“nada hace más ruido que
un carro viejo y un diputado nuevo”.
¿En qué momento se desdobla el poeta en
diputado, o viceversa? Es difícil responderlo;
pero, la prosa poética no abandona al poeta en su curul. Mucho menos cuando
entendemos que poesía nos es sólo rimar bonito, sino rimar sentimientos entre
un pueblo hambriento y un ser humano excepcional. El poeta entonces se transforma
en oídos y voz de un pueblo que habla y llora y él escucha y llora con él.
Bien
lo dijo Andrés Eloy Blanco:
“La Patria es de todos: nadie se
ha ganado el derecho exclusivo de amar a su Patria. Hay que presumir en todos
el derecho de amarla y la voluntad de amarla”
Nuestra constitución reza
en su Artículo 199º reza que: “Los diputados o
diputadas a la Asamblea Nacional no son responsables por votos y opiniones
emitidos en el ejercicio de sus funciones. Sólo responderán ante los electores
o electoras y el cuerpo legislativo de acuerdo con la Constitución y los
Reglamentos”; más adelante, la misma constitución dice en su Artículo 201º
que: “Los diputados o
diputadas son representantes del pueblo y de los Estados en su conjunto, no
sujetos a mandatos ni instrucciones, sino sólo a su conciencia. Su voto en la
Asamblea Nacional es personal”.
En tal sentido Andrés Eloy nos dejó su pensamiento preclaro al respecto:
“Es necesario que se sepa que un Partido Político no es un bloque de
mármol de donde la voluntad de un hombre, armado con un cincel y de un
martillo, va plasmando la estatua de la opinión pública, unitaria y definitiva.
Un partido político es ante todo, una Asamblea de Pensamientos”
Éste último es particularmente
acertado cuando vemos que el parlamento venezolano ha sido una sucursal del partido
de gobierno y, en 16 años, éste ha delegado su responsabilidad, atribuciones y funciones
legislativas y de control, al ejecutivo y al presidente quien, gracias a varias
oprobiosas leyes habilitantes, la ha utilizado para imponer - por vía de facto - lo que el pueblo rechazara
en el referendo de las reformas. Por eso, los diputados de hoy reciben el
latigazo del poeta:
“Encuentro que no han estado algunos Diputados ni
siquiera a la altura de la ecuanimidad parlamentaria; y las sesiones han tenido
ciertos momentos que recuerdan el zaguán de esas casas donde se vende ropa
vieja”
Nuestro sistema jurídico, basado
en el Derecho Romano, pretende que la realidad se conforme a las leyes y no a
la inversa, como sí es el caso del derecho consuetudinario donde el consenso
del pueblo elabora las leyes amalgamando y conciliando costumbres, tradiciones
e idiosincrasia del pueblo; por tanto son leyes útiles y aplicables. Por eso,
para quienes aspiran una nueva constituyente (la vigésimo octava) sin haber cumplido, ni hecho cumplir, la de 1999,
sin respetar el estado de derecho que ésta contempla, les recuerdo el pensamiento
del poeta en este sentido, quien nos dijo:
“Cuando se hace una Constitución
se hace un código de moral, pero no se hace una moral; cuando se hace una
Constitución se hace una norma de conducta, pero no se hace una conducta;
cuando se hace una Constitución se hace una Ley de buen gobierno, pero no se
hace un gobierno”
Par
quienes endulzan las orejas del pueblo con lo de su empoderamiento y les arman
para defender el sistema, en franca colisión con el derecho único del estado del monopolio de las armas, les digo lo que nos
alertara el poeta:
“Yo le tengo más miedo a una mala
autoridad de pueblo que no tenga en sus manos sino uno de esos pequeños
machetes a quienes la malicia llanera apellidó “gucharaca”, que a un escuadrón
de tanques que lleva en el tope los tres colores de mi patria y en su seno
cinco soldados de mi tierra”
Para terminar, hay quienes se
ilusionan con salidas de fuerza al estado de grave crisis política, económica y
sicosocial del pueblo de Venezuela y para ellos el poeta les advierte:
“Nosotros creemos que, si aquí
hay muchos enemigos de la democracia, lo democrático es que peleen aquí, con
armas cívicas; y si escogen las otras, el pueblo venezolano sabrá probarles que
la democracia es invencible en Venezuela”
Para el parlamento venezolano, fue un verdadero lujo la presencia del bardo cumanes Andres Eloy Blanco, admiradisimo poeta y de profunda cultura y exponenciado buen humor....felicitaciones por este acertado escrito.
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