PODREDUMBRE
Las crisis enseñan. Hace varias décadas (1987, años de
la IV) ordené construir la cocina de mi capitana en nuestro nuevo apartamento.
La misma fue construida en madera y el tope fue de cerámica. Se veía muy bonita
y duró casi 30 años.
Por causa del uso inclemente, el agua y humedad
asociada y algunas piezas de cerámica rotas, el agua se fue colando y mojó la
madera contra enchapada de base, y ésta se pudrió y convirtió en criadero de
chiripas.
Consulté especialistas y los presupuestos eran
prohibitivos. Ya antes me había decidido
por realizar el re tapizado de mis muebles americanos, grandes y confortables,
con sistemas reclinables. Me cobraban una fortuna y ello me hizo decidirme por
mi propia mano de obra, apoyado por la costurera de mi hija. Máquina de coser, herramientas y engrapadora
de tapicero en manos, y 25 metros de tela, así como mucha voluntad por medio,
procedimos a echarle pichón y lo logramos.
Animados por este empuje, el 16 de octubre le eché
ganas y martillo a mi cocina, y desmonté el sector de fregadero, lo subí a la terraza
y procedí a desarmarlo, para efectivamente encontrarme con el desastre...todo estaba
podrido y tuve que armarme de valor para vencer mi repugnancia y soportar el ataque
defensivo de las invasoras. De paso, no hay empresas fumigadoras disponibles; porque,
alegan que no consiguen los químicos y productos del ramo y, para remate, ya uno no encuentra ni Baygòn. Tuve que apelar
a un spray con cloro puro y la insuperable chancleta a destajo.
No sé por qué, pero a medida que iba destapando, salía
más podredumbre. No podía menos que sorprenderme de la increíble coincidencia
entre mis hallazgos en mi cocina con las noticias de la situación nacional que
me llegaban por la TV y radio de la
cocina, y por las redes sociales consultadas en los descansos.
Me vi forzado a reconstruir en tabelones y concreto
armado, sustituyendo la madera por cemento, arena y piedra. No tuve más ayudante
que mi nieto de año y medio, quien me pasaba
las herramientas y con su entusiasmo y precoces inteligencia, madurez y
seriedad, me servía de compañero y apoyo.
El caso es que en unos 15 días culminé el trabajo
dejando todo nuevo, con una gran satisfacción.
¿Será que los venezolanos pudiéramos aprender
de esta experiencia y echarle manos a la obra, y reconstruir el país con nuestras propias
manos?
Eso sí, hay que retirar toda la podredumbre y reconstruir
sustituyendo lo malo por bueno, usando materiales nobles, resistentes y de
calidad. Contamos para ello con nuestra voluntad, preparación, disciplina y
entusiasmo. Tenemos lo que Deming decía en sus avances sociales de CALIDAD
TOTAL, se necesita para corregir procesos en su origen, como son: recursos humanos
calificados, buenos materiales, y metodología; pero, sobre todo, consciencia de
que no podemos reconstruir utilizando los mismos pensamientos y acciones que causaron
la podredumbre.
Pido de antemano excusas, por haber utilizado mi ejemplo
personal y fotos para ilustrar mis recomendaciones.
Saludos Eddy. Me alegra sobremanera pudieras terminar la remodelación de tu cocina. Esperemos que este 6 de diciembre, los venezolanos nos decidamos a la reconstrucción de nuestro país.
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