EL GRAN DILEMA
El gran dilema en el que estamos
envueltos o inmersos los venezolanos está centrado esencialmente en dos
visiones contrapuestas de la sociedad. Dos maneras de concebir la política y la
economía, así como la forma de organización social que los hombres se dan para
producir, protegerse mutuamente, y prevalecer en el escenario competitivo de
las naciones y sobrevivir.
De acuerdo con las ciencias
políticas, los sistemas antes referidos
tienen sus categorías claras y bien definidas; no obstante, el la praxis social
no siempre es así. Existe todo un espectro de aplicaciones unas más “puras” o clásicas
y otras muy sui generis. En algunos casos conviven simultáneamente las teorías,
en lo formal, con tales formas virtuales
de aplicación dinámica de la organización del pueblo, de la misma manera que en
una empresa cualquiera conviven su organización formal (organigrama) con la manera
informal en la cual los trabajadores y los empresarios se organizan en la práctica
cotidiana para producir. Es esa dinámica la que produce la virtualidad antes
señalada, en ocasiones a contrapelo no sólo de lo establecido en normas, sino a
las ciencias sociales en las cuales se sustentan o deberían sustentarse la gerencia, la política, la economía, etc.
Es así como ayer escuchaba a Rafael
Bernal, en su rol de ministro, hablar y
pontificar acerca de las supuestas bondades del programa CLAP, como resultado
de la visión utópica comunista, socialista en el caso económico, según la cual
el sistema de producción en el cual creen garantiza que “ahora sí” , después de
19 años, proveerá de suficientes bienes al mercado controlado por ellos, con
unos modos de producción y factores productivos donde no existe la propiedad
privada, se capa la iniciativa
empresarial, a la cual se le pecha, se le “visita2 por el SENIAT, y se presiona
con los dólares para importar materias primas; pues, están en manos del estado, y en los que ellos
son los únicos benefactores del pueblo, a atreves de la distribución de esa
riqueza de productos agrícolas en el pueblo, mediante la dosificación masiva controlada del
CLAP. No hemos visto tales bondades en la práctica, sino discriminación, humillación,
maltrato y una distribución esporádica, espasmódica de esas bolsas,
especialmente cuando se aproximan elecciones. Como detalle analógico, paso
todos los días frente a VENGAS en Puerto cabello y la cola con gente cargando
bombonas hasta de 43 kilos es cada día más larga y gruesa, parece una manifestación.
Lo que los venezolanos hemos visto hasta ahora es que no producen,
no sólo lo suficiente para cubrir la demanda, sino que han destruido el aparato
productivo nacional. Ya no hablamos solamente de desabastecimiento puntual,
sino de escasez generalizada de alimentos y hasta de las medicinas. Han
explicado su fracaso alegando una presunta guerra económica donde los
empresarios privados y el fantasma del capitalismo son los culpables y se la tienen jurada al régimen
benefactor impuesto por el difunto y ahora perfeccionado por su heredero.
Así fue como hace unos dos años
citaron a los empresarios a un diálogo de sordos en Miraflores, allí estaba Lorenzo
Mendoza (objeto principal de tal dialogo) a quien acusaron de ser el general en
jefe de esa guerra. Le acusaron de no estar produciendo, de ser acaparador y
traidor a las necesidades del pueblo. El empresario, con clase y serenidad, les pidió la palabra y les dio una clase. Su
argumento sólido y verificable era que él solo tenía el 48 % de la capacidad
productiva de los rubros alimentarios. Por cierto, los que efectivamente le dan
alimento al pueblo. En cada hogar los miembros de las familias pudientes, clase
media y empobrecida por igual, se comen una arepa de harina PAN con margarina MAVESA, ambos productos de su
empresa la cual - como el otrora Banco Unión- tiene una sucursal en cada rincón de Venezuela
(su campaña está ya hecha). Les dijo que él producía con ese 48% más del 100% y que nada más, en la semana
anterior a esa reunión, había publicado en prensa que había aumentado su producción
en unas 40.000 toneladas en Aragua. Les clavó el estilete cuando les dijo que
el estado, quien tenía el otro 52%
restante, no producía nada, que le dieran ese 52% que él lo ponía producir. Los dejó boquiabiertos. Creo que allí
la gente empezó a preguntarse ¿Y por qué no ponemos a este hombre de presidente?
Pregunta cuya respuesta ya está
comenzando a darse en varios países, como es el caso de Piñera en Chile y del
mismo Trump en USA.
Los pueblos se percatan que la virtualidad
antes referida, expresada en chácharas de sonido agradable, no produce arepas,
ni margarina, y que el hambre no conoce de teorías y que la cochina realidad ha
demostrado que el socialismo no ha sido efectivo, eficaz, ni eficiente, en ninguno
de los países donde el comunismo (su fase ulterior) ha tratado de implantarlo, generalmente
por la razón de la fuerza. Con decisiones de facto, sustentadas a posteriori
por sistemas jurídicos actuando como los Vallenilla Lanz redivivos, para darle
visos de constitucionalidad a sus aberraciones. Nosotros debemos vencerlos en el parlamento,
con la fuerza de la razón. Con las ideas, mientras los gobernantes
(gobernadores y alcaldes) lo hacen en la praxis con sus buenas gestiones las cueles debemos apoyar con la crítica
constructiva, l el control de sus gestiones y con reglas claras que defiendan
al pueblo. Por eso hay que inscribirse y el pueblo debe salir a votar y respaldar
sus mejores candidatos, de los partidos
opositores a este régimen. Esa es la
tarea de los nuevos parlamentarios, tanto los nacionales como los regionales
y su versión más próxima, los concejales
en los municipios.
Es por eso que la ANC apura el
paso de perdedores para demoler el statu quo, la superestructura del estado
republicano, para implantar mediante la fuerza, el estado comunal, la visión decimonónica
del socialismo fracasado, el control social y la tiranía invasiva de la presión
indebida, la represión y la barbarie.
Dura tarea tendrán (quisiera, con
el favor del pueblo, conjugar el verbo tener en primera persona del plural), los diputados que el pueblo elija en las regionales,
similar a la que ya han venido sufriendo de mano de la dupla gobierno-TSJ y demás
poderes cooptados y obsecuentes, los diputados
de la AN, y es en ese escenario donde he aceptado participar, para
meterme en las fauces del gran dilema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario