viernes, 3 de abril de 2015


PARA MIS COLEGAS MARINOS...

(escrito el 2.004 después de navegar con el CA. Jean Pierre Fontaine en su velero "HYDRA")

Navegare neccese, vivire non neccese

Navegar es necesario, vivir no es necesario” reza el aforismo latino, lema del escudo de armas de la Armada de Venezuela. Quienes crecimos a la orilla de la mar arrastramos la impronta de su doble influjo - físico y espiritual -  durante toda nuestra existencia.

Su primera influencia, la fisiológica, es que adolecemos de buena hemoglobina. Los costeños solemos registrar valores más bajos que el promedio, debido a que al vivir al nivel del mar aguantamos la presión atmosférica básica o de referencia. La columna de aire que soportamos es la más alta y por ende más pesada de la tierra; de allí que, la presión parcial del oxígeno contenido en el aire y en nuestro sistema circulatorio sea la óptima, aunque ésta sólo es útil en el ambiente marino en que vivimos. No obstante, ¡Cómo sufrimos al subir a las montañas¡. El aire “delgado” de las alturas no contiene el necesario oxigeno para sostener nuestra actividad física y fácilmente nos desmayamos, por hipoxia. Nuestro consuelo es que, aún mareados, refutamos ...”El paisaje de montaña será muy  bello, pero, le falta la mar”.

El segundo designio no es su calculado sentido científico, que nos abruma cuando nos alejamos del salobre respirar de su calina, sino la tristeza vital de no escuchar sus bufeaderos, de no sentir la salada caricia de la brisa que lame su superficie y que nos llega con el romper de la ola. Es no mirar absortos el paisaje que se extiende interminablemente...tan lejos como nuestros pensamientos, hasta el ignoto puerto de nuestros recuerdos. 

Navegar es necesario; Sin embargo, es oportuno destacar la sutil diferencia que existe entre hacerlo a motor, que deslizarnos silenciosamente y sin el nauseabundo olor de los gases de escape del ruidoso artilugio que nos impulsa en la nave mecánica, violando brutalmente la materia acuosa. A vela, sólo la quejumbre de la jarcia y una que otra orden de maniobra osa interrumpir el pensamiento.

Navegar a vela es como planear en el aire, sostenidos en las gráciles alas de una gaviota. Es plegarse a la ola, y romper con ella; es escorarse hasta el límite perfecto de la gravedad, hasta encontrar el punto donde el centro de boyantez ejecuta su venganza, cuando el brazo de adrizamiento le ayuda a vencer la escora, y hace regresar la aparente fragilidad de la nave al jubiloso encuentro del equilibrio.

Navegar a vela es experimentar en el cuerpo la magia de un silente ballet de péndulo que, a doble trío, realizan el Centro de Gravedad y el de Boyantez, suspendidos por cuerdas imaginarias al Metacentro Transversal, al escorarnos; o al Longitudinal, al cabecear. Pero, el milagro no es su descubrimiento, ni su explicación rebuscada en el manual de navegación o de hidrodinámica, sino la maravillosa manifestación de su éxito, concebido en la armoniosa belleza de las formas que dibuja el velero en el horizonte.

Navegar a vela es reencontrarse con la esencia y razón de ser del marino. Es el trabajo arduo, incesante y articulado de la tripulación, dirigidos por la sabiduría del Capitán, o la comunión silente del velerista solitario con su Dios y el Dios de los mares. Es la satisfacción de arribar a puerto, complacidos de que el cálculo fue preciso. Este se demuestra, sin duda alguna, en el rendimiento de la doble eficiencia del patrón y de sus hombres, expresados en la sinergia del equipo que forman.

Navegar a vela es la agradecida y cómplice sonrisa del navío, que se sabe navegado por hombres enjundiosos. Es revivir el arte milenario de culturas, otrora activas, y que hoy se ven redimidas y resucitadas en un moderno casco, que respeta sus leyes.

Por último, navegar a vela pudiera ser la mayor prueba de amistad, y la continuación de una clase interminable, en la que el mentor reaparece para ejercer su maestría providencial sobre el alumno envejecido, pero siempre fiel.

EDDY D. BARRIOS OROZCO
Capitán de Navío.
Dedicado a mi Maestro de Francés y de Navegación a Vela, el amigo y colega, CA. Jean Pierre Fontaine

1 comentario:

  1. Estimado amigo y compañero del CEMA # 15 C.N. Eddy Barrios:
    Me deleite mucho leyendo agradable articulo titulado:" Navegar es necesario, Vivir no es necesario" y después de terminar la lectura me quedo la sensación de que había navegado con Uds. en ese encantador velero Hydra. Gracias amigo por describir con esa pasión y con ese estilo romántico lo que significa navegar a vela y que me conduce a pensar que en esta singular navegación se conforma una total armonía entre el marino y la maquina hasta convertirse en una experiencia mas allá de los sentidos.
    Me despido con un abrazo fraterno y te reitero mi consideración y estima

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