domingo, 2 de octubre de 2016

Limpiando mi sombrero  negro y mi gorra militar (kepis) blanco y viendo los resultados del plebiscito de Colombia. Había pronosticado el triunfo del NO y ayer lo discutía en Valencia.  Lo hacía fundamentandome en la muy mala presentación al pueblo colombiano , como un chantaje y una extirsion,  de las presuntas ventajas de un acuerdo entre las FARC  y el gobierno.

Pues bien,  el pueblo no está diciendo que no quiere la paz.  Cuidado si las FARC y el mismo gobierno  lo van a entender así . Lo que no quieren son esas condiciones.  Decir que no se renegociará es como volver a chantajear al pueblo y decirle que el poder originario que siempre reside en el pueblo no es cierto.  Que tienen que aceptar obligadamente  lo que ellos al a limón  decidan.

Entonces: ¿Para qué le consultaron al pueblo?

Me hace acordar de nuestras madres. Para pedirles  permiso para salir no se le podía llegar ya vestido y listo y decirselo gritado desde la puerta.  Había que pedírselo antes de bañarse.

Santos y las FARC firmaron antes de someterlo al  plebiscito y el pueblo dio la única respuesta digna. NO!

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