viernes, 17 de abril de 2015


PRECISIONES ECONÓMICAS

Cesar Miguel Rondón dijo: “Usted no es un ser magnánimo, los dólares son nuestros” Las declaraciones de CMR, aparte de compartirlas enteramente, me dan pie para agregar mis opiniones al respecto de los abusos que comete el régimen socialista, o capitalista de estado más bien. Si nos atenemos al Artículo 112 constitucional:

“Todas las personas pueden dedicarse libremente a la actividad económica de su preferencia, sin más limitaciones que las previstas en esta Constitución y las que establezcan las leyes, por razones de desarrollo humano, seguridad, sanidad, protección del ambiente u otras de interés social. El Estado promoverá la iniciativa privada, garantizando la creación y justa distribución de la riqueza, así como la producción de bienes y servicios que satisfagan las necesidades de la población, la libertad de trabajo, empresa, comercio, industria, sin perjuicio de su facultad para dictar medidas para planificar, racionalizar y regular la economía e impulsar el desarrollo integral del país”.

Vale decir, los venezolanos,  como cualquier ciudadano libre de un país libre, democrático y de libre mercado, no le tienen que pedir permiso al gobierno para montar su negocio, industria, comercio o cualquier actividad económica de su elección y libre albedrío, solamente someten los recaudos con carácter de registro mercantil, previo notariado de la empresa para establecer la relación accionaria, los estatutos y la forma de administración, así como su clasificación de acuerdo a cómo se resolverá la responsabilidad de cada socio. Todo ello para dar cumplimiento a las normas y procedimientos que rigen la actividad que desean emprender. A los fines de respetar los “límites previstos en la constitución y las que establezca la ley”. O sea, aquellas que atañen a la seguridad en los ambientes, la observancia de normas sanitarias, la adquisición y registro de las cajas registradoras, la obtención del RIF para que el estado pueda pechar los impuestos y controlarlos, etc. Es decir, toda la parafernalia relacionada con el establecimiento inicial del negocio y debidos controles periódicos. No es un permiso para dedicarse a, es una autorización que indica que el empresario ha cumplido con las normas del ramo de industria o comercio que seleccionó.

Así, de la misma forma, los dólares que se obtienen de la exportación de bienes y servicios producidos por el aparato productivo del país, son del fisco, o sea  de la res publica y nos pertenecen a todos por igual, y deben distribuirse  con equidad, con igualdad de oportunidades o de acceso a la repartición. Porque los producimos individual y privadamente o los produjo la maquinaria pública del estado, en nombre y provecho de todos.  

En todo caso, la fórmula socialista es: "De cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad". Vale decir, que para producir esos dólares cada quien ha aportado su capacidad y cuando se van a distribuir se espera que sea de acuerdo a la necesidad que cada cual tiene. Esto es, porque es un estado capitalista que se dice socialista pero sigue la lógica del capital.

 

En estos tiempos de escasez, desabastecimiento, y agotamiento del aparato productivo, los únicos dólares que entran son por las exportaciones petroleras a cuya producción concurren muy pocos ciudadanos calificados; es decir, la capacidad de cada cual, también escasa. Mientras que las necesidades son abundantes y competitivas entre sí. Son tantas como insatisfechas, correspondientes a una inmensa deuda social y de toda a índole, al tiempo que los recursos financieros son igualmente escasos.

 

La toma de decisiones consiste entonces en resolver la incertidumbre asociada al estado natural o propio del fenómeno natural, o la incertidumbre que es propia de la vida, para asignar esos escasos recursos para alcanzar los fines de la sociedad. Un aparte va para el gasto corriente (funcionamiento de aparato estatal) una parte para invertir para crear más activos para seguir produciendo, una para mantener funcionando el aparato productivo, reparar, mantener y reconstruir lo dañado, otra para apoyar a quienes no pueden acceder a la creación de riqueza y tampoco a su distribución y deben recibir subsidios, otra para pagar lo que se debe y otra para ahorrar para tiempos malos.

 

En el estado capitalista se sigue la lógica de las ciencias económicas, y como en las empresas con comisionistas o de multinivel, cada uno que produce se autoliquida, el estado no guarda sino lo que le corresponde y si no le alcanzan los dólares para cubrir el presupuesto, recaba impuesto sobre la renta y así los ingresos son de las exportaciones más los de los impuestos.

 

El estado venezolano actual ha asumido la producción y no da pie con bolas y el empresario está ahorcado. No produce y no tiene dólares, no deja producir a los empresarios y estos tampoco tienen dólares. NO lavan ni prestan la batea y eso se los demostró Lorenzo Mendoza en la farsa del dialogo gobierno-empresarios. Los pocos dólares que existen los usa el gobierno para corrupción en cohecho y para clientelismo político, y ahora se da bomba haciendo creer a los incautos y desprevenidos o ignorantes que les está dando una concesión graciosa, de algo que no le pertenece al gobierno, sino a todos los venezolanos. Nos pertenece de origen.


 

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