martes, 2 de mayo de 2017

BOLIVAR NO ES UN PENSAMIENTO MUERTO.

El General Guaicaipuro Lameda declaró: “No veo fácil la salida del gobierno” y le contesto:

Pero, no imposible. Más bien me apego la teoría de la tortuga en un poste. Es un gobierno derrocado, tambaleante, y requiere un tiro de gracia mediante fuerza. No se le puede dar oxígeno, como el que el general Guaicaipuro, hombre inteligente, capaz y muy preparado, le ofrece por debajo de las sabanas al gobierno. Aunque sus argumentos suenen con apariencia de verdad, son para generar la desesperanza aprendida de que el gobernante ilegitimo es súper astuto e invencible, que está fuerte o más de lo que sus medios actuales le pudieran demostrar, que tiene apoyo sólido incluso de la FAN, etc.,  y hacer que la gente se desmovilice.

Me parece un error expresar esto, y menos por él. Esto es para el petitte comité, para reuniones de amigos en confidencias de cafetín; pero, para enviar como meta mensaje a quienes le están echando bolas y muriendo en las calles, no me parece. ¿Qué le pasa general? Lo invito a leer el siguiente extracto de un escrito de Tadeo Kosma, el cual puede conseguirlo completo en:
https://todofluye.wordpress.com/2007/12/03/somos-el-pueblo-de-las-dificultades-nos-fortalecemos-ante-la-adversidad/
Somos el pueblo de las dificultades: nos fortalecemos ante la adversidad… por Tadeo Kosma
El Sensei Yamamoto Tsunetomo (1659-1713), en su tratado ‘Hagakure‘, escribió en alguna de sus páginas que «no es suficiente el evitar sentirse desanimado cuando llega una prueba. Cuando sobreviene una desgracia, el samurai debe alegrarse y tomar la oportunidad que se le ofrece de poner a prueba su energía y su coraje. Tal actitud difiere radicalmente de la simple resignación. Cuando sube la marea, el barco se eleva», y también añadió que «existe un proverbio que reza: “Cuando el agua sube, el barco también.” En otras palabras, frente a las dificultades, las facultades se agudizan. Es cierto que los hombres valientes cultivan seriamente sus talentos cuando las dificultades con las que están enfrentados son importantes. Es un error imperdonable dejarse abatir por las dificultades

El Libertador Simón Bolívar, manifestó muchas veces ese mismo espíritu viril que exhortaba el maestro Yamamoto en los guerreros samurais. Bolívar, genio de la guerra, decía de sí mismo que era “el hombre de las dificultades”, y que su voluntad no desmayaba y aun se fortalecía ante la adversidad.

Un ejemplo, entre muchos, de ese carácter recio de nuestro Libertador lo ilustra la anécdota que relató don Joaquín Mosquera (embajador de Colombia, para aquella época, ante los gobiernos de Perú, Chile y Buenos Aires) cuando visitó a Bolívar en Pativilca, en la Costa del Perú, el 7 de enero de 1824.

Bolívar se hallaba enfermo de cuidado y había recibido la noticia de que la guarnición del Callao se había sublevado y pasado a los realistas. El Libertador apenas contaba con 7.000 hombres, mientras que el poder español tenía más de 22.000. Esta contrariedad, sumada a los errores del gobierno peruano, las intrigas de los traidores que conspiraban contra él, y su enfermedad, complicaba excesivamente la situación.

CN Eddy Darío Barrios Orozco




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