domingo, 10 de mayo de 2015
COLUMBA MANUELA
Columba Manuela , un día jueves, creo, de 1947, el 19 de agosto a las 05:30 Q, un fenómeno biológico nos unió en esta tierra, en este ciclo vital que transitamos juntos durante muchos años Hasta el 3 de marzo de 1993 cuando tus ojos se cerraron por última vez y tu llama vital se extinguió.
Antes, alrededor de 9 meses, me concebiste en tu vientre fecundo, producto del amor, y donde 6 semillas más me dieran la epifanía repetida de 6 hermanos maravillosos.
En casa aprendimos a reconocerte amorosa pero firme, maestra, enfermera y pujante mujer llena de talentos, de clase y personalidad y de gran responsabilidad.
Nos diste siempre lo mejor de ti a pesar de vicisitudes y limitaciones económicas.
Éramos tan ricos por tenerte, que lo único de lo que carecimos fue de dinero. Aun dentro de tus errores propios del ser humano que fuiste, cumpliste siempre con tu deber, hasta bien entrados tus 78 años, cuando tu mente extraviada por el Alzheimer no impedía que colocaras sendos platos sobre la mesa, aunque estuvieran llenos de agua y cubiertos por otro plato para guardar su inexistente contenido, para que tus hijos los encontraran al volver tarde a casa. . Ese símbolo de cuidados amantísimos nos sacaban lágrimas de cariño y admiración.
Hoy te recuerdo con inmenso amor y gratitud;pero, extrañando tus miradas y el orgullo que sentías al pronunciar mi nombre, el estímulo que siempre diste a mis logros y la última mirada que nos dimos, cuando te pedí que emprendieras vuelo al altísimo y no sufrieras más.
Un acto de despedida silenciosa al ver tu espíritu elevado partir al encuentro del señor. Era que ya tu mente cansada y destruida por la falla de alimentación de oxígeno al cerebro te había sumido en coma profundo del que nunca te recuperarías.
Quiero decirte que no he olvidado ni tu amor ni tus cuidados, atesiro bellos recuerdis de tu entrega amorosa a servirnos, al darte por entero a nuestra crianza y mucho menos olvido tu devoción y tus oraciones para protegernos de todo mal. Tu bella voz de soprano vibra en mi alma como un bálsamo ante mis pesares.
Me haces mucha falta y a medida que los años pasan y me atacan los previsibles deterioros que a todos nos llegan, a unos más pronto y a otros más tarde; pero que, inexorablemente todos sufriremos como designio divino, me consuelo al saber que cuando mi día llegue pueda reencontrarme contigo y poder reunirme con tu espíritu en el seno del regazo de Maria y que ella y tú intercedan por mi alma para que juntos vivimos eternamente en la gloria del señor.
Doy gracias a Dios por haberte designado para ser mi madre y no estoy triste sino muy alegre porque sé que has recibido el premio merecido por tus virtudes y que gozas de la presencia de nuestro señor. Gracias Dios mío. Cuidala y que su alma descanse en paz. Te quiero mucho.
Gracias por mis hermanos y te juro que al ver a mis nietos me reencuentro con tu cariño y me veo repetir tus enseñanzas. Solo me avergüenza no haber podido igualarte ni mucho menos superarte. Fuiste, junto a a Santander Barrios Beltran una dupla inmarcesible.
Hasta siempre Columba Manuela , madre mía.
COLUMBA MANUELA OROZCO
31 DIC 1914 - 3 MAR 1993.
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Bello y sentido escrito....felicitaciones.
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