miércoles, 10 de mayo de 2017

PUPUTOV, CAGAZON  MUTUA ASEGURADA

La novedosa como graciosa y creativa bomba Puputov ha causado revuelo y natural euforia por su impacto inicial en las huestes represivas del gobierno. La esposa de un compañero de promoción, mi distinguida amiga Hèlide Balza de Briceño, ha publicado un comentario en su cuenta Facebook al respecto, el cual sólo incrementa mi creciente admiración y respeto a su inteligencia y dinámica participación como forista.

En esencia ella se refiere a que “Toda clase de violencia genera violencia, incontrolable”. No se puede detener o romper el ciclo de violencia con más violencia. Aprecio mucho y celebro el comentario tan sabio y acertado de Hèlide.

Un comentario de esta naturaleza, profundidad y contenido requiere de una persona de muy alta moral y sabiduría para declarar una opinión así de enfrentada con la euforia colectiva pírrica de una maniobra desesperada de parte de una oposición humillada y reprimida de manera tan brutal que, como ella ha dicho, puede revertirse contra los que hoy gritan alegres. ¿Què pasaria si los irrcioanles de los organos de seguridad ciudadana, quienes ya usan armas medievales para reprimir, utilizaran aguas negras en sus ballenas?

Las enfermedades que pudieran generarse no discriminan. Por la misma razón por la que no se puede martillar la cabeza del contrario con un cuchillo agarrado por la afilada hoja; así mismo, tampoco se puede atacar con un arma cuyos efectos letales sobre quien la esgrime no pueden controlarse. Ese fue el criterio sustentado por las dos potencias hegemónicas durante la guerra fría, e incluso hoy, denominado DESTRUCCION MUTUA ASEGURADA. Que es lo que, en esencia, ambas potencias han venido evitando. Tal incontrolable resultado de un evento tan catastrófico, por los efectos no sòlo mecánicos de su fortísima onda y calor generado, sino por los efectos de los gases gamma, les mantiene en la fase de disuasión; pero, funciona para ambos bandos. Los dos tienen reservas para su empleo abierto.   Ese riesgo doble no ha permitido una guerra nuclear declarada. Los acuerdos SALT o Tratado de limitación de armas estratégicas, por sus siglas en inglés, perseguían eso. Evitar la destrucción mutua asegurada. NO PODEMOS QUEMAR LA CASA PARA DESHACERNOS DE LAS CUCARACHAS.

Marcial La Fuente Estefanía, fecundo escritor de novelitas de vaqueros, solía llamar a esta acción propia del escenario de PERDER-PERDER de la teoría de juegos, a su máxima expresión, como “la Zancadilla del Diablo”, para describir la acción del pistolero malo y moribundo quien, antes de morir, se quiere llevar a su victimario en los cachos. Con eso ninguno triunfa.

Debemos encontrar otra manera. El General Patton solía decirle a sus solados en la arenga previa a la salida  combatir: “Yo no quiero que Uds. mueran por su patria” y dejaba de hablar por un momento y los soldados comenzaban a voltear y mirarse pensando “se emborrachó mi general”, ante el evidente estupor generalizado, el general Patton les interrumpía ese instante de visita al país de Narnia y completaba la arenga “Yo lo que quiero es que Uds. hagan que sus enemigos mueran por su patria”


Quizás esto ilustre aún mejor lo que mi amiga Hèlide ha querido asesorarnos para orientar nuestras luchas. Gracias Hèlide! por tu sabiduría y valentía al exponer tus ideas, ojalá que no te malentiendan. Concluimos que no se trata de parar la lucha, sólo que hay que pensar en las consecuencias de cada forma de acción. Los oficiales de Comando y Estado Mayor, le llamamos ACEPTABILIDAD,  uno de los tres criterios de evaluación a los cuales sometemos nuestras formas de acción para atacar al enemigo. Esta se refiere a “¿Estamos preparados para acometer los riesgos de tal acción?”   

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