martes, 24 de abril de 2018

HISTORIA  BREVE DEL PARQUE NACIONAL SAN ESTEBAN

Corrían los años setenta del siglo XX, era teniente de fragata, asignado al Comando de la Aviación Naval, en el Aeropuerto “Bartolomé Salòm” de la ciudad de Puerto Cabello.  Mi amigo y luego compadre, el Dr. Asdrúbal González Servèn, era muy amigo del presidente Luis Antonio Herrera Campíns (abogado, periodista y político venezolano, quien fuera presidente de Venezuela entre 1979 y 1984, llamado el «Presidente Cultural», debido a sus importantes aportes a la cultura venezolana) y en función de ello se movilizó para promover que esa zona fuera declarada Parque Nacional, como en efecto ocurriera después, mediante el Decreto Nº 1.430 de 1987, liberándolo de su condición previa de “Extensión del Parque Nacional Henri Pitier”. Con una extensión de 44.500 hectáreas, una precipitación anual de 1033 mm y temperatura promedio mensual de 25,1 °C. El parque engloba áreas marinas y terrestres de los municipios Guacara, Naguanagua, Puerto Cabello y San Diego, ubicados dentro del Estado Carabobo, en la región centro-norte de Venezuela. En el siguiente link pueden conocer más y mejor nuestro parque:



 Para  cumplir el objetivo, Asdrúbal González organizó una excursión doble, una partida desde San Esteban pueblo y la otra desde Valencia, las cuales harían rendesvouz en, precisamente, el Puente de los Españoles. Luego de unas horas de caminata cada uno por su ruta, allí se encontraron la partida de excursionistas de Valencia, presidida por Don Torcuato Manzo Núñez, y quienes iríamos desde San Esteban, teniendo como guía a Asdrúbal González.

Fui designado encargado de las comunicaciones, por el  también participante de la aventura,  presidiendo nuestra partida porteña, el CA Carlos Larrazábal García, quien ordenó que durante la excursión un helicóptero de la Aviación Naval estuviera circulando a unas determinadas horas encima del lugar, para establecer ventanas de comunicaciones, para conocer del progreso de la misma, y atender a la mayor brevedad alguna necesidad o emergencia que pudiera presentarse. Para cumplir mi rol, me llevé un radio portátil VHF marítimo, muy pesado y voluminoso, como eran en esa época (una caja grande con un micrófono extensible), aparato que me atormentó con su volumen y peso durante toda la caminata, habida cuenta que también llevaba mi guitarra y un bolsito con mis útiles personales. Parecía un refugiado.

Lo peor era que había preparado un código pre arreglado para comunicarme con mi comando, y cuando me comunicaba me identificaba como "Tango Foxtrox Barrios", correspondiente  a mi grado de TF y mi apellido. En nuestro argot, tango es la fonética de la letra “T” y foxtrox es la de la “F”, correspondiente al alfabeto fonético internacional que, dicho sea de paso, no es sólo para militares, sino también para civiles. Por eso, me cogieron una mamadera de gallo todo el trayecto y me decían "Tingo tingo, tango tango Barrios" y otras denominaciones jocosas, con las que mantuvieron la chapita.

Subimos y efectivamente, como habíamos coordinado, nos encontramos con la partida valenciana, en ese paraje tan bello. De inmediato, luego de los saludos de rigor, nos sorprendió la gran energía y vitalidad del ya bastante avanzado en edad, Don Torcuato Manzo Núñez, quien nos reveló su secreto, con degustación incluida, como era un bebedizo o preparado mágico con la hoja de Tùa Tùa, el antiséptico casero por excelencia (hojas moradas y su pequeño fruto, parecido a una aceituna, son muy buenos para curar infecciones. La tua-túa morada también conocida como frailecillo, frailecito ó San Jean del Cobre, cuyo nombre científico es jatrophagossypifolia), la cual, a su decir,  le daba energía para eso y – como él chanceaba - hasta para otras actividades “non tan sanctas” como una simple aventura en un parque bucólico tan especial como el de San Esteban (Pueblo).

