viernes, 19 de mayo de 2017


NOS QUEDAMOS SIN GAS A NIVEL NACIONAL

Con profunda indignación reporto lo ocurrido ayer en las oficinas de la planta de SERVIGAS, Puerto Cabello. Acudí en representación voluntaria de mi comunidad, para reclamar que nuestra torre no había, y no ha, recibido el suministro de gas a granel desde hace tres semanas. El local de Servigas estaba, y está, con las santamarías abajo y apenas un vigilante en las rejas prestando su servicio. Por fortuna, en ese momento alguien de la empresa salía y pude preguntarles cuándo podrían prestarnos el servicio y la contestación fue: “Mire señor, hace una semana que NO HAY GAS A NIVEL NACIONAL”, desconociendo ellos cuándo podrían restablecer el servicio. Me dijeron que yo debería haberlo leído en noticias publicadas en diarios locales y me dio cierta vergüenza porque no sabía nada de eso.

Somos una comunidad de unas 104 familias, en dos torres del conjunto residencial, y no todos disponen de una cocinilla eléctrica de emergencia. Además, presumo que los circuitos de suministro eléctrico se recalentarán porque no se trata de calentar una comida o preparar una receta en situación de emergencia en un apartamento o dos, sino de 104 familias utilizando la acometida con carácter regular durante un mes o más, y no estoy seguro que la capacidad instalada lo pueda soportar, especialmente si cada hogar usa unas 4 hornillas. La mía no lo está. Generalmente se tienen contratados unos 80 amperes hora por apartamento.

Este régimen del palabreo a lo Loca Luz Caraballo, de la muela del charlatán de turno, o del encantamiento ideológico  del líder máximo que, como el duende que camina, nunca muere, nos tiene acostumbrados al bla bla inconsistente, al slogan o cliché comunista, a la promesa inconclusa y, por supuesto, no cumplida. Así nos hablaban de un “Gasoducto del sur”, para integrar a países del continente.

“El proyecto fue enunciado por la tripleta Chávez, Kirchner y "Lula",  en diciembre de 2005, en Uruguay, con motivo de la reunión cumbre de mandatarios del Mercosur. El gasoducto atravesaría ríos y montañas para conectar a Venezuela con la mismísima Argentina. Eran 10.000 kilómetros de ilusiones, las cuales resumían entusiasmo, ideales y promesas. Dos años más tarde, en 2007, la mega obra comenzaba a "perder presión" y el mismo difunto reconocía que el plan de trabajo se había congelado”. (“Del gasoducto bolivariano, al tren bala, las diez promesas que no quedarán en los libros de historia”. Por Patricio Eleisegui. 19/10/15)

Sabido es que el gas es compañero natural del petróleo, de cuyas reservas somos los primeros en el mundo. Ya sabemos que quebramos PDVSA y que esa empresa se transformó en todo, vendedora de ilusiones, verduras, carnes y pollos, menos en la  primera empresa petrolera del mundo que solía ser. No reinvirtieron lo que cualquier empresa destina al mantenimiento de equipos y, lo que es más importante, de los pozos. Algunos se pueden secar si es que no están secos ya. Si no se mantienen  los pozos, de nada vale que tengamos las más  
No me alegra para nada percatarme del fracaso de estos planes faraónicos. Como tampoco me complazco en comprobar que somos la vergüenza y hazmerreir del mundo. Unos bananeros inconscientes que somos capaces de quebrar una empresa petrolera tan importante como la nuestra. Es toda una paradoja, La bien llamada  PARADOJA VENEZUELA, término acuñado por José Toro Hardy, experto petrolero, escritor de la obra "OIL" (PETROLEO).

¿Hasta cuándo tendremos improvisados al frente de la gerencia pública? Yo me sorprendo de cuanto candidato se asoma al ruedo, aun con las mejores intenciones; pero, sin la adecuada o idónea preparación y capacitación  profesional, inspirados en que si un colombiano por nacimiento y sin ninguna preparación gerencial puede llegar a presidente, ¿Por qué no yo?

“Se decía que Juan Vicente Gómez era un hombre ignorante, incluso se popularizó que era analfabeta. No obstante, tuvo el cuidado de seleccionar muy bien a sus ministros, quienes en su época fueron verdaderas luminarias. Fue un régimen cruel el de Gómez, en circunstancias históricas donde Venezuela optó por sacrificar la libertad política y la democracia en aras de la paz que impuso Gómez al acabar con los caudillos y las guerras regionales permanentes. El general Gómez tuvo entre sus ministros o colaboradores a Laureano Vallenilla Lanz, José Gil Fortoul y César Zumeta, escritores insignes. Vallenilla es el autor de un libro fundamental Cesarismo Democrático, en tanto la obra magna de Gil Fortoul es Historia Constitucional de Venezuela. Uno de su ministro de Hacienda fue Román Cárdena, el creador de la hacienda pública moderna en Venezuela, mientras que Gumersindo Torres desde la cartera de Fomento ordenó la legislación petrolera y estableció una institucionalidad para vigilar el manejo de la industria petrolera. (Econ. José Guerra, “Pobres Ministros”, 20 de agosto 2008)

No importaría que los actuales ministros fueran comunistas, ateos, sibaritas o saltimbanquis, si al menos supieran como gerenciar y, si es que lo saben, que no estuvieran mediatizados por el ideario Castro comunista. Del general Gómez, como hemos leído en el artículo de José Guerra, se dijo de todo, que era bruto, iletrado y hasta que no sabía leer, cosa que no fueron ciertas. Al menos fue un excelente administrador de sus haciendas y lo primero que hizo fue rodearse de la crema y nata de la sociedad para gobernar. Éstos de hoy, son audaces, aprendices de brujos, a quienes el estado les quedó grande. Permitimos que un dizque chofer de buses del METRO se montara en la silla de Miraflores y “chocó” el país, ni más ni menos.



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