EMIGRACIÓN Y PRIORIDADES
Lo lapidario de la
imagen es la frase del macuto que porta la primera de las damas, en la cual
creo leer "Standard Extradition", la cual pudiéramos parafrasear por
"Standard migration".
La emigración de jóvenes calificados se
ha transformado de circunstancial y rara o poco frecuente, a creciente y
progresiva, a un éxodo o diáspora ya estándar. El venezolano no era
particularmente dado a emigrar, no tenía motivos. Hoy, el aeropuerto de Maiquetía
es un alud de jóvenes tomándose fotos ante el bello trabajo de arte cinético de
Cruz Diez, el cual adorna y engalana sus paredes, lo hacen llorosos junto a sus
familiares. A mí me tocó el 6 de febrero.
Me duele decirlo; pero, estoy hasta
feliz de que mi hijo haya emigrado; pues, al principio estaba muy triste,
porque no podría verlo y ahora lo veo más. Gracias al adelanto del celular
inteligente nos llama mañana y tarde y lo vemos en su apartamento, cómodo,
cocinando mientras su madre le asesora sentada a mi lado sin llorar, lo vemos en
sus compras en supermercados surtidos y escogiendo lo que le gusta y con dinero
para adquirirlo.
Además, ya está trabajando en su profesión,
aunque está recién graduado (aún sin título en sus manos, título que debo
recibir yo y hacérselo visar y apostillar para enviárselo) ya lo admitieron
como asistente de su profesión en una empresa y se dio el lujo de escoger entre
4 de ellas que le respondieron afirmativamente a su petición y entrega de currículo.
Escogió la que tenía más relación con su profesión y le hicieron un examen y lo
pasó. El creía que le darían ese empleo a un ciudadano de ese país con quien competía
y se puso a repartir hasta 15 currícula entre varias empresas y todas le respondieron
que sí. Está ganando lo que no ganaría aquí en el país que lo vio nacer y donde
no tenía oportunidades. Ese no es el caso sòlo de él sino que muestra al mundo
que el capitalismo funciona, y que la pléyade de profesionales, venezolanos y
de otros países, encuentra cabida en ese país que los necesita porque hay
empresas de un aparato productivo sano y competitivo que los admite y remunera,
y que hay empleo.
Ha trabajado solamente 10 días de este
mes y ya le pagaron el prorrateo de su salario mensual y nos dice que con eso
puede comprar los alimentos que le sostendrán un mes. Su esposa también trabaja,
es profesional y le pasó un tanto igual. Vale decir que hay empleos y bien remunerados.
Lo que ganan les permite vivir recién casados.
Aquí yo, que estoy jubilado y soy de
alto rango en mi profesión, con 30 años de servicio, gano menos de 40 dólares al
mes. El gana 622 y su esposa otro tanto y con esos dos salarios pueden alquilar
vivienda, adquirir enseres, alimentos y entretenerse y ahorrar.
Para mayor felicidad, fue recibido por
ciudadanos de allá a quienes conoció por internet y quienes le brindan apoyo invalorable
como si los hubieran conocido toda la vida. Se conmovieron por las noticias de
nuestro desastre que ya recorre el mundo. Ellos les muestran gran solidaridad.
Tanta como la que le brindamos nosotros a los extranjeros, incluyendo a los del
país donde mi hijo recibe hoy apoyo y encuentra caminos, cuando en los años 50s
del siglo pasado llegaron huyéndole a lo que nosotros estamos pasando hoy día.
Así es que esa imagen de esos alienados debería
ser contrastada contra la realidad que viven los emigrantes venezolanos. Los 20.000
despedidos de PDVSA están haciendo progresar las empresas petroleras
extranjeras. Los contrataron y, como dan la talla y hasta la superan, están muy
bien, ya no les pesa tanto que PDVSA les hay robado sus prestaciones y les hay
tratado de destruir su futuro.
Los médicos venezolanos, al principio no
tan bien recibidos porque no confiaban en sus credenciales y porque - como era
natural - admitirlos a su desempeño inmediato era riesgoso para la salud pública
de esos países receptores, se imponen poco a poco. En los hospitales y clínicas
donde los contratan se percatan de sus calificaciones y experiencias y están
venciendo las barreras de la equivalencia. Es que, por ejemplo en ese país
donde mi hijo están, nuestros médicos, como de otras profesiones, pasan con muy
buenas calificaciones los exámenes académicos y pruebas de suficiencia que les
hacen y al verlos trabajando, asistidos o “en doble comando” como decimos los aviadores,
se sorprenden de sus conocimientos y experiencias. Hoy les resulta difícil; pero,
al igual que los petroleros venezolanos despedidos con un pito por un infame, también lo lograrán. Lo países no son
pendejos, saben apreciar el talento y lo reciben ya formado.
Acabo de leer que un joven científico
venezolano emigrado de Venezuela, de apellido Bracamonte, acaba de recibir un premio,
a sus 35 años de edad, por haber descubierto algo relacionado a las células.
“La American Heart Association y la
American Autoimmune Related Disease Association galardonaron en un lapso de seis meses
al médico venezolano William Bracamonte por sus importantes descubrimientos
sobre células linfoides innatas, lo que lo convierte en la única persona en
obtener ambos reconocimientos.
Bracamonte trabaja en la Johns
Hopkins University, donde
hizo una investigación acerca de un glóbulo blanco poco estudiado, llamado
células linfoides innatas (ILC por sus siglas en inglés). Estas células se
habían estudiado en pulmón, piel e intestino, pero el venezolano halló que
también se encuentran en el corazón”
¿No debería este joven ser apoyado por
su país? ¿No debería ese conocimiento nuevo haberse descubierto aqui? Ese joven
admirable, premio de medicina, refiere en su entrevista que tuvo que emigrar y
pagarse su doctorado con sus propios recursos, porque este país, su país, le negó
los dólares, porque esa especialidad ¡No era prioritaria!
Al ver a un venezolano, Adrián Solano, dar
la cómica y exponer el gentilicio al ridículo en una cancha de nieve de
Finlandia, me percato de cuáles son las prioridades de este régimen opresor y tiránico.
CN Eddy Darío Barrios Orozco
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