miércoles, 1 de abril de 2015

INJERENCIA

Tienen razón quienes abogan por la no intervención de ningún  país en la soberanía de otros de sus pares. La libre determinación de los pueblos es un derecho inalienable. Para defender la soberanía e integridad del territorio es que juramos los militares, además de que todo ciudadano, investido o no de autoridad, está obligado a defender la vigencia de la constitución, así como los valores y principios democráticos de nuestra nación. Para esto no hay que recoger firmas, como tampoco hace falta recogerlas para que las personas expresen que van a cumplir con su deber, que no van a matar o violar cualquier ley.

No quiero disgregarme en este escrito; pero, no puedo dejar pasar mi descuerdo por la decisión de colocarle un grado militar de comandante en jefe, aunque la persona sea militar retirado, a un presidente quien, por la constitución, ya lo es sin necesidad de ser militar, e  incluso esa es la belleza de nuestro sistema democrático, que el poder militar está subordinado al poder civil legal y legítimamente constituido.  Eso que hicieron fue y sigue siendo una estupidez, (por cierto el presidente actual, un civil, no usa su uniforme de Comandante en Jefe, como sí lo hacia el difunto, ¿Entonces, en qué quedamos?)

Considero que eso es una cuestión innecesaria y hasta ridícula, ponerle un uniforme y 8 soles de general/almirante,  si así les place, a un civil para que los militares le puedan respetar. Con esta decisión que un día tomaron, y que pasó desapercibida, se enterró la institucionalidad de la presidencia de la república.

Ahora bien, no puede llamarse injerencia cuando los países, en plenas facultades y con soberana decisión, firmaron acuerdos de vida en comunidad dentro de un sistema de integración y al violar los acuerdos la misma comunidad a la que pertenece por libérrima decisión, les llama a botón. Es como si uno alegara soberanía sobre lo que hace dentro su apartamento de un condominio; pero, viola los acuerdos de vida comunitaria dentro de su misma comunidad.

Si decidimos que no se puede dejar el carro en cualquier puesto, sino en el que a uno le toca y si uno estuvo de acuerdo en no hacer ruidos molestos después de las 11 de la noche y si no se puede llegar rascado y dando la cómica y abusando de cuanta persona se le atraviesa, no es injerencia si la comunidad le reclama y le exige que cumpla con las normas acordadas.

Si Ud. llega rascado a las 4 de la madrugada y le pega a su mujer y ella sale gritando desesperada y con los niños en brazos, porque Ud. quiere abusar de ella y pegarles a sus hijos con un palo de escoba, no es injerencia si sus vecinos se despiertan sorprendidos y salen a  la puerta y  tratan de protegerla. Venezuela es parte del Sistema  Interamericano como de la ONU. Ambas organizaciones tiene normas y procedimientos comunes, intereses comunes adoptados en acuerdo por todos, y mecanismos para hacer que los miembros que los violen sean llamados al orden. Tales instrumentos, entre otros, son la Carta de las Naciones Unidas y la Carta Democrática de la OEA, así como el Estatuto de Roma. Por otra parte, los DDHH son conquistas de la humanidad y no de una sola nación. Son parte integral de los derechos domésticos de cada país, a los cuales ingresan de automático, sin necesidad de requerir que los congresos, parlamentos o asambleas nacionales de dichos países, hagan ninguna convertibilidad.

De tal manera que, quienes gobiernan un país cualquiera, y no me refiero solamente al nuestro, estarán orinando fuera del perol cuando quieren hacer ver a sus conciudadanos que están atacando al país como un todo, porque la comunidad internacional a la cual pertenecen les ha reclamado sus violaciones a los instrumentos señalados, o les han demostrado que algunos de sus conciudadanos tienen contactos cercanos del primer tipo con el narcotráfico o que en el país se alojan calificados terroristas. Mucho más si, conociendo por sus sistemas bancarios que esos personajes tienen abultadísimas cuentas sin ninguna legitimidad, les bloquean sus propiedades y les revocan las visas. A esto se agrega que algunos, ya no pocos, ciudadanos del partido de gobierno, ex funcionarios de alto nivel inclusive, han huido a exilarse y solicitarles protección y les han revelado toda una cadena de detalles de la corrupción obscena que han perpetrado en cohecho en contra de los intereses del país o que han presenciado o tomado conocimientos de los mismos, gracias a sus cargos o posiciones, lo que les confirma al país receptor lo que por sus avanzados sistemas de inteligencia estratégica ya tenían por más que sabido. Súmenle los documentos que sacaron y entregaron en garantía de la protección y el exilio que solicitan.

Es infantil querer tapar el sol con un dedo. No importa, inclusive, si la mujer golpeada, en ingenua demostración de síndrome de Estocolmo, colectivo en el caso de una parte del país, defienda al marido maluco.


Estas son parte de las razones por las que buena porción de los ciudadanos de este país se niegan a firmar una nueva y peor lista Tascón (por anunciada) según la cual les calificarán de traidores si no firman, los botarán de sus puestos de trabajo en la administración pública, PDVSA o cuarteles, o les privarán de las misiones y canonjías, etc.  Recordar que: “A quien lo picó macagua, bejuco le para el pelo” 

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