miércoles, 24 de enero de 2018

EL MISMO NEGRO CON DIFERENTE CACHIMBO

En Venezuela se está observando el fenómeno de una doble y falsa oposición, la cual se manifiesta en los dos terrenos del espectro ideológico, político y social de la nación.

La primera es aquella que está intercalada, como virus,  dentro de la misma zona opositora natural o aquella formada por quienes genuinamente adversan al gobierno o deberían adversarlo. Estos, auto definidos como la verdadera oposición o contraposición al régimen y a los líderes del proceso revolucionario, se han debilitado ante la opinión pública   en la misma medida en la que algunos vivarachos, que dicen pertenecer a ella,  se han imbricado o están en cohecho, con los intereses comerciales o crematísticos del gobierno, de esa  banda que está en el poder y administración de la cosa pública (res pública o república) presuntamente democrática de nuestro país. Son los llamados enchufados, quienes fingen oponerse, cuando están sacando pingues beneficios de esta posición acomodaticia, oportunista y falaz.

La segunda, es la de aquellos fieles, in pectore o abiertamente, a la nomenclatura y modelo castro comunista, al líder difunto, a su ideología en su versión más purista, y quienes dicen estar oponiéndose al gobierno, cuando, en una falsa dialéctica, no se oponen  realmente al modelo, sino a los líderes, sus ex colegas, quienes deberían - a su juicio - profundizarlo y respetar las ideas centrales originarias, y lo que nos expresan, con otras palabras, es su frustración y rencor contra quienes, para su despecho, han traicionado el árbol de las tres raíces, el juramento ante el Samán de Guere y el constructo filosófico del “proceso” bolivariano, denominado Plan Bolívar 2000, o Socialismo revolucionario del siglo XXI, iniciado con los COMACATES.

Siguen fieles a Fidel y a Raúl y son su caja de resonancia y no son títeres activos, porque la isla les formó como cuadros y les aflojó el cordel, aunque puede tirar del mismo cuando los necesiten.

Su versión más creíble es la de revolucionarios como el Cnel. (Ej.) Jesús Urdaneta Hernández (uno de los 4 juramentados), un revolucionario honesto y auténtico, sin dobleces ni inflexiones, incluso la del GD (Ej.) Raúl Isaías Baduel, y otros más, a quienes no nombro porque son muchos. Algunos, los mas pragmáticos, hasta han sido exitosos en el bando de la oposición, digamos real, aunque ya tocada o que ha saltado la talanquera, no ideológica sino comercial.

En otro grupo del espectro del oficialismo están los que siguen fieles al ideario y no se han corrompido, están muy bien preparados y dieron su cuota de sacrificio en la lucha por llegar al poder, y no están en él, porque no se han cuadrado con los que están mandando, bien sea porque son temidos, o son incómodos dentro del proceso.

Repito, la primera opción descrita es fácil de atacar, se compra con dinero, la segunda, en cambio, a mi manera de ver es más difícil de adversar; porque, se basa en ese imaginario subconsciente alimentado por el clientelismo, el populismo y la cooptación, para producir ese hombre nuevo que deambula por la colas con su miseria y con su ignorancia supina, propias del modelo de dominación fideliana, del tal “secreto” de Fidel, probado en 60 años de destrucción de la isla más bella del Caribe.

De esta manera, a la que no debemos negar su efectividad, ya el proceso con ayuda de los colaboracionistas de uno y otro bando, casi han destruido el mejor país del continente y quizás del mundo, el que tiene los mayores y mejores recursos naturales por kilómetro cuadrado y donde, según el chiste del dialogo de Dios con San  Pedro,  el creador se habría pelado, al colocarle encima el hombre que se asentó en estas tierras de gracia. 

Los opositores dentro del mismo proceso, sumamente peligrosos y engañosos, más que los primeros pseudo opositores descritos, escriben en las redes, contrarían escritos de verdaderos opositores y actúan como colaboracionistas, envían correos artificiosos, con palabras filosóficas y edulcoradas, “llenas de vacío” y confusiones o contradicciones, de falacias, de eufemismos y falsos dilemas, con los cuales tratan de seducir para que nos opongamos, a lo gatopardo, al régimen en el que creen pero donde no cuadran, y lo hacen más bien para rescatar el chavismo y no para reducirlo o eliminarlo, para montarse en el sentimiento subyacente en la masa, de lealtad sentimental, no racional,  al difunto y su planteamiento original, las cuales están agradecidas de las dadivas recibidas y aún siguen fieles a la quinta república. Es decir, “El mismo negro con diferente cachimbo”.


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