martes, 1 de septiembre de 2015

MALA POST VENTA

Leer la noticia de que imputaron a un vicealmirante por presumiblemente ser un estafador, me causa mezcla de indignación con tristeza; porque, soy miembro de la armada. En los últimos 5 años hemos venido presenciando como se ascienden indiscriminadamente a pelotones enteros de oficiales coroneles/capitanes de navío al grado de general de brigada/contralmirante. Un promedio de entre 35 a 40 cada año, cuando en mi tiempo eran sólo unos 6 por año; constituyendo esto una doble burla, a nuestra profesión y a los mismos ascendidos, burla similar a aquella de igualar los SOPC a oficiales técnicos, lo que en esencia ya eran y se les apreciaba como tales por su contribución a la operación, mantenimiento y desarrollo de nuestra armada; pero, para quitarles la partícula “Sub” que al parecer les molestaba se cometió el exabrupto de elevarlos incluso al grado de coroneles/capitanes de navío, alcanzando así  de un plumazo a sus otrora comandantes y, en muchos casos, superando en grado a sus actuales jefes inmediatos y, al hacerlo,  crearon roces y problemas severos de afectación importante a la moral y disciplina, como al espíritu de cuerpo de nuestra institución. Ej.: En un cierto momento, un SOPC asistente de un teniente médico, jefe de un servicio, por ejemplo cirujano, exigía ser él el jefe del servicio y de ahora en adelante firmar los informes médicos, diagnósticos, récipes, etc., sólo porque ya él era un capitán de navío/coronel, superior del teniente.

Los suboficiales venezolanos que conocí y me enseñaron, eran muy apreciados y eran muy dignamente calificados como SUB OFÍCIALES PROFESIONALES DE CARRERA o SOPC, así como en otros países existen los Non Comissioned Officers NCO o los warrant officers WO y a ninguno de éstos les ha molestado su categoría, la cual llevan con orgullo. En Inglaterra fui comandado en formación por un Maestre Mayor de Armamento, quien en el patio de formaciones y paradas mandaba y corregía hasta al comandante, Capitán de Navío Gibson, mi director del Colegio Real de Ingeniería Naval, de Manadon, Plymouth, donde estudié. Sus órdenes eran santa palabra, porque en materia de orden cerrado era la autoridad.

Oír que un vicealmirante está comprometido en la estafa de exigirles dinero a posibles clientes militares para asignarles un vehículo, es asqueroso y no coincide con mi experiencia naval, ni con el caso específico de la adquisición de mi Centauro. Esto es, al menos un indicativo del error cometido al ascender indiscriminadamente.

En cuanto al proceso de adquisición de mi Centauro, yo me inscribí en una lista, sin mucha esperanza por ser un oficial retirado y, sin que nadie me pidiera nada, al mes me llamaron y me vendieron mi carro en Bs. 114.500 bolívares (año 2011) y ya pagado en su totalidad, antes del tiempo de 48 meses. Hoy me asombro de su precio de mercado, como me asombra que se estén pidiendo “mordidas” para asignarlos,  las cuales, según se rumorea, son de un monto similar al que me costó el mío.  Hoy vemos vehículos llevando sol y agua y salitre en bases y cuarteles, mientras los esperanzados clientes se aglutinan en espera, en largas colas, mantenidas, como ahora puede saberse, bajo la ilusión de una asignación de un cupo para el cual han tenido que pagar indebida comisión. 

Por otra parte, hemos tenido una muy mala experiencia con estos vehículos, no por su calidad, sino por la deficiente calidad de la post venta. Sólo funcionó la garantía de los primeros kilómetros o primer año de uso, del plan de mantenimiento preventivo de los mismos, el cual fue otro negocio. Te cobraban un dineral (el doble de la calle) por un simple cambio de aceite y filtro, dizque porque si lo cambiabas tú mismo en algún sitio normal perdías la garantía. Todo un montaje para esquilmar a los clientes. Cuando esta etapa se cumplió y entramos en la de reparaciones, la cosa se detuvo y ya no hay a quien exigirle nada.

Cuando se adquirieron vehículos iraníes y luego chinos, pensamos que eran negociaciones de estado a estado o más bien de gobierno a gobierno, y que el estado venezolano tenía la exclusiva de adquisición de los mismos y de sus paquetes integrales de tal adquisición, como son los elementos logísticos de apoyo y mantenimiento de la flota adquirida, repuestos, partes, bancos de prueba, talleres, etc., y que (consistente con el modelo estatista)  la empresa privada no tendría acceso a ninguna tajada de esta torta, a excepción de estos tres concesionarios privilegiados de VENIRAUTO, quienes se quedaron con  el lomito. Ahora, nadie se quiere comer la yuquita de continuar con la venta de repuestos a precios asequibles, consistentes con el bajo precio inicial del carro, sino que entraron en la vorágine del dólar libre y de la conchupancia para su obtención. Digo, si su negociación era con el estado en una suerte de "joint Venture" para un “Programa de asistencia social al militar”, ¿Cómo es que si ya obtuvieron los repuestos por vía de la negociación estado-estado, ahora dicen que tienen que pagarlos a dólar libre?   Y ¿ Por qué se los vendieron a otros concesionarios privados distintos, o ajenos a VENIRAUTO? O, ¿éstos serán sus testaferros?

