Dictadura y
Tiranía
¿Hasta cuándo
seguiremos confundiendo términos? Y ¿Hasta cuándo seguiremos usando eufemismos?
Los venezolanos hablamos un idioma rico y muy hermoso, con miles de palabras
raíces. Un lenguaje heredado de la nación conquistadora, es cierto; pero, cuya
riqueza y belleza son motivo de orgullo y unión de un continente y otras
naciones del mundo. Es de los idiomas más hablados en el orbe (más de 350
millones). Un idioma en el cual escribió su obra el genio de habla hispana
Miguel de Cervantes Saavedra. Según Unamuno, es el idioma en el cual Dios nos
entregó el evangelio del Quijote. Sorprende entonces el mal uso que hacemos del
mismo y la ignorancia que mostramos. Ignorancia que nos sujeta con cadenas
poderosas a la pobreza. Sin dejar de mencionar la necesidad de conocer acerca
de las Ciencias Políticas, y de Derecho
nacional Internacional Público (sus categorías y términos), de Economía, y de
otras ciencias sociales que nos ayudan a manejar o administrar situaciones y a
la gerencia de la vida en relación.
La Dictadura es la
facultad otorgada por un estado al gobernante, por medio de su congreso o
asamblea nacional, para que el gobernante gobierne dictando decretos, bypaseando
el poder legislativo, o haciendo sus veces de manera rápida o expedita. Todo
ello en respuesta a una situación extraordinaria que amerita reacciones
oportunas del ejecutivo ante amenazas a
la soberanía, ante elementos invasivos que imponen una defensa inmediata
categórica y decidida. Cuando su estabilidad y progreso se ven comprometidos o
limitados, cuando sus necesidades de desarrollo obliga a la satisfacción de
requerimientos ingentes. En resumen, una reacción en respuesta a necesidades
inminentes de logro o mantenimiento de los intereses vitales de la nación para su
sobrevivencia, sean de origen natural o creadas por el hombre, en este caso,
por enemigos o adversarios extranjeros, o de origen endógeno. Un Dictador es
una necesidad de estado.
Un Dictador recibe
un mandato y un tiempo para ejecutarlo. Una vez él culmina su tiempo, está
obligado, sin ambages ni caprichos, a restituir el estado de derecho ordinario.
Tampoco puede salirse de la naturaleza y competencia del mandato recibido. Por
tanto, un dictador no es necesariamente un término peyorativo. Todo lo contrario,
y se habla del dictador bueno, como el caso de Quincio Cincinato, en la Roma
Antigua.
Por su parte, un
Tirano sería aquel dictador que se sale del mandato tanto en naturaleza como en
tiempo. Otra forma de Tirano es quien accede al poder por medios distintos a
los contemplados o establecidos en el pacto social y político fundamental, como
es la constitución política de un estado-nación. O sea, quien da un Golpe de
Estado violentando gravemente el estado de derecho y el pacto fundamental, por
sí mismo e incluso con apoyo del TSJ o jueces regionales. Así mismo, cuando por
causa del poder accede al gobierno, o se mantiene en él, manipulando y ensuciando el derecho, no se
puede llamar Dictador, sino un Tirano, así de claro y simple.
Por contrapartida,
un gobernante debida y legalmente elegido (con transparencia), o un Dictador
debidamente facultado, al perder legitimidad por causa de su mal desempeño y
violación de la carta magna, o del mandato, se convierte en un Tirano. La Carta Interamericana
y El Estatuto de Roma definen este buen desempeño. No debería haber dudas o
cortapisas acerca de estos parámetros delimitantes del desempeño, que sustentan
la gobernabilidad. No hay campo para la
interpretación amañada o confusa; pues, no hay ambigüedades en su escritura.
Son pactos o tratados internacionales de obligatorio o vinculante cumplimiento.
La posibilidad de ser enjuiciado con base a sus postulados no muere nunca, no
prescribe.
Las
características que se asocian o acompañan a la dictadura y también a la
tiranía, en este caso en grado sumo, son: el autoritarismo y la invasión
totalitaria de todos los asuntos propios de la vida del ciudadano. Oprimiendo
el accionar libérrimo del ciudadano, de acuerdo a los derechos naturales,
sociales, políticos, económicos y fundamentales que le asisten de manera
taxativa y especifica, difusa o colectiva, en especial los derechos humanos; es
decir, aquellos que le devienen al hombre y a la mujer, niños, ancianos,
blancos y negros, rojos y amarillos, etc., del mero hecho de haber nacido en
este planeta, pues son derechos o conquistas universales de la humanidad.
