CIRCO
DE MARIONETAS
Lo peor del militar venezolano actual es creer
que sabe porque efectivamente ha estudiado, pero, no sabe, conoce de teorías,
mas no ha "hecho" y quien no hace no aprehende. De lo que sí debería
saber es de su profesión y con tanta politiquería e ideologización, ya no sabe
tampoco ni de lo suyo. En esa materia de gerencia pública, como en todo, incluyendo la vida
militar, la experiencia en la aplicación del conocimiento no sólo vale, sino
que es indispensable. Quizás sea aún peor lo de su actitud frente a problema,
en lugar de hacer como el benemérito General J.V. Gómez, quien estaba consciente de que no sabía y se buscaba a los
mejores que sí sabían para que lo acompañaran en su gestión, se ponen a dar
órdenes que, de paso, no son suyas sino de los castro y terminamos montando un
circo de marionetas, o como aquel retablo de maravillas, donde de niño
escuchábamos aquello de: “Don Ramón tenía una camarita, de esas que
llaman Montes de Oca, un día se la fue a poner y se le rompió la copa”… “las
muchachas se reían de ese viejo Don Ramón, porque tenía los zapatos, sin
puntera y sin tacón”
Así quedó Venezuela,
haciendo el ridículo, sin alimentos y sin medicinas, comiendo de la basura, en esa farsa de retruécanos y chascarrillos como remedo infeliz de las sabrosas e inteligentes zarzuelas populares de nuestra
época de los 50s del siglo XX; pero, sin el ingenio de entonces, y mucho menos
sin la cordura y la sindéresis de esos hombres simples, quienes supieron fundar
y organizar el estado, acabar con el caudillismo y fundar el ejército, y
establecer el orden y la paz, mediante el trabajo afanador, aunque su lema: “Unión,
paz y trabajo” fuera interpretado por el pueblo como:
“Unión en las cárceles, paz en los cementerios y trabajo en las carreteras”,
ya que los presos eran sacados bajo vigilancia de los cachacos, y llevados a
construirlas. La presunta represión de Gómez y sus muertos son superados por la
situación actual, al punto de que ya Gómez luce como un inocente angelito, al
lado de los líderes actuales.
Debo acotar que La
agrupación Danzas Venezuela fue fundada un 12 de Marzo de 1.950 bajo el nombre
de "Retablo de las Maravillas" por el Dr. Manuel Rodríguez Cárdenas,
director entonces de la Dirección de Cultura y Bienestar Social del Ministerio
del Trabajo de Venezuela. En Abril de 1.958 debido al cambio de directivos del Ministerio
del Trabajo, se cambió el nombre de "Retablo de Maravillas" por el de
"Danzas Venezuela”
El nombre «Retablo
de las maravillas» viene de uno de los ocho entremeses escritos por
Miguel de Cervantes y Saavedra y publicados en el tomo Ocho comedias y ocho
entremeses nunca representados, de 1615.
Lo interesante es que aquí pareciera cumplirse la
opinión del humorista Oscar Yánez (a) “Chivo Negro”, quien decía que en
nuestros tiempos no es tanto que el humorista hace humor riéndose del gobierno,
sino que con lo que dice no sólo se burla del gobernante, sino que sus sketch
son esperados con ansia y se transforman en la realidad. La gente le cree más
al humorista que al funcionario, con lo que se cumple entonces la frase célebre
de Soublette: “La república no se perderá porque el pueblo se ría de su gobernante.
La república podrá perderse cuando el gobernante se ría de su pueblo”
Si
no fuera porque se parece tanto me atrevería a afirmar que Cervantes no ha
muerto. Les agrego una sinopsis, con la advertencia de rigor: “cualquier
parecido con la realidad es mera coincidencia”:
En
el retablo (teatro pequeño en el que los actores son marionetas se verá una historia con la particularidad de que no puede ser vista por hijos
bastardos o por gente de sangre no pura, es decir, por aquél que no fuese
cristiano viejo y tuviese ascendencia mora o judía (tan de acuerdo con
los estatutos de limpieza de sangre de
la época).
El espectador, consciente
de que están timando a los asistentes, incluyendo a las autoridades, se
divierte por la crítica de costumbres que supone esta trama. Acaba el entremés
con la llegada de un militar que exige al poder político municipal alojamiento
para sus exhaustos soldados. Al no conocer el supuesto poder del retablo no le
importa decir que no ve nada. Ante esto los timados comienzan a mofarse de él
y, afrentado, se enfada, con el desenlace de entremès a palos.
Esta obra cervantina es un
buen ejemplo del entremés del teatro español del Siglo de Oro;
pieza breve, de un sólo acto, dispuesta para ser representada entre acto y acto
de una obra teatral, es de carácter jocoso y burlesco, con mucho movimiento y
griterío de los personajes.
Convendría que estudiáramos
más y mejor nuestra historia contemporánea y no dejáramos que nadie nos la
cuente como le conviene a sus intereses.
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