De tal manera que el estado - como vendedor que era de esos carros - sería el responsable de la post venta, léase la facilitación de adquisición de los repuestos y partes, para garantizar su operación a mediano y largo plazo. A mí me exigieron esperar un tiempo mayor al de la tramitación, una vez asignado el carro y pagada la inicial y cumplido todo el papeleo respectivo, ya que el difunto ordenaba entregarlos en público, como parte de su propaganda. Yo no le compré al presidente de la república, yo le compré al IPSFA, pero me tuve que calar un mes, y todo un día de espera bajo el sol, para que luego escogieran a uno por fuerza y al resto lanzarnos las llaves y que fuéramos a buscar nuestro carro en los patios y salir a las 5 pm  de Caracas para Puerto Cabello, sin probarlos, y sin obtener idea de cómo corregirles el bloqueo de la alarma y de la computadora para encenderlos, etc. Ese mes introdujo una espera adicional, la cual influyó en pérdida de tiempo y de la garantía, la cual disminuyó en la misma medida y no la recuperamos nunca.

En el caso de los vehículos iraníes se estableció una empresa llamada VENIRAUTO, y sufrimos al ver que sólo se establecieron tres concesionarios, el de Caracas (IPSFA), el de Valencia y el de Maracay (Planta) y en vano tratamos de adquirir de una vez aquellos repuestos que nuestro conocimiento logístico y de mantenimiento nos decía que por confiabilidad de partes y uso frecuente serian mas necesarios, como podrían ser bujías, filtros, bombas, alternadores, computadora central, amortiguadores, etcétera. La respuesta era que no los tenían en stock y que "pronto" llegarían.

El vehículo Centauro, que fue el que adquirí después de esperar una corta lista de un mes (cosa que me sorprendió agradablemente) es un vehículo proveniente del modelo Peugeot 405, al cual le llaman SAMAND SOREN en el extranjero, es un excelente vehículo, de excelentes prestaciones y confiabilidad, aunque como todo bien material sufre desgastes y necesita de mantenimientos preventivos y correctivos, como de overhaul cuando llegue el tiempo útil de vida o de diseño para ello. Es un carro sumamente elegante y proviene de un vehículo Peugeot francés de reconocida calidad, por lo que pensamos que podríamos adquirir repuestos de estos concesionarios ya establecidos en el país; pero, no, es un modelo cuyos repuestos y partes difieren en tonterías, pero difieren, del modelo y marca del cual provienen.

El caso es que los repuestos no se consiguen en ninguno de los concesionarios; pero, ¿adivinen qué?, sí se consiguen en comercios del ramo automotriz de las zonas como Naguanagua, y la popular avenida Aránzazu en Valencia y otro negocitos, aunque - por supuesto- a precios muy superiores. Uno se pregunta ¿Dónde está la garantía de post venta del estado que en esencia fue el gran concesionario que nos vendió el vehículo? ¿Cómo es que si deberían tener la exclusividad de los repuestos, éstos no están en los tres concesionarios y sí en la calle, y por mercadolibre.com, etc.?
¿A quién le podemos reclamar, si ya pasó el período de garantía con el IPSFA?  ¿No debería el IPSFA contar con venta de repuestos a precios asequibles para el militar?

Será esta mala experiencia parte del negocio? 

2 comentarios:

  1. Evidentemente que tiene razón en cada uno de los aspectos abordados en su escrito, lamentablemente los principios y valores que otrora formaron parte de nuestra formacion se ha perdido, ese hecho constituye una vergüenza,una falta al honor, irrespeto al uniforme y a quienes lo hemos portado con dignidad. No pretendo juzgar a priori a la persona que esta indiciado en tal delito y seran las "leyes de la Republica" que haran justicia en este caso. Alguien que actue de esa forma, no merece lo que la Republica le confio. Razon tenia El Libertador cuando emitio el decreto de fecha 12 de enero de 1824 en Lima, la honradez no es circunstancial, es una virtud.

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  2. Gracias por su escrito que me hace tan solo preguntgarme desde la pena ... Que cosas con Yanez Villegas y su poca formacion?

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