VENEZUELA ¿RIESGO PARA LA SEGURIDAD Y DEFENSA
DEL SISTEMA INTERAMERICANO?
Venezuela podría llegar a adquirir ese status dentro del análisis de
Seguridad y Defensa Continental, por la mala gestión de los líderes del PSUV,
quienes han adoptado un sistema castro comunista, siguiendo las directrices y líneas
de acción política emanadas desde Cuba. No sólo han sido incapaces e
incompetentes, corruptos y extremadamente ineficaces, e ineficientes, sin una pizca
de buena gerencia pública, sino que algunos de sus líderes, por desgracia los más
prominentes y su entorno familiar y de relaciones, han sucumbido al poder del narcotráfico
y, para complemento de su pobre accionar, han buscado y establecido alianzas con factores de
la política internacional cuyos intereses no solamente son ajenos a los
intereses comunes del continente, sino que son contrarios al interés nacional
de Venezuela.
De tal manera que este terrible y revulsivo coctel de circunstancias se
ha convertido y ha convertido al país en una seria preocupación para todos los
34 países de la alianza continental, sin soslayar al resto de los países de la
comunidad internacional. Los países de la OEA han realizado reuniones para escuchar
el informe del Secretario General de la organización, donde éste ha ejercido
sus competencias, atribuciones y responsabilidades y les ha presentado un
informe de las continuas violaciones que el gobierno venezolano ha hecho de su constitución
nacional, como de los valores y principios democráticos establecidos en la
Carta Democrática de la OEA, en contravención de la democracia de desempeño o
ejercicio, todo lo cual les ha dado fundamentos para la iniciativa de activar
dicha carta, de acuerdo con sus previsiones, para alertar al país para que
retome el hilo constitucional roto, como ha sido denunciado por la Fiscal General
de la Nación, la Dra. Luisa Ortega Díaz.
Es así como la situación venezolana se ha tornado insostenible, su
gobierno ha llevado al país a la miseria y a una situación humanitaria como nunca
antes se había dado. La gente no puede adquirir sus alimentos, ni las medicinas,
ni puede cubrir las necesidades de su canasta básica, ni siquiera la canasta
alimentaria, y muere de mengua en los hospitales, las familias rebuscan su sustento
en los basureros. El gobierno no tiene como cubrir los gastos domésticos, ni
puede pagar las exportaciones de su único producto, el petróleo, desde hace algún
tiempo a muy bajos precios. No obtiene préstamos y ya está rematando activos y
valores a precios de gallina flaca para obtener cierta liquidez momentánea. Esta
es una realidad insoslayable.
El 16 de
julio de 2017 la oposición venezolana condujo un plebiscito bajo la previsión
constitucional de la CONSULTA POPULAR, del artículo 70º de la constitución vigente,
en la cual los ciudadanos dieron respuesta a tres preguntas, mediante las
cuales expresó su voluntad política. 7.6 millones de ciudadanos acudieron a los
puntos soberanos establecidos bajo la más cruel represión y barbarie ejercida por los órganos de seguridad
ciudadana, léase GNB, policías y cuerpos irregulares, dirigida contra la población
civil, quienes disienten del gobierno y salen a ejercer su derecho soberano a
la protesta pacífica y sin armas, justificado en su constitución y tratados internacionales
y han sido atacados con armas y otros medios prohibidos taxativamente, en
especial contra a juventud, y después de tres meses de valiente y abnegada resistencia
pacifica, han muerto 130 venezolanos. Es en este clima donde 7,6 millones han
votado y han dicho SI a las tres preguntas de la Consulta Popular, exigiendo lo
siguiente:
¿Rechaza y desconoce la realización de una
asamblea nacional constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación
previa del pueblo venezolano?
¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana obedecer y defender la Constitución del año 1999 y respaldar las
decisiones de la Asamblea Nacional?
¿Aprueba que se proceda a la renovación de
los Poderes Públicos de acuerdo con lo establecido en la Constitución, así como
la realización de elecciones y la conformación de un nuevo gobierno de unidad
nacional?
Como puede apreciarse, todo lo antes expuesto
conforma un estado de eventos que demuestran que Venezuela se encuentra en gravísima
crisis nacional y sus efectos ya son lesivos a la Seguridad y Defensa del Sistema
Interamericano, lo cual amerita de la acción internacional para ayudarle a
recuperar la fuerza y vigor de su sistema democrático y la prevalencia de los derechos
humanos.
Mal puede entonces llamarse injerencia a
la acción multilateral del sistema, basados en el tratado que los países han
firmado para la defensa de la democracia. Incluso se había venido expresando la
necesidad de establecer un canal humanitario y Parlasur en junio 2016 accedió establecerlo
y le fue negado por el gobierno. Esto podría dar lugar a una INJERENCIA
HUMANITARIA*, para ayudar al pueblo de Venezuela en su terrible trance
por el cual atraviesa.
*. La injerencia humanitaria es la
intervención en un Estado soberano por
uno o varios Estados u organizaciones internacionales, mediante la fuerza armada y sin su consentimiento, con el
objetivo de proporcionar a la población civil protección ante la
violación masiva y sistemática de sus derechos
humanos o bien ante situaciones de emergencia derivadas de
una guerra civil, de hambrunas o genocidio, entre otras causas. La injerencia humanitaria no deberá anexar el Estado ni afectar a su integridad territorial, sino meramente aliviar la situación de la población civil
del Estado.
No podemos apoyar una invasión militar
unilateral, y debemos entonces esperar que el Consejo de Seguridad evalúe la situación
y recomiende las acciones a tomar por el poder colectivo del sistema, ante la resistencia
del gobierno venezolano de cumplir lo establecido su propia constitución como en
los tratados, acuerdos y convenios que el sistema se ha dado para la garantía de
su seguridad colectiva y los DDHH y garantías de todos los ciudadanos de los 34
países del mismo sistema. Es muy doloroso que un análisis serio y lo más científico
social posible, nos haga llegar a estas conclusiones.
Nota complementaria del autor: El poder colectivo del Sistema Interamericano no existe como tal, como una organización militar permanente y esa es una debilidad del sistema, como sì es el caso de NATO u OTAN y por tanto, solo puede atenerse a las capacidades colectivas en los diversos campos del poder que pudieran coordinarse, si se lograra una resolución que ordenara las sanciones a nivel común. Recordar el caso de la resolución que excluyò a Cuba del sistema; por tanto, la acción multilateral a la cual hago referencia no puede ser tomada a nivel continental sino mundial. Lo que `si puede el sistema es aplicar la Carta Democrática, para una intervención, no una invasión militar. Hay muchas formas de presión multilateral. No obstante, no podemos soslayar ni olvidar que EEUU ha tomado acciones unilaterales en el continente, cuando ha creido que la situacion en algun pais afecta los intereses globales del sistema o los de su pais, ateniendose las consecuencias. Sin embargo, el Panamà, Granada o en Nicaragua, una vez solucionados los problemas, han salido y han dejado al pais a su libre albedrìo.
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