He leído con sumo
detenimiento la profunda y bien argumentada respuesta que el periodista Elvis
Maldonado le envía a su amigo militar. Me dolió leer cada letra en la que me
sentí representado; porque, también he pensado como él, pero no me atrevía a
decírselo a mis familiares y amigos, quienes se encuentran obnubilados, alienados
y creyentes a pies juntos del modelo Castro Comunista con el que nos desgobiernan
y, por ende son, a juicio del periodista y el cual comparto, los verdaderos
culpables de la situación actual, con una alícuota mayor a la de los lideres conspicuos del régimen, quienes fueron
puestos y son mantenidos en sus cargos de poder, que no de servicio, precisamente
por el apoyo solidario, a cheque en blanco, que les giraron. Ellos los han
cobrado con los fondos de nosotros, adeptos y disidentes, sin control antero
posterior y sin responsabilidad alguna para con nuestras vidas y nos han dejado
con nuestro futuro, y el de nuestra descendencia, empeñado a naciones
extranjeras y con las decisiones de estado en manos de éstas. Es más, estamos
amarrados a sus suertes, en este ajedrez geopolítico de las superpotencias.
Me fue muy doloroso leer su
escrito y ver reflejada mi historia personal. Y eso que no he sido cooperante, ni
indiferente, sino todo lo contrario. He escrito mucho y de manera muy sólida
desde mi retiro del servicio activo en el 2000; pero, no dirigía mis escritos directamente
a quienes más quiero, con quienes he actuado como el avestruz o como si me
hubiera hecho una suerte de Lobotomía frontal voluntaria, con tal de no
herirlos o de no perder la relación de familia o de amistad y, por eso, ante la
carta que leí me sentí aliviado de que alguien hubiera puesto en blanco y negro
lo que siempre quise decir. Cada vez que intenté decírselos, se produjeron
serios encontronazos, que casi nos hicieron separar de por vida y allí fue
cuando tuve que evitar seguir tratando el tema y cesar en mi intención de
hacerlos despertar de su alienación. Algunos piensan que estoy equivocado, que
soy fastidioso o que simplemente no aceptan escuchar ni leer nada que no sea lo
que les gusta leer o escuchar, como pudiera ser su adhesión ciega, sorda y muda,
a la ideología socialista, comunista más bien, como bien lo expresara Fidel
Castro a Vanessa Davis.
¡Qué bien lo describe Elvis
Maldonado! y cuánta verdad hay en sus palabras. Yo he
dado vueltas alrededor en mis escritos, usando un método deductivo para
entregar ideas con sustento de un marco teórico conceptual y dando la
oportunidad de que mis lectores saquen sus propias conclusiones; pero no, el
que esta cooptado y alienado no delibera, no se sale del cliché, de la frase
fácil, y de la línea partidista y, lo que es peor, no mira la realidad que nos constriñe
y, de paso, cuando ve algo malo asume que lo causó otro, en especial el “escuálido-traidor-apátrida-neoliberal-salvaje-agente
de la CIA, o lacayo del imperio”, cuando todos esos epítetos lo que
hacen es reflejar el rostro en el espejo el en el cual se miran.
Esa es la técnica propia del
“cuadro”
comunista, formado para atacar en una suerte de lo que los gringos llaman pre-empty
strike, o ataque preventivo para defenderse con la mejor defensa, cual es el
ataque, y tratar de descalificar al adversario político, al cual considera su enemigo
irreconciliable. Otra cosa es que, ante cualquier crítica, justificada y hasta
sustentada en evidencias sólidas, de algún país extranjero a los líderes de su
proceso, lo consideran un ataque al país como un todo, al cual hacen cómplice
de sus tropelías, formando una asociación inexistente o abrogándose de manera
impropia una transitividad que no existe entre ellos y la nación, que es más
que las generaciones que fueron, las que están y las que nacerán en nuestro
amado territorio.
Recientemente hube de
salirme de un foro de amigos porque algunos se sentían ofendidos por mis
argumentaciones, en especial cuando éstas, por generosidad de mis lectores,
acumulaban muchos “likes” o comentarios de adhesión y estímulo. Para nada,
porque ellos sí pueden escribir cuando y cuanto quieran y tratar de justificar
las deficiencias aberrantes, casi pornográficas, de la suma de escándalos de
corrupción, de la asociación con el narcotráfico, devaneos geopolíticos con
potencias comunistas, veleidades con movimientos subversivos extranjeros y con
el terrorismo internacional, apoyo o lenidad para con el delincuente, armado
por el estado en grupos irregulares para apoyo de su proceso, y pronto hube de
regresar a escribir ante el pedido de quienes sienten que debemos hacer lo que
nos pide Elvis, seguir en la lucha y decirles claramente, sin ambages,
eufemismos ni cortapisas, que ellos son quienes mantienen esto como está. Que
la decisión está en sus manos, que debemos unirnos en la lucha democrática,
pacifica sin armas; pero, con coraje cívico y voluntad indoblegable de ser
libres.
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