ESTUPRO
En las legislaciones de muchos
países avanzados (y hasta del tercer
mundo) ,
se considera que no puede ni debe haber sexo consensuado entre un adulto y un o una menor. Ese
delito se llama Estupro. En mi investigación encontré que estupro es: “violencia
sexual considerada como un delito en la mayoría de las legislaciones. Generalmente es
confundido con el abuso sexual infantil, sin embargo tiene una diferencia sustancial, en cuanto el
estupro se puede cometer en contra de una persona en edad de consentimiento sexual y menor de 18 años, mientras que el abuso sexual infantil
engloba a menores de dicha edad, siendo además el abuso sexual infantil un
agravante de la violación”.
No obstante, existiendo esta legislación,
en Venezuela se casaban, y se continúan casando, viejos con niñas. Este sería
el menor de los males; porque, estas niñas al menos se casan y tienen un hombre
responsable que las continúe criando y forman hogares muchas veces sólidos y de
larga duración, como es el caso de muchos hogares, en especial los andinos y
llaneros, donde las abuelas suelen contar que se casaron de 15 años. El mal
mayor y que es el que nos afecta en nuestra sociedad hoy día, es la maternidad
infantil y consecuente paternidad irresponsable, propia de malas costumbres
inveteradas de nuestra sociedad, vigentes aún en los tiempos modernos.
El finado presidente, con su
mayor buena intención, así como dijo que robar en caso de extrema necesidad era
entendible y perdonable y que hasta él mismo lo haría, llamó a una niña embarazada
en uno de sus “ALO PRESIDENTE”, y frente
a la nación dijo que las niñas que resultaran preñadas (por falta de educación sexual o por exceso como indebida exposición a
práctica sexual irresponsable por descuido familiar, agrego yo) deberían
recibir una asignación (dádiva o subsidio
estatal) de unos 300 bolívares por hijo así concebido. Luego de concebido
entraba al programa de asignación de subsidios para madres, etc., modelo irresponsable de cooptacion para votos. De esta manera
irreflexiva, eufórica y mediática, no se daba cuenta que alentaba esta práctica
(por mal concebida, planificada y peor ejecutada).
Es justo decir, que en ningún
gobierno se ha reforzado la legislación de considerar el estupro, que es un
delito de acción pública en menores de 16 años en países como Paraguay, y castigar al delincuente. Se busca tapar la honra de
la familia y se les casa o se negocia el silencio y la impunidad. Hoy, algunos se
sorprenden que en sociedades de países árabes, como en la fotografía de
Facebook que comento, se casen niñas con adultos, mayores inclusive, así lo
vimos en otra noticia de Rusia. O sea, no es sòlo allí en países del medio,
sino del lejano oriente y europeos y otras regiones donde este fenómeno ocurre.
El padre del Libertador, como ejemplo
de nuestro país durante la colonia, tenía 47 años de edad cuando se casó con una niña de
13. Dice la historia que: “El 1 de diciembre de 1773 contraen matrimonio
en la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de caracas, Doña Concepción Palacios
y Blanco y el Coronel Don Juan Vicente
Bolívar”…”a los dos años y 11 meses después nació la primogénita, María
Antonia” vale decir que, si restamos 11 meses de embarazo, el esposo consciente
de la condición de púber de la niña (pubertad: entre los ocho y 13 años de edad en las niñas, y entre los 9 y 15 años de edad en los niños) habría (técnicamente) esperado hasta que ésta estuviera más desarrollada
para embarazarla. O sea, a los 15 años.
El Libertador nace el 24 de julio
de 1783 (diez años después del matrimonio) y su
padre, como sabemos, fallece cuando el niño tenía 3 años de nacido, a los 60
años del Bolívar padre, el 19 de enero de 1786. Por
tanto, esto verifica que cuando se casó tenía 47 años. Su madre murió cuando él
tenía 9 años, fallece de hemoptisis
tuberculosa a los 32 años de edad, el 6
de julio de 1792; o sea, nació en 1760 y en 1773, cuando se casó, tenía 13
años. Parece que la tuberculosis estaba presente más de lo que nos
imaginamos, en esa casa, como en muchas
del país rural que éramos.
De tal manera que, ante el entendible aspaviento del forista que posteó la noticia, dolorosa e inaceptable para mí,
de que éstas prácticas sigan siendo aplicadas a las niñas de cualquier país,
como censuro la ablación del clítoris y otras costumbres, por muy ancestrales
que se consideren, las cuales, a mi
juicio, van contra los derechos de las personas jóvenes y de la salud de
nuestra sociedad.
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