miércoles, 31 de mayo de 2017

HÀBLENLE CLARO AL PAIS

A riesgo de ser rebatido por los expertos, me atrevo a explicar lo de la venta de bonos de PDVSA. Según he aprendido de mis profesores, cuando los empresarios tienen necesidad de financiamiento para apalancar sus actividades industriales, acuden a la banca primero. Si los precios del dinero están muy altos (las tasas de interés activas de los bancos muy altas) tienen una alternativa que pudiera serles viable, como es la de vender acciones de su empresa. Si gozan de buena credibilidad como empresarios y tienen capacidad industrial instalada y probada y son serios, los inversionistas nacionales e internacionales les compran esas acciones, al bajo precio en la bolsa de valores, y esperan el tiempo de crecimiento o maduración de su inversión para venderlas, tienen fe en que cuando la empresa haya hecho las inversiones con ese capital de las acciones vendidas, éstas ganen en precio. Pueden revenderlas en cualquier momento de la maduración, a la tasa de redescuento que fija el Banco Central.

Cuando es el estado el que necesita reducir el circulante en manos de la demanda final, para equilibrar el valor de la moneda nacional (una de las  responsabilidades del Banco Central) o cuando no tiene liquidez para pagar las deudas, acude al práctica de colocar bonos de la deuda pública, los cuales coloca en la bolsa internacional, donde algunos inversionistas los compran y, como los empresarios nacionales, esperan el tiempo de vencimiento para recuperar su inversión y ganarse el diferencial,  si es que los bonos aumentan de valor.  EL valor nominal del bono está en su cara, el valor de un bono, en un determinado momento, lo asigna la confianza que exista en el mercado de bonos y acciones acerca de la capacidad del país en producir y desarrollarse y ponerse de pie y pasar el rubicòn que le hizo colocar esos bonos, es decir la confianza que tiene el inversionista en que efectivamente podrá recuperar la inversión en el plazo determinado. Cuando quien compra esos bonos necesita a su vez liquidez, los puede revender, si es que no puede esperar el plazo. Los vende al precio del mercado internacional, pues no hay un Banco Central internacional. Ese es el movimiento natural de ese mercado de bonos.

En el caso de la venta de los bonos comprados por esa empresa Goldman Sachs (uno de los grupos de banca de inversión y valores más grandes del mundo, fundado en 1869), ocurre que Venezuela está pelando por liquidez y necesita urgentemente dinero fresco para pagar las deudas, para costear su presupuesto, y para lo que sea, y tiene que vender las acciones al precio que se las compren. En este caso al 70 % de su valor.  De esa  manera, algo que en el mejor de los casos, valdrá su valor facial de 2.8 MM $, lo vendieron a 800MM.  Goldman Saach los compra para esperar el tiempo y cobrar a futuro. Los intermediarios cobran su comisión por gestión de negocios.
“El departamento de gestión de activos de Goldman Sachs pagó 31 céntimos por dólar, es decir, unos 865 millones, por los bonos emitidos por la compañía estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) en 2014, que vencen en 2022, reseñó EFE. Habría comprado aproximadamente 2.800 millones de dólares (valor facial)  en bonos de la petrolera estatal venezolana. El precio de los bonos, que estaban en posesión del Banco Central de Venezuela, supone una notable rebaja respecto del mercado de valores venezolano que vence el mismo año. 
Los bonos venezolanos se comercializan ampliamente por su alta rentabilidad, “dada la mala situación económica del país” caribeño, que encadena años de recesión y se encuentra cerca de la hiperinflación, y por el compromiso expresado por el presidente Nicolás Maduro de pagar las obligaciones de deuda.  Si Caracas cumple con el pago, el banco de inversión de Wall Street obtendría unos beneficios cercanos al 40% .” (Agencia EFE)

Lo interesante y lo que no es delito es que esa o cualquier empresa compre dichos bonos,  incluso no es delito que un país venda esos o cualquier otro bono, que a la postre son formas de dinero, o instrumentos financieros muy legales y válidos. El problema radica en las causas y razones para que Venezuela, que está sentada encima de las mayores reservas de petróleo y de oro, etc., del mundo, por la mala administración de sus líderes y gobernantes,  tenga que  salir apurada a  vender esos bonos y no esperar su tiempo de maduración. Ese desespero es causado por la quiebra del aparato productivo del país (no producimos - no exportamos - no ganamos dólares - no podemos pagar ni costear el presupuesto, así de simple), al punto de que los inversionistas internacionales  los están comprando al precio de gallina flaca. Si fueran buenos, los tendrían que comprar a una tasa superior, por decir el 90 %.  Esa es la cochina realidad del dinero.


La razón económica y financiera es que estamos en quiebra, aunque se diga que los países no quiebran, pues quebramos PDVSA y el aparato productivo está destruido y no tenemos suficiente para consumir internamente y, qué decir de exportar para atraer más dólares frescos. Ya no es decente, ni sensato, seguir escondiendo esta realidad. Que los señores economistas, mis maestros,  que saben más que yo de eso, lo digan claro y raspado, ellos saben de econometría y tienen todos los datos oficiales y saben cómo calcular todos esos valores.  Yo apenas  he recibido clases de ellos, en la asignatura Economía, en mis estudios superiores. Les pido que de una vez salgan al frente y expliquen en un comunicado conjunto nacional lo que está pasando. Sr. Economista José Guerra y compañía, explíquenlo mejor que yo.

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