lunes, 18 de septiembre de 2017

LAS PROFECIAS

No me refiero a la película de igual nombre, sino a las palabras proféticas de Henrique Salas Romer, quien no fue el único profeta, porque podríamos agregar las de Arturo Uslar Pietri y las del Oscar Yánez, coincidentes en lo esencial, cada uno desde su punto de vista e igualmente acertados. Estas han sido profecías auto cumplidas, en el caso venezolano, muy negativas para nuestro país y desearíamos que se hubieran equivocado los tres.

La de Arturo Uslar fue que: “si por un asaz infortunado del destino, los precios del petróleo bajaran de una manera importante en el mercado mundial, Venezuela sería un caso para la Cruz Roja, aquí vendrían los barcos  repartir sopa en las calles”, la del Chivo Negro fue que el gobierno del difunto sería una dictadura con base  constitucional, a lo que, una vez ya montado el vencedor en la silla, agregó:  “Hay que establecer que éste es un gobierno muy peculiar, porque es un desgobierno de malandros con un trastornado mental como jefe de esa pandilla” . No creo necesario abundar en estas profecías y paso a analizar la de HSR.  

Primero, debo decir que la crítica más fuerte que recopilo cuando de mi amigo y hermano de leche HSR se habla, a mi pesar en mi presencia, en Puerto Cabello (hermano de leche de la buena, porque sobrevivimos a un accidente aéreo juntos), es que no habría hecho todo cuanto este pueblo preterido por la historia ha necesitado desde siempre, para ajustarse al hecho de que es porteño de nacimiento y crianza en San Esteban y la gente abrigaba expectativas desmedidas en sus sufrimientos ancestrales y, lo que había en el país en esas elecciones era una competencia de ilusiones de redención, engaños poéticos nacionalistas, etc., abusando del descontento popular por los fracasos que le atribuían a priori exclusivamente al puntofijismo. Se dice que HSR se habría concentrado en Valencia.

Otros mencionan que las empresas valencianas se habrían aprovechado de la privatización del puerto, política pública no de su invención, sino del gobierno nacional. El hecho criticado por los porteños era que la mayoría de los empleados del gobierno local y del otrora IPAPC, como los gerentes de las empresas que explotaban los patios, eran de Valencia, quienes venían en la mañana y a las 6 pm o antes, se iban a sus casas, dejando la ciudad y sus problemas, los cuales no vivían y no sentían.

En contrapartida, la gente recuerda como muy positivos, los resultados del programa social UNIDOS POR TU CASA, un plan de vivienda de auto gestión que fue muy exitoso, donde la gente construía en los espacios que poseía, el gobierno regional ayudaba con materiales y apoyo técnico. Es decir, cada quien luchaba por lo suyo, sin eso de la reserva de dominio para control social. También había ATENCION INMEDIATA, un sistema de ambulancias operadas bajo control centralizado automático, desde un centro de operaciones tecnificado, el cual daba resultados inmediatos, también recuerdan la mejora a la salud pública, al rescatar el Hospital Central en Valencia y los ambulatorios en todo el estado, más la idea de las Casas del Vecino, concepto en esencia similar al consejo comunal, aunque no en lo político, sino en lo social, en su cercanía y respeto al vecino, al ciudadano. Era excelencia más respeto y eficiencia gerencial, con contraloría social eficaz.

No podemos olvidar la prioridad otorgada al deporte y a la cultura, para ello trajo técnicos y entrenadores junto con su know how de Cuba, la cual era excelente y dio tantos y tan buenos frutos en juegos nacionales. En la cultura designó a un extraordinario porteño, el Dr. Asdrúbal González, quien construyó 14 casas de la cultura en todo el estado, publicó 82 libros de autores porteños y la cultura tuvo un esplendor inusitado, todo eso olvidado hoy.

HSR fue y había sido desde sus tiempos de diputado al congreso nacional, un exitoso propulsor de la descentralización y él fue el primer gobernador electo por votación popular, precisamente porque había sido exitoso como gerente público, se votó entonces por la persona y sus méritos y no por un partido y su maquinaria. No se quedó allí, sino que luchó por la complementación de la descentralización, para la entrega definitiva por parte del gobierno nacional de las  competencias y los recursos del situado nacional, etc.; es decir, no tener sólo el poder político nominal del cargo, sino las competencias y recursos para hacer efectiva la gestión a través de la descentralización y no una ficción política vacía, como es lo que actualmente pasa a nivel nacional, que cuando un opositor gana, como fuera el caso de Antonio Ledezma, le imponen un procónsul sobre él y le quitan los recursos.
  
El gobierno de Carabobo fue un gobierno moderno, de gente preparada, no sólo de activistas y dirigentes y fajadores en el plano de la calle, que son indispensables para la maquinaria y para alcanzar el éxito en la campaña, sino gente con currículo y experiencia que mostrar y demostrar, una visión científica de la administración, muy distinta, propia de quien se había formado en otros países y el hecho de que él mismo era y es  un economista graduado en Yale (sus estudios fueron en USA desde el bachillerato).

En el enfrentamiento electoral de HSR contra el difunto, su imagen y su mensaje fueron desvirtuados, a él se le trató de ridiculizar con el cognomento de Frijolito, nombre de su caballo de paso,  y se abusó de la alienación castro comunista en ciernes, para imponer la idea de que un gobierno de HSR seria capitalista neoliberal, que el imperio gobernaría a través de él, etc. desconociendo los logros de sus gobiernos regionales  y los de su presencia exitosa en el parlamento nacional. Lo que alegaban fue una proyección de lo que eventualmente aplicaron bajo el control político titiritero cubano.

Toda la parafernalia comunista puesta al servicio del difunto logró el objetivo de subyugar al elector, el cual, insatisfecho por los mal llamados y satanizados últimos 40 años de democracia representativa de 1958 a 1998, a consecuencia de las fallas de AD y COPEI, obnubilaron al pueblo y éste voto por una esperanza centrada en su peor redentor.  Bien lo dijo en su profecía, con la cual  se despidió de los venezolanos al perder esa crucial elección para Venezuela.

“(…) aquel que sea electo (…) marcará (…) con su capacidad de unir o desunir a los venezolanos, todo lo que va a ocurrir en Venezuela en los próximos 15 años“.

Juzguen Uds. si él estaba en lo cierto. No me avergüenzo de mi apreciación acerca de este gran político de nuestro Puerto Cabello, a quien me unen sentimientos de afecto y admiración, como de agradecimiento por la deferencia que siempre me supo brindar, aunque mis opiniones que expreso están sustentadas en hechos y no en palabras.

Venezuela perdió a un gran presidente, al cambiar, como dicen coloquialmente en nuestra amada ciudad, “cambió a su mamá por una bicicleta”, variante - como inobservancia - del primero de los tres consejos de  Orunmila, religión tan de moda en el argot del gobierno local: “No dejes  camino por vereda”.

CAP fue aùn mas lapidario al enunciar su opinión en una entrevista con Marcel Granier en PRIMER PLANO, pueden verla en https://www.youtube.com/watch?v=0xCCTIaX-CY


Con toda seguridad, con cualquiera de los candidatos de la democracia puntofijista, como HSR, Irene Sáez, Eduardo Fernández, Teodoro Petkoff, Miguelito Rodríguez, Claudio Fermín, y me atrevo a decir, aunque me critiquen de leer el periódico del lunes, que hasta Alfaro Ucero estaría en dicha lista, cualquiera de ellos habría hecho un gobierno mejor; al menos, no estaríamos en la crisis económica, política, social y militar por la que atravesamos.

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