EL
MISMO NEGRO CON DIFERENTE CACHIMBO
En Venezuela se está
observando el fenómeno de una doble y falsa oposición, la cual se manifiesta en
los dos terrenos del espectro ideológico, político y social de la nación.
La primera es aquella
que está intercalada, como virus, dentro
de la misma zona opositora natural o aquella formada por quienes genuinamente adversan
al gobierno o deberían adversarlo. Estos, auto definidos como la verdadera
oposición o contraposición al régimen y a los líderes del proceso
revolucionario, se han debilitado ante la opinión pública en la misma medida en la que algunos
vivarachos, que dicen pertenecer a ella, se han imbricado o están en cohecho, con los
intereses comerciales o crematísticos del gobierno, de esa banda que está en el poder y administración de
la cosa pública (res pública o república) presuntamente democrática de nuestro
país. Son los llamados enchufados, quienes fingen oponerse, cuando están
sacando pingues beneficios de esta posición acomodaticia, oportunista y falaz.
La segunda, es la de
aquellos fieles, in pectore o abiertamente, a la nomenclatura y modelo castro
comunista, al líder difunto, a su ideología en su versión más purista, y
quienes dicen estar oponiéndose al gobierno, cuando, en una falsa dialéctica,
no se oponen realmente al modelo, sino a
los líderes, sus ex colegas, quienes deberían - a su juicio - profundizarlo y respetar las ideas centrales
originarias, y lo que nos expresan, con otras palabras, es su frustración y
rencor contra quienes, para su despecho, han traicionado el árbol de las tres
raíces, el juramento ante el Samán de Guere y el constructo filosófico del “proceso”
bolivariano, denominado Plan Bolívar 2000, o Socialismo revolucionario del
siglo XXI, iniciado con los COMACATES.
Siguen fieles a Fidel
y a Raúl y son su caja de resonancia y no son títeres activos, porque la isla
les formó como cuadros y les aflojó el cordel, aunque puede tirar del mismo
cuando los necesiten.
Su versión más
creíble es la de revolucionarios como el Cnel. (Ej.) Jesús Urdaneta Hernández
(uno de los 4 juramentados), un revolucionario honesto y auténtico, sin
dobleces ni inflexiones, incluso la del GD (Ej.) Raúl Isaías Baduel, y otros más,
a quienes no nombro porque son muchos. Algunos, los mas pragmáticos, hasta han
sido exitosos en el bando de la oposición, digamos real, aunque ya tocada o que
ha saltado la talanquera, no ideológica sino comercial.
En otro grupo del espectro
del oficialismo están los que siguen fieles al ideario y no se han corrompido, están
muy bien preparados y dieron su cuota de sacrificio en la lucha por llegar al
poder, y no están en él, porque no se han cuadrado con los que están mandando,
bien sea porque son temidos, o son incómodos dentro del proceso.
Repito, la primera
opción descrita es fácil de atacar, se compra con dinero, la segunda, en
cambio, a mi manera de ver es más difícil de adversar; porque, se basa en ese
imaginario subconsciente alimentado por el clientelismo, el populismo y la
cooptación, para producir ese hombre nuevo que deambula por la colas con su
miseria y con su ignorancia supina, propias del modelo de dominación fideliana,
del tal “secreto” de Fidel, probado en 60 años de destrucción de la isla más
bella del Caribe.
De esta manera, a la
que no debemos negar su efectividad, ya el proceso con ayuda de los
colaboracionistas de uno y otro bando, casi han destruido el mejor país del
continente y quizás del mundo, el que tiene los mayores y mejores recursos
naturales por kilómetro cuadrado y donde, según el chiste del dialogo de Dios
con San Pedro, el creador se habría pelado, al colocarle
encima el hombre que se asentó en estas tierras de gracia.
Los opositores dentro
del mismo proceso, sumamente peligrosos y engañosos, más que los primeros pseudo
opositores descritos, escriben en las redes, contrarían escritos de verdaderos
opositores y actúan como colaboracionistas, envían correos artificiosos, con
palabras filosóficas y edulcoradas, “llenas de vacío” y confusiones o
contradicciones, de falacias, de eufemismos y falsos dilemas, con los cuales tratan
de seducir para que nos opongamos, a lo gatopardo, al régimen en el que creen
pero donde no cuadran, y lo hacen más bien para rescatar el chavismo y no para
reducirlo o eliminarlo, para montarse en el sentimiento subyacente en la masa,
de lealtad sentimental, no racional, al
difunto y su planteamiento original, las cuales están agradecidas de las
dadivas recibidas y aún siguen fieles a la quinta república. Es decir, “El
mismo negro con diferente cachimbo”.
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