De olores, aromas y hedores
La mañana despunta
con mi Aurora cercana y fresca en su hermosura radiante de siempre, y me alzo
del lecho y me dispongo a sacar el bidón con el que colecto el agua del aire
acondicionado, útil para menesteres higiénicos y que otrora dejaba caer al vacío
y a las jardineras del patio, lo hago ahora en esta sequia, no sólo de agua
sino de gerencia en la cual vivimos, en este infierno venezolano cual chiste,
que cuando hay de agua, se va la luz y cuando hay luz y agua se daña la bomba o
una tubería principal que surte al barrio se rompió.
Me apresto con mi
maletín de “Bob Constructor” que mi
diligente capitana ideó para mí, “para que tuviera todo a la mano, y me
pongo a diseñar e instalar una tubería de 100 metros para conectarla al sistema
de hidroneumático que instalé hace años para colocarle una nueva entrada
auxiliar (desde la cisterna comprada),
para los tiempos de escasez del “mientras
siempre”. Aplico orgulloso y “echón” los conocimientos técnicos, remedos
positivos de mi tránsito como maquinista naval y que llamo pomposamente “Marine
Engineer” para lucirme y porque los ingleses así me enseñaron en el Curso de
Aplicación de Ingeniería Mecánica, en el Colegio Real de Ingeniería Naval, de
Manadon, Plymouth, England 1972.
Lo hago para
jactarme, a sabiendas de que mi capitana no le para a eso, y le cree siempre más
al “maracucho”
Colman, quien me acompaña porsia, o a sus hermanos, quienes han heredado el don
artesanal de mi suegro, el señor Domingo Toscano QEPD, carpintero metálico (oxímoron)
de DIANCA, durante sus 27 años de servicio sin faltar un día.
Es que a bordo de
los buques en mi tiempo se comía muy bien los primeros días de navegación,
comidas de tres cursos con postre y café y, qué decir de mi lapso en la armada
inglesa, donde el boato y esplendor es supremo pues mantienen intactas sus tradiciones
victorianas, enraizadas en su flema y elegancia. Pero, en nuestra armada…de la
de antes, como dice el VA Antonio Pérez Criollo, al séptimo día de navegación
empezaban a faltar los vegetales y demás perecederos y a las dos semanas nos
remitíamos al menú alternativo de “Tollo
con arroz y arroz con Tollo”; pero, ¡qué sabroso lo cocinaban los cocineros de
abordo!
Entre los más
famosos está Pepe, quien sirvió en la Comandancia General y su buffet era
espectacular. En la BNAR tuvimos muy buenos, uno de ellos el popular “Cachete”
y en la Aviación Naval al amigo Cherry, de apellido Bastardo Noguera, hermano
de uno que sirvió a bordo del ARV LOS FRAILES T-15 y con quien comparto anécdotas
muy interesantes en navegaciones por el río Orinoco, bajo el comando del entonces
CC Finool Mora Casanova, publicadas en el libro de Anécdotas Navales editado
por el Prof. Agustín Jurado Pérez.
Termino mi faena y, después de recoger los chécheres entre aromas y recuerdos, arranchar y estibar la manguera restante y herramientas utilizadas al mandoble certero de la lengua de mi comandante que me obliga a dejar todo limpio y ordenado, percibo el grato aroma de cazón fresco, o “Tollo” naval que prepara, el cual me devuelve a mis días de navegante entre 1970 y 1976, cuando a bordo de un destructor clase Nueva Esparta, el ARV ARAGUA D-31, seguido de un transporte LSM y las patrulleras clase CONSTITUCION, iniciaba mi periplo por los mares el caribe, con el celo y fervor de un ilusionado marino quien recitaba con el alma embebida del “Navigare necesse est, vivere non necesse.
Qué cosa con los olores, que nos
remiten a instantes vividos. Olor es impresión que los efluvios producen en
el olfato, así como aquello que es capaz de producir esa
impresión. De alguna manera, la palabra aroma se reserva a los gratos “Perfume, olor muy agradable” y hedor
queda para el “olor desagradable y penetrante”, que William Shakespeare en 1601 puso en boca de Hamlet, en el drama trágico, una de las
cumbres de la literatura universal. Su título original es "The
Tragedie of Hamlet, Prince of Denmark". En una de las escenas de la obra que se desarrolla en la
explanada del palacio real de Elsingor, el príncipe Hamlet escucha a su
centinela Marcelo pronunciar la frase que se tornó célebre: "algo huele mal en Dinamarca", antes
de que apareciera el fantasma de su padre, rey de Dinamarca, quien se presentó
para hablar a su hijo e informarle que acababa de ser asesinado por su hermano
Claudio para usurparle la corona y casarse con la viuda. Inmensa fue la
tristeza que embargó al príncipe Hamlet. "Quisiera que mi cuerpo se desintegrara en
lágrimas", exclamó,
al saber que su madre había subido al "tálamo incestuoso". Y se propuso asumir la venganza contra
su tío, el asesino, para lo cual simuló haber caído en la locura.
El aroma del tollo de
mi afamada chef me revive e ilusiona y me acerca al condumio amoroso del dogal
de su encanto recién abandonada en su tálamo, para nada incestuoso, en el que
debo haber hecho algo bueno que me premia con ese plato que en mis tiempos
costaba menos que las sardinas y que a ella le costó Bs. 350 el kilo.
En cambio, el
"algo huele mal en Dinamarca" de esta oportunidad retumba en los oídos
cuando me llega la noticia de que, a escasos
cien metros de casa, acaban de asesinar
a un GNB, quien acababa de salir del banco y estaba en la Panadería al frente
del CC Plaza, de Puerto Cabello. La cercanía ofende mis papilas olfativas y
rompen la magia del recuerdo marinero y el instante en que homenajeaba el arte
de gourmet de sus prodigiosas manos y me provoca repetir el eseo de Hamlet "Quisiera
que mi cuerpo se desintegrara en lágrimas"
De
repente, evoco el intercambio de SMS con mi admirado Bernardo jurado de esta
mañana, y siento cochina envidia, como Salieri sentía de Mozart, mezcla de admiración
y frustración; no sólo por sus inmensos talentos, sino por los ambientes que le
rodean y donde pasea sus musas. ! Salve
amigo Bernardo! Sigue nutriendo y estimulando
nuestras papilas intelectuales e inspirando con los aromas de tu prosa nuestros
recuerdos marineros.
jajaja...encantador escrito...me siento honrado de que me nombre alli y su estilo es optimo ilustrando no solo crecedoras anecdotas, sino tragedias domesticas del cuarto mundo, con elegancia y garbo....abrazos.
ResponderEliminarEso hermano, cada día mejorando tu estilo, siempre y cada día.
EliminarDisfruté mucho tus melodramático escrito (es echándote vaina)
No pares de escribir, muchos de tus apreciados amigos, de toda la vida, esperamos tus palabras.