domingo, 3 de septiembre de 2017

LA SOLIDEZ DEL PENSAMIENTO FRENTE A LA POROSIDAD DEL CORAZÓN Y DEL ALMA

A mi juicio, ningún humano es tal cosa como "Sólido". Los humanos somos "porosos" y - por cierto -así nacemos, nos "solidificamos" después con el paso del tiempo; y aún así, siempre conservamos frescas la ternura y el candor original, en el corazón y en el alma. Estos se nos endurecen, pero sólo en algunas áreas, por el callo que nos forman los golpes y los roces y sinsabores de las experiencias acumuladas. La mente es la que, educada y formada en valores y principios e instruida en las Ciencias y en las Artes, la que puede actuar para aplicar la razón y encontrar el camino correcto.

        Por ello, es acertado decir que hay hombres de una sola fibra; pero, de distinta textura a lo largo de su vida.

        Por ejemplo, que un hombre sea revolucionario y hasta comunista a los 18 años es natural; pero, que lo siga siendo después de los 30 años, es muestra de que no ha asimilado, o no ha acumulado la experiencia del mundo. Por lo menos, es un inculto, o un ignorante supino, o es un malintencionado quien, a sabiendas del fracaso estridente de ese modelo, quiere imponérselo a sus conciudadanos, en aviesa conspiración con agentes extranjeros, quienes se lo aplican a sus pueblos,  agotados por las fallas del modelo, y quienes, mantenidos por nuestra chequera, se benefician de tal asociación indebida como inconveniente, a los fines de los intereses nacionales de Venezuela.

        La utopía comunista es buena como polo de orientación para la acción social; pero, inaplicable en la economía. La praxis del capitalismo es buena, en su maximización de la creación de riqueza; pero, siempre y cuando encuentre limites en la acción de control y regulación del estado, para que la aspiración de riqueza no signifique la dominación o la explotación del TRABAJO por el CAPITAL. Esta interacción sincera, biunívoca e ínter pares, entre ESTADO-CAPITAL-TRABAJO, es la que nos puede garantizar la justicia y equidad del modelo.

        La combinación ecléctica de ese sentido de justicia del humanismo ideal del comunismo, de ese polo que podríamos llamar ying, con su contra polo del yang, expresado en la eficiencia del capitalismo, o del sistema de economía de mercado, sería una formula ecléctica que puede sacar del subdesarrollo a los estados-naciones.

        Algunos estados naciones del orbe lo han logrado; pero, huyéndole al comunismo y aplicando formulas liberales, capitalistas, con el control y la reg

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