LOS TRAPOS ROJOS
Inevitablemente
debemos hacer un alto en la literatura para dedicarnos a ciertos aspectos de la
política nacional, los cuales nos preocupan y debemos ocuparnos de reflexionar
y comentar, para dejar sentada nuestra posición al respecto. Me refiero al carácter
reactivo de la oposición, siempre aguas abajo de las declaraciones e
intenciones del oficialismo, sin tomar las previsiones para adelantarse y no entrarle a los trapos rojos con los
cuales el gobierno los cita. Algunos como globos de ensayo o provocaciones.
En primer
lugar, debo referirme al caso de la presunta igualdad de género que el CNE, departamento
de elecciones del PSUV, promulgó una vez que la MUD ya había efectuado sus
elecciones primarias para la selección de candidatos a las parlamentarias de
diciembre 2015. En segundo lugar, al caso del nuevo baremo o procedimiento administrativo
para la asignación de cupos universitarios.
En
el primer caso, vemos como el CNE omitió información oportuna a la MUD para que
ésta se apegara a la nueva disposición, la cual no pretendo en este escrito analizar
ni tomar posición, sino que debo atenerme a los hechos. He leído noticias en
las cuales algunos oficialistas dicen que la MUD ya sabía de antemano que esta disposición
seria promulgada y, en este particular, debo recordar que ante casos y hechos comunicacionales públicos y notorios, donde el MP debería actuar de oficio, las consabidas repuestas
y excusas acomodaticias de la Fiscal General para no actuar, es que ella no ha
sido informada debida y oportunamente, de manera oficial; pues bien, la salsa
buena para el pavo suele ser buena para la pava. La MUD ha debido recibir comunicación
oficial, oportunamente, de parte del obsecuente CNE, antes de que ella
celebrara sus elecciones primarias.
En
el segundo caso, la opinión pública nacional fue informada del nuevo baremo
para la asignación de cupos, en el cual al factor tradicional de las notas académicas se le asignó un peso en la fórmula
de un 50%, distribuyéndose el otro 50 % en
factores ajenos al hecho docente, como son el origen y nivel socioeconómico del
alumno, así como su participación en aspectos de orden comunitario y otros, lo cual resultó en serios disgustos y frustraciones de parte de estudiantes
de excelencia, de colegios privados y hasta públicos; pero, “hijos de papá y mamá”, con notas académicas
de 18, 19 y 20 puntos, quienes en razón de
proceder de estratos clase media y alta, quedaron sin cupos, mientras que otros
con menos puntuación académica sí les fue asignada su entrada al nivel académico
superior.
El
nuevo baremo es idea del Ministro
para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, Manuel Fernández, quien incluyó
cuatro criterios para asignar cupos en las universidades del país: índice
académico, condiciones socioeconómicas, territorialización de la educación y
participación extra curricular. Bajo la excusa de que hasta ahora, la
asignación de cupos vía CNU daba prioridad al promedio, por encima de las
condiciones socioeconómicas o el lugar de origen del estudiante. Con esta
decisión se mantiene el promedio como baremo, sin embargo también se incluyen
los otros aspectos que permiten democratizar el acceso a las universidades.
En ambos
casos señalados, el gobierno deja información vital, necesaria para opinar, lo
que no exime que la oposición lo haga y se crea todo un revuelo provocado intencionalmente
para cazar en rio revuelto y dejar a la oposición en ridículo, o como la mala
de la película.
Ayer
escuché parte de la cadena nacional del presidente, donde éste indicaba que había
ordenado planes para premiar a los estudiantes cuyas notas eran 18, 19 y 20,
incluyendo la repartición de tabletas, viajes al extranjero, así como la explicación
del ministro del ramo de que había un porcentaje del 30 % de estudiantes, con
notas altas, quienes tradicionalmente quedaban sin cupos en el sistema anterior,
o de la IV república, y que este año, bajo la revolución bolivariana, no sería así,
ya que se les ubicará mediante respuesta ad hoc, y uno entiende que los ubicarán
en colegios privados con cargo al presupuesto público o alguna medida
efectista, para descalificar las justas opiniones que el nuevo baremo generara
en la oposición.
Como
vemos la oposición siempre queda aguas abajo y culpabilizada o criminalizada de
los yerros del gobierno, el cual sigue a raja tablas estrategias y tácticas de control
social del modelo castro comunista. La solución entonces es analizar no sólo lo
que el gobierno dice, sino sus intenciones ocultas, para no caer en la trampita
ya consuetudinaria y servirle de chivo expiatorio o reo de conveniencia.
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