Limpiando mi sombrero negro y mi gorra militar (kepis) blanco y viendo los resultados del plebiscito de Colombia. Había pronosticado el triunfo del NO y ayer lo discutía en Valencia. Lo hacía fundamentandome en la muy mala presentación al pueblo colombiano , como un chantaje y una extirsion, de las presuntas ventajas de un acuerdo entre las FARC y el gobierno.
Pues bien, el pueblo no está diciendo que no quiere la paz. Cuidado si las FARC y el mismo gobierno lo van a entender así . Lo que no quieren son esas condiciones. Decir que no se renegociará es como volver a chantajear al pueblo y decirle que el poder originario que siempre reside en el pueblo no es cierto. Que tienen que aceptar obligadamente lo que ellos al a limón decidan.
Entonces: ¿Para qué le consultaron al pueblo?
Me hace acordar de nuestras madres. Para pedirles permiso para salir no se le podía llegar ya vestido y listo y decirselo gritado desde la puerta. Había que pedírselo antes de bañarse.
Santos y las FARC firmaron antes de someterlo al plebiscito y el pueblo dio la única respuesta digna. NO!
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