Realidad Virtual
El artículo titulado “La recuperación de las Parroquias y sus Juntas Parroquiales” de Carlos Romero Mendoza (21 de mayo de 2015) me pone a reflexionar y celebro que todavía varios ciudadanos estemos preocupados por y ocupados en lo mismo.
Es un oxímoron (Combinación
en una misma estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado
opuesto, que originan un nuevo sentido; p. ej., un silencio atronador)
calificar a la realidad (Existencia real y
efectiva de algo) de virtual (Que
tiene existencia aparente y no real)
Como decía
aquel ¿Eres molusco o eres marisco?
Quienes estudian
ciencias administrativas saben que una cosa es el organigrama oficial o formal y
otra la organización informal (a menudo
la que funciona, aunque más de las veces no funcione y sea una aberración de la
teoría y un desastre en la práctica). Un organigrama refleja las diversas
divisiones y relaciones entre los cargos y la empresa puede estar trabajando de
otra manera totalmente distinta. Esto se conoce como organización virtual,
aunque de virtuosa no tenga nada.
Crecimos en
la cuarta república conociendo el todopoderoso estado nacional, el estado
regional dependiente, los Consejos Municipales, luego Distritos autónomos, y más
tarde Municipios autónomos, los cuales pasaron un día a ser Alcaldías (con un Consejo Municipal formado por
concejales, para supuestamente legislar y controlar al alcalde).
Por debajo
de las alcaldías estaban las Juntas Parroquiales y éstas eran tantas como
parroquias tuviera el municipio o alcaldía. Las juntas parroquiales estaban subdivididas en Asociaciones de Vecinos que eran las estructuras más próximas al
ciudadano. ¿Qué fue lo que estas estructuras tenían de malo?
Por alguna
razón, la cual no era ni tan mala, se crearon los Comités locales de Planificación
Pública CLPP, conformado por funcionarios electos y algunos técnicos de las
diversas ramas, independientes y extraídos del pueblo, con la idea que estos
técnicos analizaran las obras y calcularan sus presupuestos, o sea, esbozaran sus
costos y establecieran o ayudaran al alcalde a asignarles prioridades para la
asignación de recursos para su construcción y hasta para ayudar en el control
de su ejecución. Era una suerte de apoyo al ciudadano de a pie, para que
pudiera entender las complejidades técnicas de las obras y su importancia para
la localidad. Estos CLPP me parecían buenos, o útiles mas bien, porque su idea no era que estuvieren
partidizados sino tecnificados, cosa con la que las parroquias y asociaciones de
vecinos no contaban.
Pero una
cosa piensa el burro y otra el que lo monta. Con la llegada del comunismo a
Venezuela, se fue instaurando una nueva “Geometría del Poder” y una nueva división
político territorial con miras a la instauración progresiva del poder comunal,
o sea, los consejos comunales y eventualmente las comunas como fin ulterior (comunismo, no?) Con la ficción de empoderar al pueblo.
Fuimos a una
consulta al pueblo para reformar la constitución e incluir este estado comunal,
disfrazado de Poder Comunal o para “empoderar
al pueblo”, sólo que estas nuevas estructuras dependerían directamente del
presidente y de su “colchón” de dinero sacado de “millardito” en “millardito” del Banco Central, o de
dinero de PDVSA que no pasaba por GO ni cobraba los 200, como en el capitalista
juego de Monopolio, sino que entraba a engrosar el colchón populista, demagógico
y clientelar del líder máximo.
El pueblo
dijo que no; pero, a fuerza de leyes habilitantes en leyes habilitantes nos lo
fueron imponiendo. A los gobernadores y alcaldes los tienen nariceados con la asignación
de recursos, y encima les montan jefes territoriales militares y comisarios políticos
bajo las revolucionarias figuras de “Autoridad única” o jefes de gobiernos
paralelos o virtuales, que de virtuosos, nada.
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