jueves, 13 de abril de 2017

POLITICA EXTERIOR A LA CARRERA

Ante la sorpresa de la reacción popular en San Félix y la brutal represión del estado a los opositores ,  NM se percatò de un golpe de su debilidad y se vio atacado por la OEA , al haberle dado nuevos elementos de confirmación del informe de Almagro y se le agolparon los miedos de una segura e inminente resolución,  que saldrìa  de una nueva votación,   donde los votos afirmativos podrían aumentar estimulados por ese evento de las pedradas y los huevos.

El tal sentido corre a Saint Vincent y las Granadinas a efectuar el lobby de control de averías para tratar de asegurar los 14 votos del Caricom,  como una vez hiciera en 2004 el difunto cuando para asegurar esos mismos votos para ganar su pase al consejo de seguridad de la ONU,  traicionò la tradicional posición oficial venezolana en el conflicto  con Guyana por nuestro territorio Esequibo.

Las insensatas y eufórica declaraciones donde aceptaba las concesiones de Guyana en dicho territorio  para beneficio del pueblo Guyanes, provocó que el canciller Guyanes , ni corto ni perezoso, recogiera el guante y le pidiera que, si así pensaba, desistiera entonces de la reclamación.

Cada vez que Venezuela ha estado en dificultades significativas,  ha debido enfrentar embates de los hermanos países con quienes Venezuela tiene conflictos limitrofes o frontrrizos pendientes y ha recurrido al expediente de conceder, aplazar o posponer  soluciones , para dizque aprovechar el tiempo para fortalecerce y compensar las vulnerabilidades en el campo militar , resolver sus conflictos internos y coger aliento .

Por desgracia ni lo uno ni lo otro y el tiempo ha sido desaprovechado, mientras la contraparte sì ha hecho su tarea y ha tomado ventajas.

Eso ocurrió con Colombia cuando López Contreras en 1939 , con Rafael Caldera en 1970 con el Protocolo de Puerto España y con Hugo Chavez y Guyana en 2004.

Esta maniobra de NM puede ser otro de los errores de nuestra política exterior, que pareciera elaborarse y formularse a palos de ciego o a lo Eudomar Santos en su interesante estrategia del "Cómo vaya viniendo vamos viendo"

Què lejos estamos de Itamarati , donde la Política Exterior es materia de los intereses nacionales y la elaboran profesionales estadistas calificados y no con base en ideologías , sino con ciencia y metodología de planeamiento de Seguridad y Defensa y con fundamento  en la realidad política y no solo en  los aspectos normativos.  "Interés mata compromiso"  y la supervivencia del estado-nacion atañe a todos, no a un partido o ideología. Los gobiernos pasan y la Patria y la nación son permanentes.

Nuestros intereses nacionales reclaman una política exterior de estado , coyuntural y articulada , y no unas decisiones atrabiliarías e insensatas dentro de la euforia coyuntural o "a la carrera" para librarse de las piedras de un  "pueblo amoroso" .

Necesitamos un estadista, no un redentor mesiánico . Mucho más cuando el entente de la situación mundial amenaza con recrudecerse  y cuando sabemos de la importancia del petróleo venezolano para alcanzar la victoria , como una vez la representó durante la segunda guerra mundial para los aliados.

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