El mundo judío celebra T”U
Bishvat, fiesta ecológica conocida como “el Año Nuevo de los Árboles”
Eso sería similar a lo que los venezolanos conocemos como "Día
del Árbol". En mi época escolar de primaria (1954 a 1960) en la
Escuela Nacional “República de Panamá” en
la Guaira, nos enseñaban a hacer un semillero y un almácigo y luego, en ese día,
sembrábamos esas semillas o especies. Durante el año teníamos la
responsabilidad moral de estar pendiente del árbol sembrado, de regarlos o verificar
su regadío y de informar cualquier falla de la municipalidad, para contribuir a
llevar ese árbol a su plenitud de crecimiento. Era un orgullo genuino que
nuestro árbol llegara a feliz término. Esto “sembraba” en las mentes
de los niños el respeto a la naturaleza y la comprensión del fenómeno económico
de la agricultura.
Recuerdo, un trabajo que me enviaron a casa en sexto grado,
el cual se titulaba ¿Por qué debemos producir la que consumimos y consumir lo que
producimos? Era la época de la sustitución de importaciones
introducido por la CEPAL (una de las cinco comisiones regionales de las
Naciones Unidas, con sede en Santiago de Chile, fundada para contribuir al
desarrollo).
Por otra parte, al tiempo que a la caída de la dictadura de
Marcos Pérez Jiménez (1948 a 1958) se ordenó ponerle el nombre de cada república
hermana del continente a las escuelas, se estableció en cada una el programa
docente llamado “Gobierno Escolar”, el cual se organizaba para
que los alumnos y alumnas asumieran el manejo de diversas actividades de la
escuela, entre ellas: La organización y manejo de los espacios de aprendizaje,
la biblioteca, los actos culturales, sociales, recreativos, deportivos,
mantenimiento del local, cuidado del medio ambiente, huerto escolar, cuidado de
la salud, etc. Para este gobierno escolar se hacían
campañas, elecciones y se elegía un presidente y su gabinete, para que durante
el año esos alumnos elegidos aprendieran a gobernar y los demás a funcionar en
un estado democrático y republicano.
Los candidatos eran del sexto grado requisito para ser
presidente. Aun cuando era de quinto grado resulté electo Ministro de Educación
y del Trabajo. Los elegidos llevábamos un sello en el guardapolvo que
identificaba nuestro cargo. Nos hacía sentir orgullosos; pues, los candidatos
eran seleccionados entre los algunos de mejor rendimiento académico y conducta.
¡Qué diferencia entre esa formación moral y cívica de
nuestra a otrora estrategia curricular para promover el desarrollo efectivo
social y moral de los estudiantes por medio de actividades vivenciales, formar actitudes
y valores cívicos, democráticos y actividades positivas para la convivencia, la
tolerancia, la solidaridad, la cooperación y la ayuda mutua y la cual nos
capacitaba para la toma de decisiones responsables y para el cumplimiento de deberes
y el ejercicio de derechos dentro de una democracia, en una república, con esta ideologización castro comunista, para la formación
del dizque “hombre nuevo” con el modelaje del Che, el partido único, el
totalitarismo, la división de los ciudadanos en dos bandos irreconciliables, la
adoración de un caudillo ad infinitum, el militarismo en todas las ramas del
poder, la admiración del corrupto, no importa si lo denuncian sus propios
compatriotas del mismo partido, la adhesión o cooptación a un sistema económico
fracasado y la conservación en los cargos de liderazgo y de servicio de hombres
que han fallado en anteriores responsabilidades, la impunidad al compañero de
partido y la persecución a la disidencia, etc.
Es decir, un sistema en el cual se nos imponen líderes de precaria
imagen y valores muy distintos a los de nuestra idiosincrasia, tradiciones y
costumbres, y conveniencia.
¿Qué nos enseña emular al Che Guevara, a Fidel Castro o al
difunto? Ya existe una nueva orden o condecoración, con
medalla y día para su otorgamiento e imposición, la cual lleva el nombre de
Eliecer Otaiza. Hace un tiempo leímos en prensa que existió una promoción del Curso
de Comando y Estado Mayor que lleva el nombre del difunto, de cuya biografía o currículo
conocimos que en su tiempo de cursante resultó raspado precisamente en asignaturas
de dicho curso. Del Che conocimos que en los sótanos y patios exteriores de “La Cabaña”,
o cárcel del oprobio de Cuba, fusiló o asesinó con sus propias manos, directa y
personalmente, a algunos de los líderes del status o superestructura, derrocado
por vía del golpe de estado cruento, por las armas, o de los primeros opositores
de la resistencia cubana al modelo comunista que se trataba de implantar aunque
su líder negaba ser comunista. Se dice que el mismo Fidel fue el autor
intelectual de la captura y asesinato del Che, en Bolivia.
Excelente....totalmente de acuerdo.
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