DESASTRES
NATURALES Y LAS CAMPAÑAS POLÍTICAS
Esta es una dupla
perniciosa, en la que salen a relucir los peores intereses. Voy a describir los
modelos más comunes en estos casos:
Los funcionarios en ejercicio
o retirados, políticos de profesión, quienes han estado en la política durante
años, algunos ocupando cargos de decisión en los tres poderes fundamentales,
ejecutivo, legislativo y judicial, y nada han hecho o han hecho muy poco, y en
ocasiones mal, para prevenir las consecuencias de estos desastres. Funcionarios
que, bien sea han negado o se han robado los recursos del estado o no han hecho
las debidas y oportunas inversiones y construcciones públicas, ni han mejorado
los servicios y cumplido con las ordenanzas, leyes y con el mínimo de sentido
común. Estos son los que apenas cae un agüita salen a meterse en los charcos y
dejarse retratar, mostrando preocupación por los damnificados, a los cuales él
ha debido proteger con sus buenas gestiones en sus cargos.
Los candidatos de
nueva figuración, quienes aprovechan para hacer sus campañas.
Los indiferentes,
quienes no hacen ni dejan hacer y todo lo critican.
Los desconfiados,
quienes no aportan su colaboración porque desconfían de quienes las acopian y
por ello terminan no haciendo nada y tampoco
dejan hacer.
Los que aportan sus colaboraciones
dentro de sus capacidades y limitaciones, cuando las piden, pero no molestan ni
critican, y tampoco figuran, aplicando aquello de que “Mucho hace el que no estorba”.
(Mi caso).
Los bomberos y demás
funcionarios de los entes de seguridad ciudadana de servicio público, quienes dominan
todas las técnicas para el acometimiento de
las labores de rescate, etc.
Normalmente están mal
equipados y no cuentan con suficientes y adecuados (actualizados) insumos para cumplir
sus funciones, sus vehículos suelen estar dañados u operando con limitaciones.
Se han venido quejando a los funcionarios; pero, éstos les niegan presupuestos
y por eso no acometen con la debida eficiencia y efectividad la emergencia.
El pueblo, el cual se acuerda de San Isidro Labrador (quita el
agua y pon el sol) cuando llueve; pero, siguen eligiendo y apoyando a los
peores y no les exigen. Existe una complicidad latente, del tipo Síndrome de
Estocolmo colectivo, entre ellos y el funcionario, según la cual sabemos que
son malos; pero, como los elegimos y nos dan dádivas o burusas, les perdonamos.
Los empresarios
insensatos, quienes les echan la culpa a los políticos mientras permanecen
indiferentes y no aportan su granito de arena. Así como éstos, existen los buenos
empresarios que sí aportan y participan.
Los médicos,
enfermeros y demás personal de los entes de salud, quienes trabajan con las uñas
para enfrentar la afluencia de víctimas y lesionados graves y hasta los de
heridas no mortales; pero, que suelen
ser las que ameritan mayor dedicación e insumos médicos que no tienen. En
ocasiones no cuentan con el debido triaje para discriminar y orientar a los
pacientes y se abarrotan los centros.
Los mirones o
curiosos, quienes con gran morbo van a estorbar metiéndose entre las víctimas,
confundiendo y obstaculizando las funciones de los entes que de suyo
tienen la capacidad y entrenamiento para
ello. Algunos tratan de ser incluidos en listas de damnificados de ese desastre
en particular, cuando su condición viene de otro, desde hace 18 años. En
ocasiones tratan de obtener provecho de los bienes arrasados. Esto es un delito
y en otros países el ejército es sacado
a la calle a resguardar vidas y propiedades de todos.
Esto resume la fauna
y flora de los desastres en Venezuela.
En USA existe la
organización pública conocida como FEMA o Agencia Federal para el Manejo de
Emergencias:
https://www.fema.gov/es,
la cual es una institución seria y
funcional en todo momento, antes durante y después del desastre, con autoridad total
y plenos recursos de todo orden, la cual acomete todos los desastres. Nadie que
no sea de FEMA es permitido que venga al escenario del desastre.
Asimismo, en Japón
existe la organización para la Administración
de Desastres:
(http://www.ve.emb-japan.go.jp/esp/image/ADMINISTRACION%20DE%20DESASTRES%20EN%20JAPON.pdf)
con la cual son capaces de construir una vía en seis días. Con su disciplina y
seriedad lograron reconstruir Hiroshima y Nagasaki, al punto de que Ud. va hoy y no podrá ni ver trazas de las sendas
bombas atómicas que arrasaron dichas ciudades
hasta sus cimientos en la II GM.
Por supuesto, sé de
antemano que me van a descoser y atacar por este escrito y realmente no me
importa, porque yo ya viví bastante. Hablo desde mis modestos conocimientos y experiencias adquiridos en cursos
que estudié en Inglaterra y en los EUA, como es el de Defensa Nuclear,
Bacteriológica y Química, Control de Averías e Incendios y Primeros Auxilios,
durante mi larga carrera naval de 30 años, desde 1970 a 2000.
Solamente espero
animar a quienes me lean para que investiguen en los links que agrego, y tomen
las previsiones y se preparen para soluciones estructurales y no pañitos
calientes o circos electorales, para que no salgamos tan perjudicados en
futuros desastres.
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