martes, 17 de marzo de 2015

 ¡BZ! al periodista Elvis Maldonado y ¡Gracias!

He leído con sumo detenimiento la profunda y bien argumentada respuesta que el periodista Elvis Maldonado le envía a su amigo militar. Me dolió leer cada letra en la que me sentí representado; porque, también he pensado como él, pero no me atrevía a decírselo a mis familiares y amigos, quienes se encuentran obnubilados, alienados y creyentes a pies juntos del modelo Castro Comunista con el que nos desgobiernan y, por ende son, a juicio del periodista y el cual comparto, los verdaderos culpables de la situación actual, con una alícuota mayor a la de los  lideres conspicuos del régimen, quienes fueron puestos y son mantenidos en sus cargos de poder, que no de servicio, precisamente por el apoyo solidario, a cheque en blanco, que les giraron. Ellos los han cobrado con los fondos de nosotros, adeptos y disidentes, sin control antero posterior y sin responsabilidad alguna para con nuestras vidas y nos han dejado con nuestro futuro, y el de nuestra descendencia, empeñado a naciones extranjeras y con las decisiones de estado en manos de éstas. Es más, estamos amarrados a sus suertes, en este ajedrez geopolítico de las superpotencias.

Me fue muy doloroso leer su escrito y ver reflejada mi historia personal.  Y eso que no he sido cooperante, ni indiferente, sino todo lo contrario. He escrito mucho y de manera muy sólida desde mi retiro del servicio activo en el 2000; pero, no dirigía mis escritos directamente a quienes más quiero, con quienes he actuado como el avestruz o como si me hubiera hecho una suerte de Lobotomía frontal voluntaria, con tal de no herirlos o de no perder la relación de familia o de amistad y, por eso, ante la carta que leí me sentí aliviado de que alguien hubiera puesto en blanco y negro lo que siempre quise decir. Cada vez que intenté decírselos, se produjeron serios encontronazos, que casi nos hicieron separar de por vida y allí fue cuando tuve que evitar seguir tratando el tema y cesar en mi intención de hacerlos despertar de su alienación. Algunos piensan que estoy equivocado, que soy fastidioso o que simplemente no aceptan escuchar ni leer nada que no sea lo que les gusta leer o escuchar, como pudiera ser su adhesión ciega, sorda y muda, a la ideología socialista, comunista más bien, como bien lo expresara Fidel Castro a Vanessa Davis.

¡Qué bien lo describe Elvis Maldonado! y cuánta verdad hay en sus palabras. Yo he dado vueltas alrededor en mis escritos, usando un método deductivo para entregar ideas con sustento de un marco teórico conceptual y dando la oportunidad de que mis lectores saquen sus propias conclusiones; pero no, el que esta cooptado y alienado no delibera, no se sale del cliché, de la frase fácil, y de la línea partidista y, lo que es peor, no mira la realidad que nos constriñe y, de paso, cuando ve algo malo asume que lo causó otro, en especial el “escuálido-traidor-apátrida-neoliberal-salvaje-agente de la CIA, o lacayo del imperio”, cuando todos esos epítetos lo que hacen es reflejar el rostro en el espejo el en el cual se miran.

Esa es la técnica propia del “cuadro” comunista, formado para atacar en una suerte de lo que los gringos llaman pre-empty strike, o ataque preventivo para defenderse con la mejor defensa, cual es el ataque, y tratar de descalificar al adversario político, al cual considera su enemigo irreconciliable. Otra cosa es que, ante cualquier crítica, justificada y hasta sustentada en evidencias sólidas, de algún país extranjero a los líderes de su proceso, lo consideran un ataque al país como un todo, al cual hacen cómplice de sus tropelías, formando una asociación inexistente o abrogándose de manera impropia una transitividad que no existe entre ellos y la nación, que es más que las generaciones que fueron, las que están y las que nacerán en nuestro amado territorio.

Recientemente hube de salirme de un foro de amigos porque algunos se sentían ofendidos por mis argumentaciones, en especial cuando éstas, por generosidad de mis lectores, acumulaban muchos “likes” o comentarios de adhesión y estímulo. Para nada, porque ellos sí pueden escribir cuando y cuanto quieran y tratar de justificar las deficiencias aberrantes, casi pornográficas, de la suma de escándalos de corrupción, de la asociación con el narcotráfico, devaneos geopolíticos con potencias comunistas, veleidades con movimientos subversivos extranjeros y con el terrorismo internacional, apoyo o lenidad para con el delincuente, armado por el estado en grupos irregulares para apoyo de su proceso, y pronto hube de regresar a escribir ante el pedido de quienes sienten que debemos hacer lo que nos pide Elvis, seguir en la lucha y decirles claramente, sin ambages, eufemismos ni cortapisas, que ellos son quienes mantienen esto como está. Que la decisión está en sus manos, que debemos unirnos en la lucha democrática, pacifica sin armas; pero, con coraje cívico y voluntad indoblegable de ser libres. 

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