miércoles, 9 de marzo de 2016


Mr. TRUMP YOU ARE FIRED

Durante 1996 a 1999 presté servicio diplomático en comisión en Washington DC, como Asesor al Colegio interamericano de Defensa (CID), el cual es el  instituto universitario, de Altos Estudios de Seguridad y Defensa Continental, del Sistema Interamericano, adscrito a la OEA. En ese instituto estudian el curso Internacional de Seguridad y Defensa Continental los militares en el grado de capitanes de navío/coroneles y civiles diplomáticos de carrera, en el rango de ministro consejero, de todo el continente americano.

Durante mi primer año (curso XXXVI, 1996 a 1997)  integré la sección de economía  y a partir del segundo pasé a ser el Jefe de Planes Académicos / Programas, Evaluación y Control del instituto y, aunque mi comisión era para dos años, el director solicitó a Venezuela que me dejaran un tercer año más, para que coordinara la instrumentación del nuevo Plan de Estudios, de cuya actualización había fungido de coordinador o presidente del comité ad hoc que se encargó de introducir cambios al mismo, contemplándose ahora una fase de Negociación y Solución Pacífica de Conflictos, lo que diera lugar al primer Juego de Paz, auspiciado por la Universidad Nacional de Defensa NDU, el Centro de Estudios Hemisféricos y el CID, inspirados en la evolución de esta disciplina y las conversaciones de Venecia. Estas se referían a la búsqueda de soluciones mediante la reversión de las causas que llevaban a los conflictos, construyendo la paz sobre bases de entendimiento, diálogo y consenso y no de  la fuerza.

Estando allí, la Academia de Ciencias de EUA publicó los resultados de un largo estudio de 2 años de elaboración, acerca del impacto en la economía norteamericana de la inmigración latina. Contrario a la matriz de opinión vigente para la época, la cual se había construido de manera que era casi un obligado cliché en boca de los políticos de entonces la xenofobia, lo que originaba un rechazo a los latinos y demás tonterías sin base que se decían, los resultados fueron sorprendentemente halagüeños para la comunidad latina, arrojando que el impacto en su economía era absolutamente positivo, y que los inmigrantes contribuían significativamente al PIB y que si se eliminaban se notarían, y si bien disfrutaban de su estada, una vez que lograban su estabilidad económica y sus hijos se establecían y alcanzan sus metas académicas y profesionales, los viejos regresaban a sus países de origen y no representaban, en todo caso, una carga para los EUA. Que los extranjeros llevan a cabo las labores más rudas en pro de la agricultura y cría, la pesca, como para los trabajos técnicos donde se requiere de mano de obra no calificada y hasta de alta calificación; así como, para el comercio y el apoyo a los hogares.


De tal manera que, la visión deformada y aviesamente manipulada del inmigrante que tiene el señor Trump, si así se le puede llamar, está errada como infundada, va a contrapelo de la misma academia de ciencias de su propio país, desconoce y no aplica lo que sus militares y civiles han tratado de construir tras años de guerrerismo, comunidad académica y profesional a la cual él no puede ni soñar en pertenecer, mucho menos inspirar o liderar. Por ello, de acuerdo a su estilo le digo: “Mr. Trump, you are fired”

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