viernes, 20 de noviembre de 2015

CONVERSANDO CON ILIDIO DE ABREU

El miércoles 18 de noviembre del corriente cayó un abrupto palo de agua que me dejó a descampado en segundos y quedé literalmente emparamado. A mi edad eso no es bueno. Decidí entonces, junto a un grupo de transeúntes en iguales predicamentos, continuar, ya que estaba en la calle Bolívar de Puerto Cabello a pocas cuadras de mi vivienda. Apreté el paso y continué travesía a casa, para echarme un baño y tomarme un té bien caliente. Al pasar por el frente del  comando de la MUD me encontré con la grata presencia del colega Orlando Martínez y del amigo Hugo Marín, quienes como caimanes en boca de caño me atraparon en la puerta con su bonhomía y, prácticamente, me conminaron a guarecerme. De inmediato me llevaron a la presencia del candidato de Ilidio de Abreu, quien me ofreció café caliente y un diálogo franco, respetuoso y amistoso.

Para mi satisfacción, me enfrasqué en una profunda conversa en petite comité, en su oficina de comando de campaña, conversa muy nutritiva para ambos, en la cual repasamos la situación nacional y donde puede apreciar la madurez y avance en el pensamiento político del joven médico. Ya no es sólo el entusiasmo juvenil, la pujanza ingenua y el fragor combatiente de otrora y de siempre, sino que ahora puede acompañarlas con un buen estructurado cuerpo de conceptos políticos, resultado de la combinación de estudio, sazonado de la experiencia en su contacto con el pueblo y sus realidades, el conocimiento profundo de los problemas de municipio y una clara consciencia de las causas que nos han llevado a la crisis actual, como de su convencimiento acerca de las soluciones, basadas en más democracia, reconstrucción económica acelerada y concordia en su relación no solamente con adeptos sino con quienes le han adversado y quienes ha creído en otra visión, visión estruendosa y evidentemente fracasada, a la cual le presenta la suya, dentro del respeto y de un marco de centro izquierda, de reconocimiento a la disidencia y la búsqueda de una unidad no bobalicona y pueril, sino producto del consenso para alcanzar puntos medios del tipo racional del ganar-ganar, en la convicción de que no es dividiendo, sino sumando, que se pueda logar salir de la crisis.

Él está muy persuadido del poder del pueblo y de los inmensos recursos del país, en especial el humano con el que cuenta Venezuela para avanzar y salir del atolladero, y no es, como dicen algunos con clara intención de disuadir al votante y desesperanzarlo, en un tiempo muy largo, sino que, precisamente, si se emplean estos recursos naturales y el mejor de todos…el humano!, podríamos más pronto que tarde ofrecerle a Venezuela una salida planificada por y entre todos, calculada con sus riesgos y oportunidades, fundamentada en el trabajo arduo hombro a hombro sin restar candidatos por razones de consciencia o diferencias políticas, con visión de progreso y sentido de excelencia, sustentados en la aplicación de la ciencia y el arte del buen gobierno y empleando a profesionales calificados en las diversas ramas del saber, eso sí, honestos y seleccionando un modelo comprobadamente eficaz, efectivo y eficiente. No es copiando o adoptando modelos a raja tablas,  sino adaptándolos a nuestras realidades, y no es subyugándose ante un líder mesiánico o caudillo propio o extranjero, con precario como dudoso palmarés, ni entregado la nación a intereses ajenos a nuestra soberanía, ni enajenando su integridad territorial ni mucho menos la moral.

Estamos ambos convencidos de que no es a través de la violencia, del uso de presiones del poder omnímodo y avasallante del estado ni del gobierno en perjuicio de los DDHH, ni de actuar dentro del cohecho y la corrupción administrativa, abusando del clientelismo, el populismo o por la disuasión por el temor y en irrespeto a la constitución y leyes, o como se vio en la AN en vías de extinción, recurriendo al método atrabiliario y revanchista, a la trompada estatutaria (como decía Rómulo Betancourt), ni siquiera al del abuso del poder que una mayoría pudiera otorgarle a una oposición repotenciada como se verá el venidero 6D, ¡Dios mediante!, que podríamos solucionar la crisis; sino a través de la práctica de las virtudes ciudadanas, personales y democráticas,  del diálogo constructivo, no importa con quien ni en cual momento, aún en las peores situaciones de conflictividad y de ingobernabilidad, provocada y azuzada por laboratorios del mal. Formando equipos eficientes de trabajo, por supuesto, sin compromisos y sin claudicar posiciones y dentro del respeto al adversario político, nunca visto como enemigo a quien se puede ofender, descalificar o criminalizar, lo lograremos.

Como ven, he quedado gratamente sorprendido de un nuevo Ilidio de Abreu, para él - por supuesto - el de siempre; pero, para mí, que le he adversado, con  argumentos ya conocidos, y que conforman parte de sus debilidades (ya veo que superadas); pero, con la suma de sus fortalezas, de su comprobada dedicación y con la promesa de perfectibilidad cristiana y humana, resultante de la reflexión que en él se aprecia le ha hecho madurar, es como se puede transformar debilidades en fortalezas para enfrentar las amenazas y convertirlas en oportunidades pare el cambio y el éxito en una gestión.

Queda entonces que él logre el triunfo con el apoyo del pueblo y que luego haga buenas sus promesas y su plan de gobierno, que cumpla y haga cumplir la constitución y que contribuya a devolverle al parlamento su valor intrínseco e irrenunciable de LEGISLAR y CONTROLAR al ejecutivo, y ofrecer el consenso de los mejores hombres en pensamiento, palabra y obra, para apoyar la consecución de progreso y el desarrollo, no sólo material sino espiritual, moral y ético de nuestra patria.

Amigo Ilidio de Abreu, joven médico venezolano prestado a la política por demostrada vocación y entrega, éste es su momento de alcanzar sus metas, y hacerlas coincidir con los intereses nacionales, ya que Ud. será diputado de todos los venezolanos y se deberá a su consciencia, pero con un compromiso de no defraudar al municipio donde se encuentran sus querencias y donde un pueblo noble le ha  entregado su confianza, no la defraude. Aquí estaremos en nuestra trinchera, atentos y vigilantes, no para extenderle un cheque en blanco, sino una oportunidad de lucirse y le exigiremos resultados. Sólo así podemos ser amigos.


Gracias por sus atenciones y amistad, aun cuando hemos estado en aceras encontradas en cuanto a la posición política; pero, ambos conscientes de que no es en nuestro beneficio, sino el de la nación a la cual nos debemos.   

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