viernes, 16 de agosto de 2019


De México a la Argentina.

Así reza una frase de una canción que cantaba Alfredo Sadel, titulada “Canta Arpa”. El pasado mes de octubre de 2012 se cumplieron 52 años de la publicación del LP donde Alfredo Sadel graba por primera vez de forma íntegra música venezolana. El disco se realizó en Cuba el año 1959 con el acompañamiento del conjunto "Los Araucanos" de Ernesto Torrealba, para el sello Venevox que contaba con la dirección artística de Billo Frómeta, que en ese momento se encontraba imposibilitado de realizar cualquier tipo de actividad artística en Venezuela, producto del veto de la "Asociación Musical", su letra decía:

Canta arpa...!!!
Un acorde llanero
Acompaña mi voz
decirle al mundo entero,
que soy venezolano
de los que sembró Bolívar
que tengo el alma ancha
Que tengo el alma ancha
de México a la Argentina
Canta arpa,
con voz venezolana
con el mismo lenguaje,
con el mismo dolor
Con la misma esperanza
latinoamericana
Canta arpa de mi raza bravía
Que reina en el Caribe
Y en el Popocatépetl,
que en el sur sabe vestir su nieve
y en su centro Amazonas
guarda el tesoro verde
del alma indoamericana.

La situación de Venezuela es insostenible y es inexplicable como injustificable. Los ciudadanos de otros países no pueden entender cómo un venezolano se mantiene en estas condiciones. Oyen y leen de la gran crisis alimentaria y de medicinas, de la destrucción del aparato productivo y la entrega del país, de nuestra soberanía, integridad territorial y sustentabilidad de los recursos de nuestra geografía, entregados a potencias extranjeras con daños irrecuperables y no hallan en su imaginario o en la historia de sus pueblos nada comparable. 

No pueden entender qué les pasa a los venezolanos que no rompen esa cadena de dominio de parte de un régimen tiránico que, dicho sea de paso, es corrupto, además de incapaz, asociado al narcotráfico y con alianzas con países con intereses ajenos al interés nacional y socios en una invasión de hecho, invitada por el régimen y mediante la cual la potencia caribeña de menor poder relativo que Venezuela, le controla a ésta última, los elementos más sensibles del estado, lesionando la seguridad y defensa.

¿Será que el grado de alienación es tan perfecto, que los venezolanos lucen y se comportan como si se hubieran hecho una lobotomía frontal voluntaria, que los mantiene en un estado tal de dependencia, que no pueden reaccionar al dominio? 

Los venezolanos mostramos total indiferencia o indolencia ante la crisis, llegando algunos hasta la defensa de quienes nos causan la mayor miseria de nuestra historia, en un síndrome de Estocolmo colectivo inimaginable. 

Vemos con estupor cómo otros países han caído y siguen cayendo en este modelo abominable, ejemplos México y Argentina, los más recientes. Así mismo observamos cómo en Venezuela el régimen se mantiene con adhesión vergonzosa de las FAN, con la represión y tortura que los órganos de inteligencia y seguridad de estado imprimen impunemente a estudiantes y a otros presos políticos, lo que, en parte, pudiera explicar la disuasión que ejercen sobre el resto de la disidencia.

Por otra parte, se preguntarán ¿Cómo es que un grupo que se hace llamar opositor, se refocila con el régimen y se presta a darles oxigeno y ayudarlos en su mantenimiento en el poder?

Esto nos hace concluir que estamos ante un enemigo monumental por su capacidad maligna de engañar y su represión brutal y falta de escrúpulos, comparables solo a tiranos que han subyugado durante décadas a otros países y aquellos que han causado una guerra mundial contra fuerzas aliadas internacionales, las cuales tuvieron que unirse, combinando sus capacidades, para poder defenderse de la amenaza que esos sátrapas representaban, para eliminar su nefasta influencia.   

Ese es nuestro caso, no podemos resolver la crisis con los medios propios de la disidencia; pues, el régimen se ha apropiado de las armas y se arrogan el monopolio de su uso que, de suyo, es para la defensa de todos ante enemigos externos, y los emplea contra quienes disienten, llegando al punto de que libera presos y los arma con dichos armamentos del estado, para constituir fuerzas irregulares aplicadas como comités de defensa de la revolución, ¡Armados!!

Por fortuna, los países han alcanzado acuerdos y tratados para salvaguardar la seguridad colectiva. Otros, para tutelar la defensa de los DDHH y salirle al paso al empleo del otrora recurso de la “Legitima Obediencia” al cometer atropellos y esgrimir en su defensa el "Estaba cumpliendo órdenes”, así es que los paises firman el Estatuto de Roma. De la misma manera, se declara la responsabilidad de proteger, para poder apoyar las luchas de los países oprimidos por su libertad y que, como nosotros, no querríamos una invasión; pero, rogamos por una ayuda humanitaria, eufemismo políticamente correcto para casi lo mismo.

Ya no basta con la legitimidad de origen (que el gobernante haya accedido a su cargo mediante elecciones libres y transparentes) sino que su ejercicio o desempeño debe ser respetando condiciones o categorías científico sociales de la democracia representativa, no dejadas ad libitum, sino según el baremo preestablecido y acordado en tratados de obligado cumplimiento, por aquello del pacta sunt servanda.

Pues bien, el régimen castro comunista venezolano ha violado no solo la constitución nacional, sino todos los tratados antes señalados.

Es por ello que, no puedo sino justificar y apoyar la solución de una fuerza multinacional, no como otrora ante el enemigo mundial, sino contra la mafia delincuencial que nos sojuzga, organizada en el marco de los tratados suscritos voluntariamente por los estados del sistema interamericano, y otros sistemas, a los que, a la manera de teoría de conjunto, pertenecemos simultáneamente.

Lo que realmente me preocupan son los tiempos. Cuba dejó pasar su momento y llevan sesenta años en tiranía, al punto que Fidel Castro murió, y los cambios son tan tímidos que son imperceptibles, el alergeno comunista sigue instalado. Ha hecho metástasis a Latinoamérica, como vemos en los países señalados como en estos veinte años en Venezuela, y pareciera que no se encuentra el antídoto para vacunarse y evitar la epidemia, ni mucho menos la cura alopática ni natural, para los ya infectados. Alguien escribió, Venezuela está comiendo mierda y de México a la Argentina le piden un plato.

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