domingo, 21 de febrero de 2016

JUEGO TRANCAO

Al presidente encargado (de manera ilegítima como ineficiente) del país le oí decir que después de su cadena de ayer 20 de febrero (de lugares comunes, clichés revolucionarios y nada de sustancia diría yo), iría a jugar domino en Catia, donde una familia que le había invitado y yo le digo que no tiene que ir tan lejos, que no pierda su tiempo…ya el juego está trancao.

La AN, de mayoría evidente de 122/167 diputados de la oposición, o 109/163 si más les gusta, mayoría alcanzada gracias a la voluntad del pueblo que votó por un cambio, para lo cual tiene que haber votado muy buena parte de los rojos insatisfechos con el régimen, colocó sus piedras y el TSJ, como mirón chillón entre los dos jugadores, AN y gobierno, sentenció que sí procede el decreto de emergencia que la AN no había aprobado, conclusión a la cual arribaron los diputados luego de haberlo estudiado y con muy buenos argumentos,  y cuya votación no favoreció el mismo. El gobierno dice que no acatará nada de lo que diga la AN y ésta última se encuentra en una puja con el TSJ. Esta puja indebida, como contraproducente, de los poderes esenciales de la república, coloca el juego trancao.

Pude entender del discurso, de la última cadena ya señalada, que el argumento del gobierno es que las confiscaciones a las propiedades de los hacendados o agricultores y ganaderos del país (según él unas 700 fincas) que ordenara el difunto, habrían sido correctas y, de paso, asume como que en manos del gobierno han estado productivas. De allí que, aunque suene incongruente porque si estuvieran productivas no ameritaría el decreto, haya ordenado los tales 14 motores anunciados, para que sigan en manos de sus acólitos, para que "ahora sí", las pongan a producir “de ahora en adelante” a full chola, para satisfacer la demanda de alimentos, cosa que no han hecho desde su confiscación. Digo confiscación, porque no hubo el debido proceso que haya producido la sentencia firme de la justificación de necesidad por utilidad pública, ni pago oportuno de los fundos, para llamarlas expropiación; razón por la cual, digo que fueron confiscados, no expropiados. Además, no continuaron produciendo lo que sus legales y legítimos propietarios los tenían produciendo, gracias al "know how" familiar, perfeccionado desde sus ancestros al presente. Incluso AGROISLEÑA, transformada en AGROPATRIA, dejó de prestar los servicios que les prestaban con regularidad y buenas coordinaciones a los susodichos ganaderos y agricultores.

¿Es que van a resucitar las reses que se comieron en parrillas?, o ¿es que van a re-cultivar las tierras yermas y enmontadas, y volver a contar con buenas semillas? No digo que sea imposible; pero, ¿Es que acaso todo no lleva su tiempo? A sus legítimos propietarios les costó décadas de trabajo alcanzar el funcionamiento regular de esas propiedades y a sus invasores les costó  meses destruirlas. Ejemplos son muchos, la Marqueseña, la de Diego Arria, los centrales azucareros, Agroisleña ya señalada, etc.  

Para remate, como era de esperarse, y como les dijeran tanto sus dueños como la oposición desde el mismo momento que las confiscaron, al dejar de producir los bienes y servicios que esas industrias enteraban al mercado, y con la continuación de la creación artificiosa y distribución engañosa de dinero inorgánico, se incrementó la inflación a unos niveles estratosféricos, con lo cual se produjo la tormenta perfecta de escasez (que dejó hace rato de ser  solo desabastecimiento) ligada a la inflación más alta el mundo, o ESTANFLACION en la que nos encontramos.

NO hay cómo importar; pues, ya no hay dólares para pagar las importaciones. Eso se puede verificar en el hecho irrefutable que en la rada, muelles y fondeaderos de los puertos del país, léase Puerto Cabello (donde vivo y veo todos los días) y La Guaira (que vi antier), no hay buques mercantes en espera para ser descargados y, ni que si se colocaran las órdenes hoy éstas llegarían antes del tiempo que consume colocar las órdenes, meterse en las colas de pedidos en las empresas extranjeras y que los buques naveguen a nuestro país, mas su llegada y distribución, etc. O sea, nos espera, en el mejor de los casos, unos 3 meses entre que se consigan dólares de alguna manera y se compren las importaciones, para tenerlas en las mesas del pueblo. Me temo que se podría configurar así el escenario de “un caso para la Cruz roja Internacional”, previsto por Arturo Uslar Pietri, quien predijo que en dicho escenario “aquí llegarían buques con alimentos para repartir sopas en las esquinas”.

El discurso del régimen  asume que el modelo del castro comunismo que ellos adoptaron a pie juntos es eficiente y está bien seguir con él, así estemos en bancarrota, no haya alimentos, ni bienes producidos por un aparato productivo nacional totalmente destruido, y repiten hasta el cansancio que la culpa de los males que nos acogotan no es de ellos, sino del maldito capitalismo, del imperialismo malvado mismo de “las venas abiertas de Latinoamérica”, y que los apátridas y traidores, lacayos del imperio son otros (locus externo) y no ellos, que son quienes han mal dirigido la economía nacional, basados en un modelo errado.

De allí que, las medidas anunciadas, como nos ilustra José Guerra, no apunten a ningún cambio sustantivo al modelo, sino su continuidad más terca (la perseverancia es virtud, la terquedad no). Apenas unos retoques dentro del mismo esquema, los cuales no solucionarán nada. Con esto en mente podemos entender que estamos y seguimos en muy mal predicamento. Un juego trancao y  la cochina perdida.


¡Paso! presidente, coloque sus piedras

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