sábado, 11 de julio de 2015

LOS TRAPOS ROJOS

Inevitablemente debemos hacer un alto en la literatura para dedicarnos a ciertos aspectos de la política nacional, los cuales nos preocupan y debemos ocuparnos de reflexionar y comentar, para dejar sentada nuestra posición al respecto. Me refiero al carácter reactivo de la oposición, siempre aguas abajo de las declaraciones e intenciones del oficialismo, sin tomar las previsiones para adelantarse  y no entrarle a los trapos rojos con los cuales el gobierno los cita. Algunos como globos de ensayo o provocaciones.

En primer lugar, debo referirme al caso de la presunta igualdad de género que el CNE, departamento de elecciones del PSUV, promulgó una vez que la MUD ya había efectuado sus elecciones primarias para la selección de candidatos a las parlamentarias de diciembre 2015. En segundo lugar, al caso del nuevo baremo o procedimiento administrativo para la asignación de cupos universitarios.

En el primer caso, vemos como el CNE omitió información oportuna a la MUD para que ésta se apegara a la nueva disposición, la cual no pretendo en este escrito analizar ni tomar posición, sino que debo atenerme a los hechos. He leído noticias en las cuales algunos oficialistas dicen que la MUD ya sabía de antemano que esta disposición seria promulgada y, en este particular, debo recordar que ante casos y hechos comunicacionales públicos y notorios, donde el MP debería actuar de oficio, las consabidas repuestas y excusas acomodaticias de la Fiscal General para no actuar, es que ella no ha sido informada debida y oportunamente, de manera oficial; pues bien, la salsa buena para el pavo suele ser buena para la pava. La MUD ha debido recibir comunicación oficial, oportunamente, de parte del obsecuente CNE, antes de que ella celebrara sus elecciones primarias.

En el segundo caso, la opinión pública nacional fue informada del nuevo baremo para la asignación de cupos, en el cual al factor tradicional de las  notas académicas se le asignó un peso en la fórmula de un 50%, distribuyéndose el otro 50 %  en factores ajenos al hecho docente, como son el origen y nivel socioeconómico del alumno, así como su participación en aspectos de orden comunitario y otros, lo cual resultó en serios disgustos y frustraciones de parte de estudiantes de excelencia, de colegios privados y hasta públicos; pero, “hijos de papá y mamá”, con notas académicas  de 18, 19 y 20 puntos, quienes en razón de proceder de estratos clase media y alta, quedaron sin cupos, mientras que otros con menos puntuación académica sí les fue asignada su entrada al nivel académico superior.

El nuevo baremo es idea del Ministro para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, Manuel Fernández, quien incluyó cuatro criterios para asignar cupos en las universidades del país: índice académico, condiciones socioeconómicas, territorialización de la educación y participación extra curricular. Bajo la excusa de que hasta ahora, la asignación de cupos vía CNU daba prioridad al promedio, por encima de las condiciones socioeconómicas o el lugar de origen del estudiante. Con esta decisión se mantiene el promedio como baremo, sin embargo también se incluyen los otros aspectos que permiten democratizar el acceso a las universidades.

En ambos casos señalados, el gobierno deja información vital, necesaria para opinar, lo que no exime que la oposición lo haga y se crea todo un revuelo provocado intencionalmente para cazar en rio revuelto y dejar a la oposición en ridículo, o como la mala de la película.

Ayer escuché parte de la cadena nacional del presidente, donde éste indicaba que había ordenado planes para premiar a los estudiantes cuyas notas eran 18, 19 y 20, incluyendo la repartición de tabletas, viajes al extranjero, así como la explicación del ministro del ramo de que había un porcentaje del 30 % de estudiantes, con notas altas, quienes tradicionalmente quedaban sin cupos en el sistema anterior, o de la IV república, y que este año, bajo la revolución bolivariana, no sería así, ya que se les ubicará mediante respuesta ad hoc, y uno entiende que los ubicarán en colegios privados con cargo al presupuesto público o alguna medida efectista, para descalificar las justas opiniones que el nuevo baremo generara en la oposición.


Como vemos la oposición siempre queda aguas abajo y culpabilizada o criminalizada de los yerros del gobierno, el cual sigue a raja tablas estrategias y tácticas de control social del modelo castro comunista. La solución entonces es analizar no sólo lo que el gobierno dice, sino sus intenciones ocultas, para no caer en la trampita ya consuetudinaria y servirle de chivo expiatorio o reo de conveniencia. 

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