EL
PATRON DOLAR
La belleza del polo
norte, sea que utilicemos el polo norte verdadero (geográfico) el cual es una asunción
arbitraria o el natural que es el magnético, producto de la naturaleza magnética
de la tierra, es que nos sirve de guía o base para dirigir la proa de nuestra
nave. En una definición más estricta, no es importante per se; porque nadie va
al polo norte físico a ver qué hay allí, hacer negocios o visitar a nadie. Aún así,
no pierde su importancia como base de referencia. No importa la precesión, ni
la variación magnética del lugar donde estemos, ni si la tierra gira un poco
menos hoy que hace mil años (imperceptible al ojo humano) y se den variaciones
que llaman Resonancia Shuman, el caso es que, para un marino, es esencial
conocer dónde está el polo norte, no tanto porque él vaya a ir hacia ese lugar,
sino para conocer dónde están los otros puntos de la tierra donde sí quiere o necesita ir.
Esta introducción la expongo,
como fuente argumental para hablar del dólar como patrón o norte de las
relaciones comerciales del mundo. Una
moneda fuerte de verdad es fundamental para poder ser seleccionada como base
del comercio y las finanzas. Una moneda que no tenga mucha inflación y que el país,
de donde ella es unidad monetaria, tenga estabilidad política y social y en
cuyo territorio haya mucho comercio, donde se puedan comprar mercaderías y que también
importe mercaderías de nosotros, modelo de estabilidad política para otras naciones.
Esa es la razón por
la que el dólar es una excelente moneda base. Así mismo, no es la única, existen
otras, las cuales también son utilizadas. Se llaman divisas fuertes. No la ficción
de fortaleza de un bolívar que baila al ritmo que le toquen. En primer lugar,
nuestra unidad monetaria es una moneda aguas abajo de la capacidad productiva y
tecnológica del más fuerte, al cual odia; pero, que no puede vivir sin él.
Hoy día, el resto de las
naciones también usan el dólar como base y además su moneda depende de la economía
de los EEUUAA, quien les compra y a quienes venden.
Por otra parte, me da
mucha risa cuando alguien dice que comprará armamento de tal o cual país para
no depender de USA, sin saber que esos armamentos probablemente tengan tecnología
con reserva de dominio de sus fabricantes
inventores o desarrolladores, como son la industria de armamento de un
país cuya economía en buena medida se basa en la guerra.
De igual manera, es
infantil dejar de utilizar el dólar y migrar a otras monedas, las cuales están afectadas
y controladas indirectamente por el peso monetario del dólar.
A los genios de nuestra
economía nada más les recuerdo lo que sucedió en Breton Woods, cuando el oro dejó
de ser patrón de referencia de la moneda en USA, para dar paso a la confianza
en la capacidad productiva de dicha nación. Por eso el dólar traía una leyenda
que decía: “In Gold we trust” “confiamos en el oro” y luego pasó a ser “In God
we trust” o confiamos en Dios. En Dios y en su inmensa capacidad industrial,
entre cuya industria despunta la armamentista.
Así es que migrar al
peso, a las lempiras, o a las rupias macuquinas no parece ser la solución al problema
básico, el cual esencialmente es que nuestros líderes políticos, que no
morales, y el modelo castro comunista
adoptado por ellos, ha quebrado al país, entre eso a la industria petrolera, su
gallinita de oro. Es cambiarlos a ellos y a su “patrón cubano” y no al Patrón Dólar.
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