Cuando le tocó disertar sobre los aspectos históricos  que tenían que ver con la guerra de independencia en esa zona, la construcción del puente y otros, así como los aspectos geográficos del parque y de San Esteban como pueblo durante la colonia, y la presencia de los alemanes, complaciendo nuestra insistente curiosidad por el preparado nos enseñó que si la Tùa Tùa se corta hacia abajo sirve para ese brebaje y si se corta para el otro (contrario al sentido de la hoja) daba  diarrea. ¡Hay que tener cuidado!.


Esa noche establecimos un vivac en el puente y nos dispusimos a disfrutar de la compañía, bañándonos en el río (algunos), cantando, conversando y escuchando las disertaciones magnificas y magistrales de Asdrúbal, para desquitarnos de la alta intelectualidad de la godarria valenciana, que nos quería apabullar.

El parque nos regaló su policromía, su humedad, su verdor, sus aromas y su microclima especial, característico de su tipo, bosque mego térmico con árboles frondosos, engalanados por la belleza de las Rosas de Montaña de pétalos muy carnosos (Brownea grandiceps, una especie de árbol de la familia de las fabáceas), y sorprendidos por el singular canto del pájaro Campanero  (el pájaro más típico de la región y está caracterizado por su canto que se parece mucho al son seco de una campana como duro y sin melodía como "taquetàn").
 
 
               
 Pasamos una noche maravillosa, con tenida musical, poética y literaria incluida,  y nos despedimos a la mañana siguiente. Cada uno tomó su camino de regreso, los de Valencia por su ruta y nosotros para atrás, hacia el puerto. El compromiso adquirido por todos fue que cada uno elaboraría un reportaje de su experiencia y los publicaríamos en los diarios de la región durante un mes (allí estaban sus periodistas representados). Fue una actividad realmente cívica, apoyada por militares, entre quienes tuve el honor de representar. Por supuesto, ya Uds. deberán suponer que mi artículo salió.
                       
Con el tiempo, el gobierno declaró esa zona como el “PARQUE NACIONAL SAN ESTEBAN”. El presidente Herrera decía que debía llamarse “PARQUE NACIONAL ASDRUBAL GONZÀLEZ”, en honor a nuestro cronista, a manera del “Parque Nacional Henri Pittier”; aunque, había una limitación legal. Asdrúbal estaba vivo y se les da nombres de personas a los parques, sólo cuando la persona está muerta.  Asdrúbal no quiso, ni ha querido,  colaborar.(Jajaja)  

Asdrúbal me ha pedido que a su partida final, que  lo cremen y que tome un avión y lance sus cenizas sobre el Pico Hilaria, algunos de sus amigos y colegas académicos, en Valencia, me juegan bromas y me preguntan: ¿Por qué tienes que esperar tanto? El, por su parte y, contra todas sus chocheras, se mantiene en muy buenas condiciones como para darles la lata. (Jajaja)

Lo cierto es que cuando estén navegando al sur de las islas y pasen por Isla Alcatraz y Santo Domingo, verán un cartel de madera labrada, si aún está, el cual reza "PARQUE NACIONAL ASDRUBAL GONZÀLEZ",  colocado por las autoridades de IMPARQUE al origen del mismo (una vez tomé una fotografía y se la envié a Asdrúbal González), como esperando para designar todo el parque con su ilustre nombre.

Por ultimo, les recomiendo leer, de su autoría, “Los Biógrafos del Bosque”, y en especial su obra “SAN ESTEBAN, CAMINO DE LA CUMBRE”, es un bello libro marcado con su prosa poética e ilustrada, sabiamente prologado por el amigo, Dr. Henrique Salas Romer,  el cual les dará placer leer.  



CN Eddy Darío Barrios Orozco:


Individuo de número, sillón 25, de la Academia Nacional  de Ciencias y Artes Militares y Navales. Miembro correspondiente de la Academia de la Lengua del estado Carabobo y Miembro fundador de la Asociación de Escritores Carabobeño (AECA). Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (IDEFV). 

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