CRECIMIENTO O DESARROLLO ECONÓMICO
Existe CRECIMIENTO ECONÓMICO cuando
en un país - por las causas que sean,
planificadas o fortuitas - se produce un incremento de las variables
macroeconómicas; es decir, un aumento considerable y significativo de los
indicadores de riqueza de la nación, expresados en las cantidades o cifras de
bienes y servicios producidos por su aparato productivo y los dólares que, en
consecuencia, le entran a su Banco Central por estos conceptos.
Un ejemplo de esto es el abrupto
crecimiento del ingreso que el país obtuvo durante la racha de precios elevados
del barril del petróleo durante el primer gobierno del presidente Carlos Andrés
Pérez, de los años setenta del siglo pasado, Por razones fortuitas para
Venezuela (por cierto) como
consecuencia del embargo petrolero en el medio oriente, nos entraron de repente
unos 3.000 millones de dólares proveniente de la renta petrolera y nos volvimos
locos. En Miami nos bautizaron los indios
“Ta`barato,
dame dos”.
Ahora bien, DESARROLLO ECONÓMICO es
otra cosa y significa que con esa riqueza generada una nación logra articular
sus políticas públicas, para distribuirla de manera tal que su aparato estatal
de organización y producción dé respuestas a las necesidades de la población y
que el dinero fluya hacia la consolidación estructural de la sociedad, como
podría verse representado en la optimización del aparato productivo de bienes y
servicios, industria, comercio y servicios públicos. El mejoramiento de la
infraestructura de servicios nacional, expresada en vías de comunicación,
transporte y energía eléctrica para la industria y hogares. La construcción de
viviendas y su facilitación del acceso a las mismas por parte de las capas
marginadas, el acceso al empleo productivo con seguridad social (salud y pensiones), la educación de
calidad, gratuita y obligatoria que alimente la investigación y a la industria.
Reducción de los indicadores de morbilidad (por
reducción y control de enfermedades, endemias y epidemias) y el aumento de
aquellos que expresan aspectos positivos, como puede ser la disminución de la
rata de mortalidad infantil, el aumento del alfabetismo, etc. Cuando una sociedad logra hacer esto, se dice
que está en vías o en pleno desarrollo, y entra en el rango de países
avanzados, saliendo del odioso concepto
de tercer mundo.
Todo esto debe cumplirse en un clima de
respeto a la constitución y leyes, a los derechos humanos y alejados de la
perniciosa influencia del narcotráfico. Por supuesto, un país donde se respete
el estado de derecho y se dé cabida a que la inversión privada, nacional e
internacional, pueda venir a contribuir a generar esa riqueza que se necesita
para después poderla distribuir.
De tal manera que existe una muy marcada
diferencia entre crecer y desarrollarse. Este es una reto que tenemos países
como los nuestros, donde estamos aguas abajo de aquellos que lo han alcanzado.
La tendencia es a culparlos a ellos de nuestros fracasos y asumir que el
desarrollo es suma cero; es decir, que si un país se desarrolla elimina las
posibilidades de que otro lo haga y eso no es estrictamente verdad. No existe y
un grupo con un jefe imperial dirigido a eliminar las posibilidades de que otro
grupo alcance el desarrollo. Lo que pasa es que no existe tal cosa como “un
almuerzo gratis”. Hay que como decían en mi pueblo, “mojarse
el trasero para comer quiguas”. Mucho les ha costado a esas sociedades
organizarse y llegar a acuerdos para producir, para ingresar esos recursos producidos
por la exportación de la capacidad de su industria y luego para gastarlos y, sobretodo,
para proteger esos recursos de la voracidad de la corrupción.
Venezuela ha sido un clarísimo ejemplo de todo
lo contrario. Hemos tenido etapas, como ya hemos dicho, de altísima producción
y de entrada de incalculables ingresos correspondientes. De paso, ni siquiera
puede decirse que partimos de cero sino
que, por gracia divina desde su inicio, la tierra bendita de nuestros aborígenes
estaba y sigue estando llena de cursos inmensos. No es éste el caso de Japón,
que en esencia es una isla larga y delgada, sin nuestros recursos naturales, adosada
a una masa continental con un adversario gigantesco como China, o el de Inglaterra,
la cual también es una isla grande adosada a la tierra firme o masa continental
de Europa. Incluso la han venido siempre a invadir y dominarla y ha resistido con
éxito esas invasiones y ha alcanzado un grado de progreso envidiable. Otros
ejemplos pudieran ser los de Suecia, o Alemania, las cuales han pasado por
terribles amenazas y hoy son ejemplo de desarrollo.
Venezuela tiene ese reto, sus líderes
deben recoger el guante y echarle un camión de voluntades para salir de este
designio o destino manifiesto que nos sume en miseria. ¿Estarán quienes nos gobiernan
desde hace 16 años o quienes aspiran a hacerlo, conscientes del mismo? Para
ello deben estar claros en la diferencia entre crecimiento y desarrollo.
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