así lo ha demandado. No podemos ser “come
flores”. La discusión se ha centrado siempre entre “halcones” (guerreristas) y
“palomas” (pacifistas) pero, a la hora
de las chiquitas, o se defienden o deben pagar para que los defiendan. Por lo
demás, si no contamos con algún cuerpo de defensa, dependeremos de algún
factótum de poder superior que asuma nuestra seguridad y nos cobre por ello.
La
humanidad ha llegado a un punto en el cual lo países se integran para acometer
sus problemas de seguridad y defensa colectivos o cooperativos. Pues, llegan a tener
intereses comunes, y en ese caso, organizan y operan esos cuerpos defensivos
también colectivos. Por ejemplo NATO. No existe ninguna nación sin un servicio
de defensa de su seguridad.
En
el caso que nos ocupa, la GN no es la única fuerza, existen la Armada, la
Fuerza Aérea, y el Ejercito, las cuales eran las 3 fuerzas tradicionales como en
todos los países. La creación en 1937 por el General Eleazar López Contreras de
la Guardia Nacional como una suerte de policía nacional, fue una idea muy acertada, derivada de su
experiencia de otros países, los que tienen Carabinieri como Italia o chile, Gendarmería
como Francia, etc. Y ese cuerpo de seguridad ciudadana vino para combatir el ilícito
Fiscal y otros servicios, como la custodia de instalaciones estratégicas. Con
el tiempo, ese servicio llegó a ser reconocido como "Fuerzas Armadas de Cooperación",
incluso se llegó a que ese cuerpo organizado, con disciplina y adiestramiento
militar y equipamiento ídem, llego a ser considerado para asumir la función del
ejército, en tiempo de guerra, conocida como: “ASUNTOS CIVILES”, dentro del teatro
de operaciones.
La
Guardia Nacional terminó teniendo una bivalencia, civil y militar a un tiempo. Por
una parte, gozaba de la relación natural como policía civil con los demás
órganos del poder público, ministerios, etc., los cuales le aportaban recursos
presupuestarios y luego, como fuerza, gozaba y goza de los del Ministerio de la
Defensa, compitiendo con el ejército; porque, los presupuestos de las fuerzas
se calculan con base al número de hombres. Esas dos fuerzas se llevan la tajada
del rey león y la Fuerza Aérea y Armada, intensivas en tecnología y no en número
de hombres no cuentan con esos presupuestos. Por ello, la GN empezó a asumir funciones
de carácter naval, aéreo y del ejército. Se transformaron en monstruos
poderosos. Con doble presupuesto y múltiples funciones. Hoy, tiene más aviones
que la fuerza aérea y hasta más barcos que la marina de guerra y, no pocas
veces, se plantean conflictos como el ejercicio de la autoridad marítima, que
le compete a la marina de guerra, o armada.
Con
el tiempo, gracias a las gestiones de líderes GN brillantes,
extraordinariamente calificados, como el General de División y cuatriborleado
en doctorados universitarios, incluyendo de la Sorbona, GD (GN) Contreras Laguado
y otros, y gracias también a la desidia e indiferencia de los generales FAV y almirantes,
quienes no se preocuparon por asistir a las reuniones de la comisión que
estudiaba la reorganización de las FFFA,
y los dejaron solos, ellos, los GN, escribieron la nueva Ley Orgánica de las
FFAA (LOFAN), la cual incluyó a la GN
como fuerza armada regular del país. Entonces,
ya no fueron tres, sino cuatro, las fuerzas armadas regulares, cuando el resto
de los países tradicionalmente tiene tres.
Fue
en este momento histórico cuando, para celebrar su inclusión como fuerza y para
no perder lo alcanzado, se cambió el uniforme a Verde Oliva, en los pantalones,
y camisa beige, significando la base militar alcanzada y su carácter de policía
nacional, que ya tenía. Es decir, la consolidación de su bivalencia.
El
difunto quiso eliminarla y no pudo. De paso, no debía, sólo hay que reajustar
su status y rol dentro de la defensa nacional. El mal está en que la GN ha dado
un cambio quántico importante como negativo, como es constituirse en el brazo
armado efectivo y práctico de la represión. Esto es lo que causa el repudio y
nos hace entender los deseos de su eliminación. Había un dicho que reconocía
que mientras las tres fuerzas ameritan que haya guerra para verificar su
justificación, la GN acometía su guerra en tiempo de paz, en todos los
escenarios de la patria donde presta sus
abnegados como efectivos servicios, mar, tierra y aire, lo que les daba una
pátina de prestigio la cual, junto con su lema “El Honor es su divisa”, les
asignaba un lugar en el corazón agradecido de los venezolanos. Hoy son víctimas
de sus perversiones y amancebamiento anti natura con el mal gobierno y el régimen
castro comunista que nos acogota. Esa es la realidad. O al menos, como la veo y
ven quienes hoy desean su eliminación.
Dejo
en Uds. la pregunta de mi título y, como siempre, espero con mi análisis académico,
haber sido útil a los fines de ayudar a
entender el desastre en el cual estamos.
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