Aquí se han venido
utilizando ambos términos – Dictadura y
Tiranía - de manera indistinta. Esto no sólo confunde, sino que no nos permite
identificar los delitos contra los derechos humanos, ni definir las violaciones
al estado de derecho, y con esta ignorancia compartida se intenta esconder las
acciones u omisiones del gobierno, y al mismo tiempo le sirve de ariete para
atacar a los opositores a sus acciones u omisiones, los tildan de golpistas,
lacayos, cachorros, cuando ellos son golpistas convictos y confesos, en su
euforia se confiesan cachorros de un régimen obsoleto y fracasado como el de la URSS , Cuba, Irak,
Bielorrusia, etc., y siguen a líderes oprobiosos, que gobiernan esos países.
Nos ofrecen el horizonte ideal o paraíso terrenal el modelo de Cuba, y su líder
Fidel Castro.
En Venezuela se
estaba instaurando un sistema o régimen político que ha pasado por la dictadura
(llamémosle buena, cuando se le ha dado la facultad de la Ley habilitante; aún
cuando existen serias críticas a sus dictámenes) y está hoy enseñando una clara
como avasallante tendencia hacia la tiranía invasiva y totalitaria, anunciando
y tratando de imponer un régimen de
partido único, de reelección indefinida, de maltrato de hecho y de palabras
contra la disidencia, la criminalización de la opinión divergente, el ataque a
la libertad de expresión y la ofensa continuada. Una reforma con visos de
constituyente secreta, y un método plebiscitario de referendo.
El presidente
ilegitimo Nicolás Maduro ha perfeccionado,
de un golpe, y observen que hago uso del término no sólo semántica y
figuradamente, sino jurídica y materialmente, y lo ha expresado con inusitada
ingenuidad al reconocer que no se pueden calar unas elecciones que saben que
van a perder. Esto es una observación tipo “El Rey está desnudo” que no admite
defensa ninguna. Es un tirano y de paso cobarde por artero porque lo dice y sale corriendo a esconderse en las faldas de sus cómplices internacionales. Nos
dejó el pelero.
El venezolano
quiere no sólo el derecho a expresarse, sino no quiere sufrir represalias o
consecuencias políticas, maquilladas de jurídicas, por sus ideas. No desea ser
encasillado o clasificado como delincuente, en este caso de conciencia, por
disentir. El GB (Ej.) Usòn Ramírez es un evidente ejemplo de estas
persecuciones. La lista de Tascòn, un oprobio vergonzoso, cuyos efectos durarán
décadas.
El artículo 57º
Constitucional vigente impone el límite legal y sensato de la libertad de
expresión, por la ofensa o violación de los derechos de un tercero o a una ley
del ámbito público. Pero para ello debe mediar la acusación, el debido proceso,
y una sentencia firme. Es decir, un juicio, por sus jueces naturales, bien sea
de carácter público o privado, donde ambas partes sean sometidas al estado de
derecho. No al albedrío de un factótum, de un gendarme necesario o del
cesarismo democrático. Mucho menos de fundamentalistas o Ayatolás Venezolanos.
Por favor,
agradezco documentarse. Hay libros de derecho público, nacional e
internacional, así como de ciencias políticas, donde deben, y debimos haber
leído todos quienes tuvimos, tenemos o tendremos responsabilidades públicas o
privadas de alto nivel. Así podremos estar preparados para no dejarnos
confundir. Que se confunda el pueblo llano, por carencia de debida y oportuna
información o instrucción especializada es natural, pero ello debe ser razón
suficiente para nuestro empeño en transmitir o comunicar conocimientos, en una
estrategia pedagógica y andragógica, que llegue a todos los niveles. Para esto
deben servir los Consejos Comunales y cuanto escenario exista.
En este sentido,
debemos reconocer que tanto el presidente, como un grupo de intelectuales que
le sirven de "Vallenilla Lanz", conocen de lo que predican; y en el
caso del comandante, éste tiene una gran capacidad de comunicación; pero, ambos
utilizan sus talentos para interpretar a su manera la historia, los conceptos y
usar la ideología como instrumento de dominación de la ignorancia de las masas.
El enciclopedismo,
la universidad y el conocimiento ilustrado no han llegado al común, y esa es la Espada de Damocles que
pende sobre la vida de amplios sectores marginados del conocimiento. De allí su
verdadera pobreza. Ya lo dijo Bolívar: “Moral
y Luces son nuestras primeras necesidades”, “los pueblos machan al ritmo de su
educación”… Es un deber de los más ilustrados compartir conocimientos, sin
manipulaciones, sin sofismas y sin intereses mezquinos, sectarios o
fundamentalistas.
No debemos aceptar
el sofisma (palabra sobre la cual también he escrito) ni la manipulación de la
verdad, sea esta de parte de oficialistas u opositores. La verdad y la claridad
diáfana de pensamiento y acción deberían ser el norte de las relaciones
plurales de un sistema democrático compartido por todos los ciudadanos. Al
consenso se llega por la vía del disenso. Esta es la solución dialéctica, y
debería ser reconocida como tal, por quienes se llaman Marxistas.
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