lunes, 4 de septiembre de 2017



LA VERDAD VERDADERA

Hay personas letradas que leen palabras, frases y hasta llegan a leer oraciones completas y son capaces de corregirte errores ortográficos. Hay otras iletradas, quienes no saben mucho de gramática y apenas pueden leer contenidos… pero los entienden y captan el espíritu del tema y le anima a pensar en sus propias visiones acerca de los mismos. Estas últimas, no se paran en errores ni se quedan estancadas en una palabra que no les guste o que les estimule o dispare algún circuito de alarma, en el recesivo en su cerebro límbico y, si lo sienten, son capaces de resistirse a la crítica acerva y pasan a su neocorteza sus emociones así despertadas o avivadas e, incluso heridas, y son capaces de concentrase en lo que el escritor quiso decir y no en el sentido aparente inmediato.

Cito, por ejemplo, el caso, muy frecuente en Facebook, de los “likes” o “me gusta” que se colocan como respuesta o comentario a un escrito o video posteado por alguien o simplemente compartido. Ese like no significa exacta y estrictamente que al lector le gusta todo cuanto leyó o vio, sino que le gusta que lo hayan posteado, que respeta a quien lo posteó o escribió, aunque no comparta todo su contenido y que le da LIKE para que siga rodando y despertando reacciones para contrastarlas con la propia.

Traigo, como ejemplo, el caso de un video donde matan delfines o perros y le piden a uno que lo circule, uno le da al like; pero, ello no significa que uno esté de acuerdo con que maten delfines o perros, sino con que la gente se entere de que en ese fulano país, alguien lo está haciendo. ¿Qué tal si el video es de un degollamiento de una persona a manos de fanáticos religiosos? O de matanzas despiadadas de éstos, provengan de dónde y quién provenga?. Uno no está de acuerdo con que lo haga ninguno de ellos o, en todo caso, su like no significa que se esté de parte de alguno de los que viven ese conflicto.

Recientemente, un amigo muy querido y admirado me recriminó airada y groseramente un video que compartí y hasta hoy no encuentro palabras cómo decirle como me sentí al verme recriminado y acusado de ser el monstruo que esa persona pensó que yo era o me había convertido.

Por otro lado, hay personas que gravitan por el éter de su jubilación o retiro y en la nebulosa de su ancianidad no se les ocurre escribir nada; pero, basta que uno se arriesgue a dejar testimonio de su vida, no como un tratado profesional sobre tal o cual tema, ni para dar clases o pontificar, sino para hablar de la manera como uno la vivió y entonces sí surge la creatividad y la genialidad de quien no se arriesgó a pronunciarse antes. Recuerdo que así pasaba cuando se hacían los trabajos de Comando y Estado Mayor, no hablaban nada, para después criticar las decisiones de comando. Similar ocurre con la desgracia que nos destruye en el país, no se arriesgan a expresar sus genialidades y más bien destruyen a quienes se arriesgan y luchan en las calles, o con las teclas de su laptop o PC, o de cualquier manera que puedan. Esto, para citar otro ejemplo, le pasó a la MUD. Quienes no hablaron, ni se comprometieron nunca, ni arriesgaron a su vida y sus familias, tratan hoy de “cazar guiris” o de “ganarse dádivas con escapulario ajeno” y ver qué pesca del rio revuelto o de la carroña del líder caído.

Cuando me da la tecla de escribir lo hago y, como me levanto todos los días muy temprano en la madrugada con las musas revoloteando mi cabeza y veces mi corazón, tomo un libro, abro Wikipedia, etc., y estudio o releo asuntos que yo creía que había entendido y que me surgen dudas o se reavivan las que me quedaron en el buche de mis recuerdos y me provoca escribir. No escribo para afirmar verdades dogmáticas, sino más bien para compartir mis dudas y esperar que alguien aporte algo que me ilumine, no que trate de dejarme en ridículo, cosa que le respeto porque ese es su derecho; pero, que no me deja nada bueno. Muchas personas escriben para felicitarme y otras pocas me expresan dónde no están de acuerdo o me nutren con sus aportes.

Esta debería ser la dinámica de estos foros. Seguir construyendo la verdad, que es ese sólido holístico, el cual surge de la composición abstracta y espacial de los muchos puntos de vistas acerca de un tema en cuestión. Es esa dialéctica la que nos deja ver la otra cara, la que nos termina de decir qué forma tiene la verdad verdadera.


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